El Señor Nuestra Justicia

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

No Vivir para Sí 

Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 46, el último párrafo:  --{2LO35 2.1}

“El trigo desarrolla ‘primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga.’ El objetivo del agricultor al sembrar la semilla y cultivar la planta creciente es la producción de grano. Desea pan para el hambriento y semilla para las cosechas futuras. Así también el Agricultor divino espera una cosecha como premio de su labor y sacrificio. Cristo está tratando de reproducirse a sí mismo en el corazón de los hombres; y esto lo hace mediante los que creen en Él. El objetivo de la vida cristiana es llevar fruto, la reproducción del carácter de Cristo en el creyente, para que ese mismo carácter pueda reproducirse en otros. La planta no germina, crece o da fruto para sí misma, sino que ‘da simiente al que siembra, y pan al que come.’ Así ningún hombre ha de vivir para sí mismo. El cristiano está en el mundo como representante de Cristo, para la salvación de otras almas.” --{2LO35 2.2}

Ahora oraremos para permitirle a Cristo reproducirse en nosotros y que por medio de nosotros Él pueda obrar para reproducirse a sí mismo en otros; que no vivamos para nosotros mismos; que recordemos que el cristiano ha de ser un representante de Cristo en todas las cosas. --{2LO35 2.3}

EL SEÑOR NUESTRA JUSTICIA 

  --{2LO35 3.1}

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 24 DE ABRIL DE 1948

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

  --{2LO35 3.2}

   Nuestro texto se encuentra en Jeremías 23, comenzando con el quinto versículo hasta el octavo. --{2LO35 3.3}

Jer. 23:5 – “He aquí que vienen días, dice el Señor, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.”

--{2LO35 3.4}

Aquí está una profecía de la primera venida de Jesús, el Renuevo Justo, Quien ha de ejecutar juicio y justicia en la tierra. --{2LO35 3.5}

Jer. 23:6 – “En sus días será salvo Judá e Israel habitará confiado. Y este será su nombre con el cual le llamarán: EL SEÑOR, JUSTICIA NUESTRA.”

--{2LO35 3.6}

“En sus días,” es decir, en los días en que el Renuevo Justo es levantado, en los días de Jesús, en la era cristiana. Claramente, entonces, la Inspiración lo hace saber que algún día en el período cristiano Judá será salvo e Israel habitará seguro en la tierra. Por lo tanto, esta promesa es hecha no a los judíos incrédulos, sino a los cristianos creyentes, los que han hecho la justicia del SEÑOR la suya propia. --{2LO35 3.7}

Sin embargo se nos dice que estos cristianos son los descendientes de ambos, de Judá y de Israel quienes como resultado de la dispersión, y también al unirse a la iglesia cristiana, han perdido su identidad racial a través de los siglos. Por lo tanto la iglesia cristina, de acuerdo a las Escrituras, está compuesta principalmente de los descendientes de Jacob, cuya simiente había de ser como la arena del mar por la multitud. --{2LO35 3.8}

Ellos han de llamar a Jesús EL SEÑOR JUSTICIA NUESTRA: Ellos verán claramente que su propia justicia es sólo trapos de inmundicia y harán completamente la justicia de Cristo la suya propia porque de otra manera no podrían legítimamente llamarle “el Señor Justicia nuestra.” --{2LO35 4.1}

Jer. 23:7-8 – “Por tanto, he aquí que vienen días, dice el Señor, en que no dirán más: Vive el Señor que hizo subir los hijos de Israel de la tierra de Egipto; sino: Vive el Señor que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras a donde Yo los había echado; y habitarán en su tierra.”

--{2LO35 4.2}

Habiendo llegado al gran día de reunión en el período cristiano, –a su liberación de todas las naciones, al segundo Éxodo antitípico (Isa. 11:11), – naturalmente ellos no dirán, “Vive el Señor que nos hizo subir y trajo de Egipto,” o “nos sacó de Babilonia,” sino “Vive el Señor que nos hizo subir y nos trajo de todas las naciones de la tierra a donde nos había echado.” Ellos le dan a Él el crédito por su dispersión y por su reunión, y también por vivir seguramente en su propia tierra. Vemos que éstos no son los judíos incrédulos sino cristianos completamente convertidos. Ellos habitarán la tierra. --{2LO35 4.3}

Además, cuando esto acontezca no habrá temor ni muerte entre el pueblo de Dios, –no armas de fuego ni bombas que caigan sobre ellos. El pueblo habitará seguro. “No dirá el morador: Estoy enfermo. El pueblo que morare en ella será absuelto de pecado.” Isa. 33:24. --{2LO35 4.4}

Yo seré para ella, dice el Señor, muro de fuego en derredor, y seré para gloria en medio de ella. . . Canta y alégrate, hija de Sion; porque vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho el Señor. Y uniránse muchas gentes al Señor en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti.” Zac. 2:5, 10, 11. --{2LO35 5.1}

Lo importante ahora es encontrar qué es la justicia del Señor y cómo hacerla nuestra propia justicia, para que podamos tener el derecho a su Reino. --{2LO35 5.2}

Sin embargo, el Señor primero desea saber qué tenemos contra Él: --{2LO35 5.3}

Miq. 6:3-5 – “Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí. Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María. Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam, hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias del Señor.”

--{2LO35 5.4}

Puesto que no podemos pensar en algo que podamos tener contra el Señor, es mejor que encontremos cuál fue la respuesta de Balaam a Balac, para que sepamos cuál es la Justicia del Señor y como hacerla nuestra. Por lo tanto vayamos al libro de Números – --{2LO35 5.5}

Núm. 23:16-17 – “Y el Señor salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así. Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho el Señor?”

--{2LO35 6.1}

Ahora escuchemos la respuesta de Balaam: --{2LO35 6.2}

Núm. 23:18-19 – “Entonces él tomó su parábola, y dijo: Balac, levántate y oye, Escucha mis palabras, hijo de Zipor. Dios no es hombre, para que mienta; Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”

--{2LO35 6.3}

Vemos que la Justicia de Dios es su integridad, sus promesas seguras, su poder para hacer. Él garantiza sus promesas; ellas nunca fallan. Por lo tanto, tener la Justicia del Señor, es tener su integridad y fidelidad, y nunca podremos tener éstas mientras dudemos de Él. ¡Nunca mientras dudemos de su Palabra, porque dudar es nada menos que llamarlo mentiroso! ¡Dudar es la más grande ofensa que uno puede cometer! Nadie puede dudar de Dios y todavía recibir sus bendiciones y promesas. Tener la Justicia del Señor, por lo tanto, es confiar implícitamente en Él sin reserva. ¿Y dónde espera Él que comencemos? –Él quiere que comencemos con lo que más nos aflige –las cosas temporales del mañana. Él quiere que aprendamos que no podemos servir al yo y a Dios también: --{2LO35 6.4}

Mat. 6:24-26 – “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto, os digo: No os afaneis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”

--{2LO35 7.1}

Estos tres versículos claramente dicen que vivir para vivir y preocuparse como ha de pasarla mañana, es nada menos que servir a mamón (al yo); que usted no puede servir al yo y a Dios al mismo tiempo; que si usted sirve a Dios usted debería estar tan libre de preocuparse del futuro como lo están las aves. Si, usted debería estar aún más confiado de su cuidado, porque usted vale más que las aves. Usted debe saber sinceramente que mientras le sirva a Él, Él nunca le dejara ni le desamparará. --{2LO35 7.2}

Isa. 41:17 – “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay. Seca está de sed su lengua, yo el Señor los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé.”

Isa. 49:15 – “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.”

--{2LO35 7.3}

Mat. 6:27-34 – “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Reparad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan. Pero os digo, que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se hecha en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas, que vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”

--{2LO35 8.1}

No os acongojéis por el día de mañana, que el día de mañana traerá su fatiga – ¿por qué cruzar puentes antes de llegar a ellos? ¿Por qué preocuparse como van a llenar sus estómagos y con qué van a cubrir sus cuerpos mañana si están cubierton hoy? --{2LO35 8.2}

¿Por qué preocuparse de sus propias necesidades? --{2LO35 8.3}

¿Por qué no preocuparse en como avanzar el Reino de Dios? Poniendo tiempo extra para hacer tiendas o remendar zapatos para vivir está bien si usted no dice, “haré esto y lo otro y tendré dinero para comprar y construir esto o aquello.” En cambio debería decir, “Si Dios permite, haré ésto o aquello, para que yo pueda tener aquí o tener allá, hacer esto y lo otro para el avance de la causa de Dios.” Cualquiera sea el propósito detrás de su acto, éste debe ser para el avance de su Reino. --{2LO35 8.4}

¿Por qué no hace su interés principal los negocios de Dios? ¿Por qué no el Reino de Dios y su justicia, de modo que “todas estas cosas os sean añadidas”? --{2LO35 8.5}

¿Porqué trabaja para alimentarse asímismo?¿Por qué no trabaja para Dios y le permite a Él alimentarle y vestirle? Él es mucho más capaz de proveer para usted que lo que usted alguna vez sea capaz de hacerlo. ¿Por qué no permitirle a Él encargarse de su trabajo, de su hogar y de su cuerpo? --{2LO35 8.6}

Mientras usted hace su mandato Él nunca le fallará. ¿Por qué no hacer esto y ser un cristiano del todo? ¿Por qué ser un cristiano de nombre, pero un gentil de corazón y fe? No trabaje más para el yo, trabaje para Dios y esté libre de preocupaciones, libre de tener que hacer su propia vida y su propia manera. Los pescadores de Galilea mientras pescaban en su propia manera fracasaron, pero cuando echaron la red donde Jesús les dijo que la deberían echar, instantáneamente se llenó con pescado. --{2LO35 9.1}

Primero sepa que Dios no está interesado en su negocio egoísta, sino en usted y en su negocio de salvarle. Por lo tanto no hay necesidad de que usted le sirva a mamón (al yo), y al mismo tiempo esperar sus bendiciones en los intereses de mamón. Ningún hombre aún en el mundo puede trabajar para su propio interés y todavía esperar que la compañía en la que trabaja lo promueva o lo mantenga en cualquier puesto de deber. Ningún empleador contrata personas porque él quiere que sus empleados se ganen la vida, sino solamente porque él quiere que se cuide de su propio negocio. Sepa que el negocio de Dios es de mayor importancia y de consecuencias de mayor alcance que cualquier negocio del hombre y que Dios es más particular que lo que cualquier hombre fue o será jamás. --{2LO35 9.2}

Mat. 11: 28-30 – “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”

--{2LO35 9.3}

Siempre recuerde que Dios no lo ha llamado a su puesto de deber para alimentarlo o hacerlo rico, sino para salvarlo y para salvar a otros por medio de usted. Por lo tanto, todo lo que haga, hágalo para la gloria de Dios. Entonces y sólo entonces Él proveerá “todas estas cosas,” las cosas que Dios ve que conviene dar. Él verá que usted gane para sus necesidades de una u otra manera. Hermano, hermana, nada menos que la fe de Noé, de Job y de Daniel pagarán la cuenta, porque cualquier cosa menos que esto es un insulto para Dios. Es lo mismo que llamarlo impostor. Dudar de las promesas de Dios completamente roba al que duda de todas las bendiciones y promesas de Dios. Sólo cuando usted aprenda a confiar en Él será “como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión, como arroyo de agua en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.” Isa. 32:2. --{2LO35 10.1}

Mas buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Esta promesa se aplicó en el tiempo de David y se aplicará ahora: --{2LO35 10.2}

Sal. 4:5 – “Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el Señor.”

--{2LO35 10.3}

Por experiencia personal David conoció la fidelidad de Dios: Habiendo hecho todo lo que debía ser hecho para servir a Dios, él estaba confiado que cuando el oso y el león vinieron a devorar sus ovejas, Dios lo libraría si él hacía todo lo que podía para salvarlas. --{2LO35 10.4}

Además, creyendo que Dios le había prometido el reino, y habiendo sido ungido para ser rey sobre el pueblo de Dios, David no dudaba nada. Reconociendo su deber, intrépidamente fue tras el gigante Goliat que estaba desafiando a Dios y a su Reino, y estaba confiado que el gigante no lo podía dañar. Por fe él libertó a su pueblo del poder del gigante. Por fe venció al león y al oso y salvó a las ovejas. Por fe supo que Saúl no podía tomar su vida ni privarlo del trono. --{2LO35 10.5}

No, no hay bestia ni hombre que pueda tomar sus vidas o engañarlos de su ascenso si hacen el mandato de Dios, si saben que Aquel que guardó a Israel ni duerme ni se adormece (Sal. 121:3-4); que Él conoce todo acerca de ustedes mis amigos, cada momento del día y de la noche; que Él toma nota aún de los cabellos que caen de nuestras cabezas; que cualquier cosa que les sobrevenga no es sino la voluntad de Dios para su propio bien. Yo digo, si saben y creen que Él es Dios y el guardador de sus cuerpos y almas, entonces no importa que les sobrevenga, ustedes estarán contentos con ello y le darán a Dios el crédito, no murmurando sino glorificándolo aun en sus pruebas y aflicciones. --{2LO35 11.1}

Isa. 26:4 – “Confiad en el Señor perpetuamente, porque en el Señor JEHOVÁ está la fortaleza de los siglos.”

--{2LO35 11.2}

Si usted confía en Dios sinceramente y si el mundo cayera en el espacio y chocara con las estrellas, usted felizmente volaría junto con Dios. --{2LO35 11.3}

Vayamos ahora a 2 Corintios el primer capítulo y veamos lo que Pablo por experiencia sabía del cuidado de Dios sobre él: --{2LO35 11.4}

2 Cor. 1:8-9 – “Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.”

--{2LO35 11.5}

Pablo aprendió por experiencia personal que es inútil confiar en el hombre y en sí mismo, pero que recompensa grandemente confiar en Dios, que sólo Él es capaz de proteger y guardar tanto el cuerpo como el alma. --{2LO35 12.1}

Sal. 127:1 – “Si el Señor no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si el Señor no guardare la ciudad, en vano vela la guarda.”

--{2LO35 12.2}

Muchos del pueblo fiel de Dios tuvieron la misma experiencia que Pablo. Sin embargo el tiempo no me permitiría hablar más que de unas pocas. Cuando entramos a la creencia que la Biblia recomienda, entonces estamos listos para entrar en la experiencia que Dios quiere que personalmente estemos, que después de todo es la que cuenta más para nosotros. Permítanme primero darles la mía propia como un ejemplo concreto de lo que Dios hace cuando le permitimos. --{2LO35 12.3}

Mientras dirigía un hotel pequeño en el medio oeste en 1919, llegué a estar intensamente interesado en la religión y providencialmente me uní a los adventistas del séptimo día. En ese tiempo se estaban reuniendo en un salón alquilado y no muy atractivo para una iglesia. La gente parecía ser muy pobre. Aparte del predicador, yo era el único que estaba manejando un automóvil, y él tenía un Ford viejo que no daría un dólar por él si yo tuviera que manejarlo. --{2LO35 12.4}

Imagínense ahora lo que pasó por mi mente, y ustedes pueden saber que me uní a la iglesia sólo por la Verdad. Verdaderamente no tenía otro motivo. Mis esperanzas de algún día hacerme rico vinieron a ser una pesadilla de hacerme más pobre. Sí, el diablo me dió tan buen cuadro de la pobreza como le dio al Señor un cuadro de la gloria de los reinos. No obstante resolví permanecer por la Verdad que había aprendido sin importar lo que pasara. --{2LO35 12.5}

Entonces vino el tiempo que vendí el hotel y accidentalmente entré al negocio de comestibles. Pero después de un tiempo encontré que no quería estar en esto, y lo vendí aunque perdí. Entonces el obscuro y lóbrego cuadro de venir a la pobreza se multiplicó, pero hice lo mejor para estar feliz en el Señor. --{2LO35 13.1}

Algún tiempo después que me había deshecho de la tienda de comestibles me fui de la ciudad y seis meses después aterricé en California. Allí me enfermé, y después de hacer todo lo que yo sabía que hacer, uno de los ministros retirado adventista del séptimo día que vivía en el mismo lugar que yo estaba viviendo, dijo, “Permítame llevarlo al Sanatorio de Glendale, y yo lo recomendaré como de buena y regular asistencia a la iglesia, y ellos le darán buen servicio y también a un costo bajo. --{2LO35 13.2}

Cuando llegamos al escritorio, y después que el ministro le dijo todo lo que le tenía que decir, el recepcionista del sanatorio me preguntó que clase de depósito yo podía dejar para ser admitido. Le dije: “Un cheque.” (De alguna manera esto me sorprendió porque yo había estado en un hospital antes pero nunca me habían pedido pagar algo por adelantado, no, ni aún cuando era dado de alta. Me enviaban la cuenta por correo). Cuando él vio que el cheque era de un banco en Illinois, tuve que explicarle que estaba recién llegado al oeste y todavía no había transferido mi cuenta de banco. El recepcionista tomó el cheque de mala gana, y me fue asignado un cuarto y amablemente se me dijo que tenía que esperar al doctor hasta que viniera. --{2LO35 13.3}

Bueno, esperé todo ese día, ¡pero ni un alma entró! Al anochecer, tan enfermo como estaba, me puse mi ropa y fui a cenar en un comedor. Entonces me dijeron que el doctor no estaba, pero que él me vería tan pronto cuando volviera. Esto fue por cuatro días, ¡y ni un alma entró a mi cuarto! Pude haber muerto y nadie lo hubiera sabido quizá hasta días después. Supongo que antes de darme servicio ellos tuvieron que obtener el dinero del banco e investigar si mi crédito era bueno. --{2LO35 14.1}

Por fin, en el cuarto día, el capellán del sanatorio vino con disculpas por su tardanza para verme. “Si hubiera sabido que usted era un adventista del séptimo día,” explicó, “le hubiera visto más pronto.” Yo no lo estaba esperando, y no hubo mucha diferencia conmigo. Pero me dije a mí mismo, “Si usted no supiera que yo era, habría venido más pronto.” --{2LO35 14.2}

Finalmente vino el doctor y después de un examen completo, me dijo que yo era un hombre muy enfermo y tenía que tener un enfermero especial día y noche para cuidarme y darme los tratamientos de hidroterapia. Con mi consentimiento vino un estudiante de enfermería. Pero cuando las sombras de la noche se extendían en el cielo, el enfermero me dijo que estaban escasos de enfermeros especiales y que él mismo tenía que cuidarme toda la noche si yo le permitía mover su camilla dentro de mi cuarto. Todo el tiempo que estuve allí, ni una sola vez se levantó en la noche para atenderme. --{2LO35 14.3}

Y eso que yo tenía un enfermero privado día y noche, y al final me cobraron .50 centavos la hora –¡seis dólares diarios para que él me atendiera durante el día y seis dólares en la noche para que durmiera en mi cuarto! Esto junto con los cargos adicionales fue un gran consumo en mis ya consumidos ahorros. Y el cuadro de irme a la quiebra y de ser pobre creció más y más en mi mente, pero me recuperé de mi enfermedad y estaba agradecido. --{2LO35 14.4}

Este incidente en el sanatorio produjo otro cuadro decepcionante en mi mente. ¿Es este sanatorio el lugar de Dios para su pueblo enfermo? Me pregunté. ¿Es este realmente el pueblo de Dios? La respuesta que vino a estas preguntas fue esta: El sanatorio es de Dios y la iglesia es de Dios, pero la gente que los está manejando son derechistas, ellos son los sacerdotes, escribas y fariseos modernos, que hay una necesidad de más samaritanos entre ellos. Aquí es donde está la Verdad y con la ayuda de Dios, dije, permaneceré en ella. Si, Dios me ayudó y mantuve la fe no quejándome de nada y me quedé en la iglesia con tan buen registro como cualquiera. --{2LO35 15.1}

Después que salí del hospital, estaba débil y mi cuenta del banco estaba casi agotada. También me parecía que no había nada en que me pudiera meter con el Sábado libre, que caería a la misericordia de alguna caridad, o de otro modo morir de hambre. Además, por varios meses no había enviado ni diezmos ni mis ofrendas prometidas a la iglesia en el medio oeste, por consiguiente debía como $75 dólares. Pensé entonces que si fallaba en pagar esta deuda ahora mientras tenía suficiente para pagarla, nunca podría juntar de nuevo ese dinero y tendría que quedar sin pagar para siempre. Es mejor estar en quiebra ahora, dije, y estar libre de deudas que estar en quiebra más tarde y ser un deudor para siempre. --{2LO35 15.2}

Calculé que en mi cuenta de banco había un poco más de mi deuda. Cuando hice un cheque por todo el saldo y lo envié a la iglesia en el medio oeste, me quedé con $3.50 en mi bolsa y sin esperanza de empleo. Entonces escribí al banco en el medio oeste para cancelar mi cuenta y que enviaran los cheques cancelados y otros papeles a mi dirección en California. --{2LO35 15.3}

En este punto de mi vida cambiaron los papeles tanto como se le cambiaron a Abraham después que había hecho todo excepto matar a su hijo Isaac en el altar de Dios. Pocos días después que había escrito al banco recibí noticias de ellos, y para mi gran sorpresa, ¡habían incluído un cheque casi por $350 como mi saldo final! Nunca descubrí como fue que pasó. --{2LO35 16.1}

Mientras obtenía un empleo en una agencia de lavadoras, y justamente entonces los adventistas del séptimo día estaban teniendo sus reuniones religiosas de 1923 en Los Angeles, y así decidí asistir a ellas y entre las reuniones tratar de vender lavadoras Maytag en el vecindario. ¿Y qué suponen? Vendí una lavadora al día y unas cuantas aspiradoras. Esto fue todo el tiempo que duraron las reuniones, y mi primer cheque de la compañía fue cerca de $425. Pero esto no fue todo, justamente entonces me sobrevino otra sorpresa. Algunos años antes, yo había comprado acciones las cuales yo creía que no tenían valor, pero para mi sorpresa, recibí una carta en la cual la corporación preguntaba si me gustaría vendérselas de nuevo, y el precio que ofrecían ¡era más del doble del precio que yo había pagado! Aquí tuve una experiencia real de todo lo que poseía como se promete en Malaquías 3:10. --{2LO35 16.2}

Además, esta agencia Maytag era nueva, y cuando comencé a trabajar para ellos, tenían sólo un lugar pequeño. Todo el tiempo que trabajé para ellos prosperaron y crecieron como lo hizo Labán mientras Jacob trabajó para él. En el espacio de tres años abrieron sucursales por toda el área de Los Ángeles y luego construyeron un edificio propio que parecía como un banco por dentro y por fuera, una cuadra de largo y sesenta pies de ancho. En cuanto a como terminó su propiedad les diré un poco después. --{2LO35 16.3}

Mi éxito inesperado vendiendo lavadoras, por supuesto, fue una bomba para los otros vendedores, y el gerente de ventas llegó a estar muy inquisitivo acerca de mi religión. Lo último que hablé con él, me dijo: Houteff debe ser maravilloso creer como usted lo hace, pero usted sabe que yo nunca podría ser un adventista del séptimo día. Entonces le pregunté por qué no podría ser, y replicó: “Porque si comienzo a guardar el Sábado como usted lo hace, perderé mi empleo.” --{2LO35 17.1}

Le dije, “Es mejor perder el empleo que perder la vida,” y la conversación terminó. Pero la siguiente vez que fuí a la oficina miré una guirnalda colgando en la puerta y todo parecía estar trastornado. Entonces me dijeron que el Sr. Harney, el gerente de ventas, súbitamente había caído enfermo la noche anterior y había muerto esa mañana temprano. --{2LO35 17.2}

Por ese tiempo también el contador principal se interesó en discutir de religión conmigo. Al paso del tiempo hablé lo mismo que había hablado con el Sr. Harney, y al último él también dijo: “Houteff, debe ser maravilloso sentir como usted lo hace, pero yo nunca podría ser un adventista del séptimo día.” --{2LO35 17.3}

Le dije, “¿Por qué?” --{2LO35 17.4}

“Oh, yo no podría guardar el Sábado y mi empleo también,” replicó. --{2LO35 17.5}

“Bueno,” le dije, “es mejor perder el empleo que perder la vida, Sr. Barber.” --{2LO35 18.1}

Y ciertamente, la siguiente vez que fui a la oficina ¡encontré a todos hablando en lugar de trabajar! Entonces me dijeron que el Sr. Barber, el contador principal, fue encontrado muerto esa mañana en su cuarto! ¡Créanlo o no, pero esto es lo que pasó con ambos hombres después que vendieron sus convicciones por el precio de un empleo! --{2LO35 18.2}

Poco después pensé que debería tener algo propio en lugar de continuar trabajando para el Sr. Sleuter. Así que estaba gastando la mayor parte de mi tiempo con experimentos en dulces saludables, y como entonces vendía sólo una lavadora de vez en cuando, yo no era muy popular con la compañía. Y como la compañía me debía algunas comisiones, decidí investigar por qué eran detenidas. Después de discutir el asunto varias veces con el gerente de ventas me evadía cada vez con la promesa de “voy a ver.” Pero un día presioné el asunto más duro, y como resultado él dijo, “Houteff, estoy cansado de esto y no me importa, puedes renunciar.” la siguiente vez que fui, me di cuenta que Sr. Lisco, el gerente de ventas, fue despedido y que el Sr. Foster había tomado su posición. Vemos que el Sr. Lisco era el que tenía que renunciar y no yo. --{2LO35 18.3}

Entonces fuí a ver el gerente nuevo acerca de mis comisiones. Él prometió investigar el asunto y me lo dejaría saber la próxima vez que yo viniera. Él también hizo lo mismo que el Sr. Lisco. Y cuando presioné el asunto tanto como lo hice con el Sr. Lisco, él también dijo, Houteff, estoy cansado de esto, y no me importa si renuncias.” Extrañamente entonces, la siguiente vez que fuí, me dijeron que el Sr. Foster, el gerente de ventas, había sido despedido y no estaba más con la compañía y yo aún estaba. --{2LO35 18.4}

Para este tiempo yo había creado suficiente negocio con mis dulces saludables para mantenerme ocupado y estaba por renunciar completamente. Entonces fui a ver al Sr. Sleuter acerca de las ya mencionadas comisiones, pero él me recibió muy fríamente, y claramente me dijo que yo no tenía a que venir. Renuncié, pero en el espacio de menos de seis meses, pienso, él perdió la agencia y otro hombre continuó la compañía. Esta es la manera en que terminó su prosperidad. --{2LO35 19.1}

No mucho después que yo había ido a trabajar para esta compañía y mientras solicitaba pedidos, conocí a una mujer cuyo esposo era de descendencia judía, pero ella era escandinava y adventista del séptimo día. Ella me dijo que su esposo se oponía terriblemente a su religión y que una vez arrojó su Biblia en la estufa. Ella deseaba que yo pudiera de alguna manera ayudar para que su esposo cambiara su actitud. Le pedí que le dijera a él que me gustaría verlo en su hogar la noche siguiente. Ella prometió intentarlo y luego dejármelo saber. --{2LO35 19.2}

Él se sentó en varios estudios conmigo en su hogar con la familia allí presente. Yo estaba sorprendido de verlo muy de acuerdo con lo que se le presentaba, ¡totalmente contrario a lo que su esposa me había dicho! Después de que le había dado tres estudios, él me llamó aparte, y volteando al revés los bolsillos de sus pantalones me dijo, “Usted ve, tengo una gran familia que alimentar y sólo tres centavos en mi bolsa. Antes de que usted viniera,” explicó, “hice todo lo que pude para encontrar un empleo pero fracasé.” “En mi angustia,” continuó, “oré por primera vez en mi vida. Le pedí al Señor que enviara a alguien para que me mostrara que hacer. Cuando oí que usted venía,” agregó, “Pensé que era en respuesta a mi oración y estaba ansioso por encontrarme con usted. Y es por eso que usted me encontró tan receptivo a su religión. Pero ahora,” dijo, “se que Dios lo envió.” --{2LO35 19.3}

Le pregunté que si le gustaría vender lavadoras, y replicó, “estoy listo para hacer lo que usted sugiera.” Lo llevé a la compañía para la cual yo trabajaba, y comenzó a trabajar inmediatamente transportando con su propio camión. Su salario, y algunas ventas de vez en cuando, le trajeron más de $200 mensualmente. --{2LO35 20.1}

Compró la casa donde estaba viviendo, y como el costo de la vida no era tan alto en esos días, pudo ahorrar una porción de su salario. Después de un tiempo vendió su casa, compró una parcela de cinco acres y construyó una casa nueva y un buen gallinero en su parcela. Luego me dijo que intentaba trabajar para la compañía por 18 meses más, y para ese tiempo él tendría toda su casa y su tierra libre de deudas, y entonces podría hacer una buena vida en su parcela de cinco acres. --{2LO35 20.2}

Bueno, todo parecía bien. Pero un Sábado en la mañana me encontró en la iglesia y me dijo que la compañía iba a ser poseída por otro dueño ese día. Él quería saber si yo podía ir con él al discurso mientras se hacia la transferencia. Razoné con élde que ese no era el mejor lugar para estar en Sábado, pero él argumentó que si él no estaba presente ellos podrían contratar a otra persona en su lugar, y él no podía darse el lujo de perder su empleo. Por lo tanto asistió a la reunión de negocios. Poco después la compañía nueva lo despidió. ¡Por consiguiente, no pudo mantener los pagos de su propiedad y la compañía de crédito la hipotecó! ¡Luego murió su esposa! --{2LO35 20.3}

   Cualquiera puede ver que todos estos eventos en serie del día, estrechamente atados uno al otro con nada en medio, no pueden posiblemente haber sido accidentales, sino estrictamente Providenciales.  --{2LO35 21.1}

   Ahora permitanme relatarles otro milagro que tomó lugar por ese tiempo. Un Miércoles fuí a la sección de negocios de Los Angeles. Habiendo terminado mi negocio bastante tarde en la tarde, y mientras caminaba al cruzar una calle, miré una mujer manejando hacia mi. Pero como yo estaba casi a la mitad de la calle, no miré peligro porque había bastante campo para que ella pasara. No obstante ella volteó su carro exactamente hacia mi. Sí, ella me golpeó de mi lado izquierdo, y estando muy excitada no pudo parar su carro antes de llegar a la mitad de la cuadra. Y continuó de la esquina de la calle hasta la mitad del callejón. ¿Qué me pasó cuando el carro me golpeó?  ¿Me dejó tendido en la calle, y me atropelló? No, esto no pasó porque algo más grande aconteció:  --{2LO35 21.2}

   Una mano invisible me tomó delante del carro, resbalando ligeramente mi pie en el pavimento con mi lado derecho adelante, y mi lado izquierdo contra el radiador del carro. Después de haber hecho más o menos la mitad de la distancia antes que el carro se detuviera, algo me sentó en la defensa del carro, y puse mi brazo derecho alrededor del faro delantero del carro. Luego me dije a mí mismo, “Señora ahora puede continuar si eso es lo mejor que puede hacer”. Cuando ella se detuvo, puse mi pie sobre la tierra y me retiré del carro.  --{2LO35 21.3}

Entonces descubrí que el lápiz que traía en el bolsillo de mi abrigo se había partido en media docena de partes del impacto, pero ¡mis costillas estaban intactas! Para ese tiempo el carro y yo estábamos rodeados de gente y tres policías buscando al hombre que había sido atropellado. Pero como no encontraron a nadie tirado en la calle o desfallecido debajo del carro, les dije que yo era el que había sido atropellado. Me querían llevar al hospital, y cuando les dije que no estaba herido, escuché que uno dijo, “debe estar herido pero está muy excitado y no sabe su condición.” --{2LO35 22.1}

Entonces me hicieron levantar mis piernas y mis brazos hacia arriba y hacia abajo varias veces, después de lo cual uno gritó, “¡Está hecho de hule!” La mujer fue acusada de manejar a 30 millas por hora. Luego caminé tres cuadras hasta mi carro y me fuí a la reunión de oración a la iglesia de Exposition Park, donde en el tiempo de testimonios les dije del accidente y los resultados. Vemos que todavía estamos viviendo en los días de milagros. --{2LO35 22.2}

Después de todas estas y otras experiencias, luego vino el mensaje que usted y yo estamos esforzándonos por llevar a los laodicenses. Los enemigos del mensaje no dejaron nada sin mover en su búsqueda de algo contra mí, en vez de asegurarse que no estuvieran trastornando la Verdad. Trataron todo gancho y garfio para prender algo en mí y detener mis actividades, pero no encontraron nada y por regla cerca de 30 miembros de la iglesia estuvieron en mis reuniones especiales cada Sábado de tarde. Luego llegó el tiempo que los ancianos de la iglesia rehusaron permitirnos usar la iglesia para nuestras reuniones, y nos hicieron salir a todos. Pero una de las hermanas que estaba viviendo en una casa grande enfrente de la iglesia ofreció su lugar para las reuniones y hubo un gran tumulto entre el pueblo en la iglesia. Algunos estaban a favor y otros en contra de nosotros. Así fue que la casa de enfrente de la iglesia estaba llena esa tarde y muchos escuchaban afuera por las ventanas. Los enemigos fracasaron para destruir nuestras reuniones y la victoria fue nuestra. --{2LO35 22.3}

Luego nos prohibieron asistir a sus servicios de la iglesia y comenzaron a desfraternizar a los que todavía querían asistir a nuestras reuniones. Intentaron deportarme, pero también fracasaron. Entonces hicieron esfuerzos para obtener una orden de la corte contra cualquiera de nosotros que fuera a la iglesia en Sábado, pero perdieron. Una vez llamaron a la policía para que me arrestara por falsas acusaciones de que yo estaba perturbando las reuniones, pero después que los oficiales en la estación de policía oyeron mi historia y las acusaciones de los diáconos contra mí, ordenaron a los dos policías que nos trajeron a la estación, que nos pusieran en su carro de nuevo y nos llevaran de regreso a la iglesia de donde nos habían sacado. --{2LO35 23.1}

Después de esto los ancianos intentaron ponerme en un manicomio. El mismísimo “alcalde de la ciudad” de Glendale (un adventista del séptimo día) había venido a esta iglesia ese Sábado de mañana para formular los cargos y para ver que me llevaran y me encerraran en un manicomio. Sin embargo, después de hablar conmigo por unos minutos, el oficial no hizo nada sino que me dijo ¡que él no me molestaría de nuevo! Entonces el alcalde de la ciudad de 200 libras de peso se sintió más pequeño que mis 135 libras de peso. --{2LO35 23.2}

Ellos hicieron todas estas cosas indecorosas y muchas otras; además, hablaban y predicaban contra mí. Y aunque yo no tenía a nadie sino al Señor para defenderme en todo tiempo, sin embargo en todo esto, ¡la victoria fue mía! --{2LO35 23.3}

Cuando movimos nuestra oficina de California a Texas, donde no teníamos ni amigos ni creyentes en el mensaje, los ancianos de la iglesia estaban felices y pensaban que nuestra obra entonces de seguro moriría. Sin embargo creció más que antes, aun cuando esto aconteció en medio de la depresión, en 1935, mientras cientos y miles de negocios se estaban yendo a bancarrota y mientras hombres acomodados se estaban haciendo pobres, con todo, nosotros que comenzamos sin nada, crecimos y prosperamos. Además, nunca tomamos colectas en ninguna de nuestras reuniones y nunca hicimos llamados por dinero, y esto todavía se aplica. Entonces también nuestra literatura gratis que sale semana tras semana aumentó a cientos y a miles de dólares semana tras semana y año tras año, además del costo de construir la Institución. --{2LO35 24.1}

Y hoy, después de pasar la pesadilla de suponer que yo podría vivir una vida de pobreza, como lo expliqué antes, mi crédito es ilimitado y los cheques que escribo suman miles de dólares semana tras semana y año tras año ¡aunque no estoy asegurado, no tengo una propiedad y no tengo una cuenta de banco personal! Además, le pago a mis secretarias tanto como me pago a mí mismo y a algunos de mis trabajadores les pago el doble. Si, hay milagros tan grandes hoy como los hubo siempre. --{2LO35 24.2}

También Jacob, no tenía justicia propia pero tenía un gran celo y respeto por la justicia del Señor. Esaú, que no tenía respeto por la justicia del Señor, vendió su primogenitura sólo por un plato de lentejas. ¡Qué ganga para Jacob! Como resultado Jacob llegó a ser un fugitivo. Sin embargo, la primera noche lejos de su casa, Dios se encontró con él, y habiéndole dado una visión, Jacob puso toda su confianza en Dios y prometió ser fiel en todos sus deberes. --{2LO35 24.3}

Para comenzar, en Padam-Aram Jacob no tenía nada sino fe y celo. Sólo era un buen trabajador, eso era todo. Labán inmediatamente reconoció estas cualidades en Jacob y como resultado Labán no sólo ofreció dar a Jacob su hija Raquel por esposa, sino aún ideó un plan por el cual forzarlo a tomar ambas hijas –Raquel y Lea– ¡las únicas muchachas en la familia! Además, aunque Jacob cariñosamente pagó por ellas con catorce años sólidos de difícil trabajo fiel, ¡en los siguientes seis años él se hizo rico! Luego al regresar a su casa, sincera y honestamente, y con su conciencia limpia, le dijo a Labán: --{2LO35 25.1}

Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus vacas nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.” Gén. 31:38. --{2LO35 25.2}

Además de esto, cuando se le preguntó que quería por su trabajo después que habían pasado los catorce años, él eligió el salario que Dios le pagara, no Labán. Porque le dijo a Labán: --{2LO35 25.3}

No me des nada, pero déjame pasar por todo tu rebaño hoy poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color y todo el ganado de color obscuro, ovejas y cabras, y los llevaré tres días de camino lejos del resto para que no haya oportunidad de que se mezclen. Hasta hoy, todo el ganado y las ovejas manchadas o no manchadas serán tuyas, pero de aquí en adelante todas las manchadas que nazcan de entre las no manchadas (las aparentemente imposibles) serán mías por servirte. --{2LO35 25.4}

A Labán le agradó el contrato y Jacob se fue a trabajar. Dios bendijo la labor de Jacob a pesar de la imposibilidad natural, ¡y al cabo de seis años él llegó a ser rico! ¿Por qué? –Porque Jacob servía a Dios sinceramente, e implícitamente confió en Él por su vida. Él no quería nada sino lo que Dios le permitiera tener. Sabía que mientras trabajara para el Señor, el Señor no lo dejaría con hambre ni desnudo. Sabía que si Dios viste así la hierba del campo, lo vestiría y alimentaría en su viña. --{2LO35 25.5}

Puesto que Jacob se estaba haciendo rico tan rápidamente, y ya que su suegro quería que se quedara por más tiempo, y también siendo que Jacob todavía temía a Esaú, ¿por qué dejó a Labán, y por qué regresó a su casa? –La respuesta es sencilla, porque Dios se lo pidió, diciendo: --{2LO35 26.1}

Gén. 31:13 – “Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.”

--{2LO35 26.2}

Vemos de este registro que Jacob fue fiel a su puesto del deber y siempre estuvo atento al mandato de Dios. ¿Somos como Jacob? o ¿somos como Judas Iscariote? Ahora sabemos que Jacob tuvo cuidado perfecto de los negocios de Labán y siguió las instrucciones de Dios siempre. Pero Judas Iscariote tuvo perfecto cuidado de sus propios intereses egoístas al costo del Don de Dios, y en lugar de seguir las instrucciones del Señor, siguió las suyas propias. Ahora, comparemos el fin de Jacob con el de Judas. La obra de uno terminó en gloria y la obra del otro terminó en vergüenza y desastre. --{2LO35 26.3}

Hermano, hermana, ¿para quién está usted trabajando? ¿para sí mismo o para Dios? –usted dice, “para Dios,” y espero que usted esté en lo correcto, pero recuerde, como dije antes, que ninguna firma de negocios promueve a un trabajador que no está interesado por lo menos tanto en la prosperidad de su firma como lo está en el tamaño de su salario. Además, ninguna firma está interesada en los negocios privados del trabajador. Ésta se interesa en sus propios negocios. Sin embargo, los negocios de Dios son mucho más importantes y de mucho más grandes consecuencias que los negocios de cualquier hombre. También Él no está del todo interesado en sus negocios egoístas, Él está interesado en su negocio de salvar almas. Por lo tanto, usted no puede hacer sus intereses de primera importancia y los de Él de segunda y al mismo tiempo esperar cosechar sus promesas y esperar que Él conteste sus oraciones. Si tal fuera el caso, entonces usted está aún falsamente llamándose cristiano. De acuerdo a Mateo 6:32, usted todavía es un gentil engañado. --{2LO35 26.4}

Para ser un cristiano a la vista de Dios usted nunca debe alabarse a sí mismo, sino alabar a Dios y su bondad. Nunca jactarse de sus propios intereses y logros, sino jactarse de los de Dios. Nunca tratar de promover sus negocios, sino siempre tratar de promover los de Dios. Nunca orar por luz para saber que hacer y donde ir para que sus negocios y sus intereses prosperen, sino por el contrario, orar por luz para que Dios le ayude a hacer las cosas o ir al lugar donde usted serviría mejor en su causa, que Él le guíe y le enseñe como avanzar su reino. Entonces, y sólo entonces, encontrará que usted nunca va mal. Cualquier motivo fuera de éste le llevará a donde Dios no quiere y donde usted tendrá que llevar sus propias cargas independientemente de Él. --{2LO35 27.1}

He visto un número de individuos jurar por el cielo y por la tierra que Dios los ha guiado aquí o allá, en esto y en lo otro, pero cuando las cosas no les agradaron, entonces ellos se fueron jurando tan fuertemente que Dios no los había guiado a esa cosa. Y de nuevo jurar exactamente tan fuerte como antes que Dios ¡los estaba sacando de esto, y los estaba guiando a algo mejor! De nuevo se sintieron tan positivos que Dios los estaba guiando en su movimiento, ¡aunque fuera lo opuesto de lo que ellos pensaban que Él los había guiado antes! --{2LO35 27.2}

Otros han sentido que Dios ha abierto el camino para ellos hacer esto o lo otro por el hecho que han podido tener el dinero para el viaje o por tener un comprador para una cosa o para otra, para tener esto y para tener aquello. Aún otros me dicen que ellos abren la Biblia al azar y que sus ojos caen en un versículo que indica la aprobación de Dios de su acción. Un hermano me dijo que él había lanzado una moneda a cara o cruz y otro había encontrado una flecha india apuntando en la dirección que él debía ir. Toda esta clase de cosas he visto fracasar aunque estas indicaciones fueron sostenidas como evidencias positivas de la voluntad de Dios en los asuntos bajo consideración. --{2LO35 28.1}

Ahora permítanme decirles que estas indicaciones en sí mismas son sólo presunción de la forma más alta, alucinaciones y juego, y de ninguna manera señales de Dios. Además, los planes de cualquiera que están basados meramente en intereses egoístas, basados meramente en cuando y como uno puede mejorar sus proyectos privados para beneficiarse mientras profesa ser un cristiano –les digo que todos estos son planes y de ninguna manera los designios de Dios, sin importar como se abra el camino o lo que ocurra. El hecho es que a Dios nunca se le da la oportunidad para dirigir en estas cosas, porque para darle a Él la oportunidad, Él dice, “Buscad primero el Reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas serán añadidas.” --{2LO35 28.2}

Por lo tanto cuando usted haga del Reino de Dios su principal interés, entonces usted se encontrará en el lugar correcto al tiempo correcto haciendo lo correcto y cosechando las más ricas bendiciones de Dios. Usted puede descansar seguro que Él abrirá el camino y le llevará donde usted necesita estar aunque Él tenga que sacarle de la cisterna, y decirles a los ismaelitas que lo lleven a Egipto y lo pongan a trabajar en la casa de Potifar. Quizá aún lo tenga que llevar a la prisión antes que lo siente con Faraón en el trono. Y lo haga huir de Egipto y lo haga apacentar ovejas alrededor del Monte Horeb. Quizá lo traiga contra el Mar Rojo mientras los egipcios lo están persiguiendo. Quizá lo traiga al desierto donde no hay ni agua ni alimento. Quizá vengan el león y el oso a quitarle sus ovejas, Goliat a matar a su pueblo y el rey lo eche en el horno de fuego o en el foso de los leones. --{2LO35 28.3}

Sí, cientos y miles de cosas pueden acontecer, pero el que confía en Dios y hace bien su obra encontrará que todos estos así llamados impedimentos o contratiempos, son maravillosas liberaciones y avenidas para el éxito, todos llevando los maravillosos planes de Dios, y los caminos de Dios hacia su promoción de una gran cosa a otra. Cuando usted está al cuidado de Dios y en su control, nunca diga que el diablo hizo esto o aquello sin considerar lo que sea, porque él no puede hacer nada a menos que se le permita hacerlo. Siempre de a Dios el crédito. --{2LO35 29.1}

Vine a América, no porque yo quería, sino porque Dios quiso. Y puesto que yo no conocía mi obra futura, y como Dios entonces no podía hacerme entender más de lo que pudo al principio hacer entender a José de su viaje a Egipto, por lo tanto, fui sacado del país a punta de pistola como fue Moisés sacado de Egipto, aunque yo no había hecho nada para traer problemas sobre mí. ¿Y quién suponen que guió a los rebeldes para tomarme por asalto fuera del país? ¡Ningún otro que el obispo ortodoxo griego de la provincia! ¿Y dónde suponen que patrocinó su campaña de persecución? ¡En la iglesia el domingo de mañana mientras estaba con sus vestiduras reales y como a veinte pies de donde yo estaba! --{2LO35 29.2}

En ese tiempo yo no sabía que esta era mi salida del hogar a semejante tierra distante, pero ahora se tan bien como José supo que la esperanza de sus hermanos para derrotar el plan de Dios para él, no era sino el plan de Dios para llevarlo a Egipto. Y en lugar de deshacer el plan, ¡realmente hicieron que el plan se llevará a cabo! --{2LO35 30.1}

Cuando las cosas van contrario a la voluntad y los caminos de uno, hoy día la mayoría de los cristianos le dan el crédito al diablo. Sólo cuando las cosas van de acuerdo a su gusto le dan el crédito a Dios. Balaam también estaba contento cuando se abrió el camino para que fuera a Balac, pero cuando el ángel del Señor bloqueó el camino por el cual él estaba viajando, entonces Balaam se puso tan enojado como un perro y golpeó al asno. --{2LO35 30.2}

No, nada sino usted mismo puede derrotar los planes de Dios para usted. Sean sus amigos o sus enemigos, sean bestias o reyes, los encontrará a todos inconsciente o conscientemente obrando para su bien en lugar que para su daño si usted esta haciendo lo que Dios ordena. ¡Qué rico recurso es el cielo! ¡Y quién lo sabe! --{2LO35 30.3}

Recuerde ahora, que lo que pueda estar en su camino, sea el Mar Rojo o el Río Jordán, sea una montaña o un desierto, vendrá a ser su paso hacia adelante. --{2LO35 30.4}

Semejante a esto es la justicia del Señor, y usted la puede tener al costo de su propia justicia. Entonces encontrará los caminos del Señor tanto más altos que los suyos como el cielo es más alto que la tierra. Cuando esto ocurra, solamente entonces de una manera inteligente dirá, “Señor justicia nuestra.” --{2LO35 31.1}

Tú le guardarás en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado. Confiad en el Señor perpetuamente, porque en el Señor Jehová está la fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en lugar sublime, humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.” Isa. 26:3-6. --{2LO35 31.2}

Universal Publishing Association

P.O. Box 7613 --{2LO35 32.1}

Waco, Texas, 76714 --{2LO35 32.2}

Estados Unidos de América --{2LO35 32.3}

Teléfono: 1-800-729-7494 --{2LO35 32.4}