El producto de la escuela de Dios y el producto de la escuela del hombre

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

El Oidor que se Asemeja al Buen Terreno

Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, comenzando en la página 39 el segundo párrafo. --{2LO25 2.1}

  “El oyente que se asemeja al buen terreno, recibe la palabra, ‘no como palabra de hombres, sino según lo es verdaderamente, la palabra de Dios.’ Sólo es un verdadero estudiante el que recibe las Escrituras como la voz de Dios que le habla. Tiembla ante la Palabra; porque para él es una realidad viviente. Abre su entendimiento y corazón para recibirla. Oyentes tales eran Cornelio y sus amigos, que dijeron al apóstol Pedro: ‘Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.’ El conocimiento de la verdad depende no tanto de la fuerza intelectual como de la pureza de propósito, la sencillez de una fe ferviente y confiada. . . Los oyentes que son comparables a un buen terreno, habiendo oído la palabra, la guardan. Satanás con todos sus agentes del mal no puede arrebatársela. No es suficiente sólo oír o leer la Palabra; el que desea sacar provecho de las Escrituras, debe meditar acerca de la verdad que le ha sido presentada. Por medio de ferviente atención y del pensar impregnado de oración debe aprender el significado de las palabras de verdad, y debe beber profundamente del espíritu de los oráculos santos.” --{2LO25 2.2}

Necesitamos orar para que seamos oidores que se asemejan al buen terreno y verdaderos aprendices; que la Palabra de Dios sea una realidad viviente en nosotros; que demos ahora oído a la enseñanza del Espíritu Santo; que no seamos meramente oidores de la Palabra, sino hacedores también. --{2LO25 2.3}

EL PRODUCTO DE LA ESCUELA DE DIOS Y EL PRODUCTO DE LA ESCUELA DEL HOMBRE

  --{2LO25 3.1}

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 31 DE ENERO DE 1948

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

--{2LO25 3.2}

  Sal. 71:17 – “Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas.”

--{2LO25 3.3}

Aquí está el propio testimonio de David del hecho que él no tenía nada que lamentar por estar toda su vida en la escuela de Dios, que él estaba ansioso por declarar la verdad de Dios. Sabemos que la escuela de Dios y las escuelas del hombre por muchos siglos han estado contemporáneamente en competencia, y ahora nosotros podemos hacer una justa comparación del producto de una con el producto de la otra. --{2LO25 3.4}

También sabemos que las escuelas del hombre han producido genios en muchas líneas. Por ejemplo, los hombres han inventado gigantescos aviones para levantar toneladas en el aire, aviones que viajan tan rápido como el sonido y a una gran altura también. Los hombres también han construido enormes buques de vapor cargados con miles de toneladas de cargamento y pasajeros, y cruzan el océano en unos cuantos días. Las escuelas del hombre también han producido grandes oradores y maestros competentes. Los hombres han hecho muchas cosas y les damos el crédito que se merecen. Sabemos bien lo que las escuelas del hombre están haciendo, pero ¿qué sabemos de las escuelas de Dios? ¿Sabemos mucho acerca de ellas? Si no, ¿por qué no? --{2LO25 3.5}

Tomemos ahora una justa encuesta del producto de las escuelas de Dios. Comenzaré con la escuela a la cual Enoc, el séptimo desde Adán, asistió. En la escuela de Dios él aprendió algunas cosas vitalmente importantes. Para comenzar, Enoc aprendió a caminar con Dios (Gén. 5:22). Además, hasta este día él tiene el campeonato en aviación: Sabemos que Enoc tomó un vuelo, no 40, 50 o 100 millas hacia arriba, ni a cien o a mil millas por hora, sino hasta una altura indecible y a una velocidad inexpresable. Si, rápidamente llegó al trono de Dios. --{2LO25 4.1}

¿Han producido las escuelas de los hombres tan grandes genios como Enoc? --{2LO25 4.2}

Como Enoc, Noé también aprendió a caminar con su Señor (Gén. 6:22). Su genio en construir barcos es un crédito total a la escuela de Dios. Sabemos que el barco de Noé era lo suficientemente grande y bastante fuerte para alojar y llevar un par o más de toda criatura viviente sobre la tierra, incluyendo todas las provisiones necesarias para el hombre y las bestias para que ¡durara más de un año! Su barco soportó la más dura tormenta de lluvia y viento que el mundo jamás haya conocido. El barco de Noé sobrevivió no sólo la más larga duración de lluvia y viento jamás conocido, sino aún las convulsiones de la tierra cuando las fuentes de las profundidades se rompieron arrojando rocas y lodo cientos y miles de pies en el aire, por lo cual las altas y escabrosas montañas de la tierra fueron hechas. ¡No sólo el barco, sino toda cosa viviente adentro sobrevivieron! Noé aún es el campeón de constructores de barcos y también el campeón de capitanes del mar. Vemos que el producto de las escuelas de Dios, es muy superior a cualquier cosa de lo que las escuelas del hombre han sido capaces de producir. --{2LO25 4.3}

Sabemos que Abraham, se matriculó en la escuela de Dios cuando Dios lo llamó para dejar la casa de su padre e ir a una tierra que él nunca había visto. Él llevó las pertenencias que tenía y también llevó a su sobrino de compañero. Desde el mismo comienzo prosperaron grandemente y su negocio se expandió tan rápidamente que para cuidar de él tuvieron que extender y dividir la compañía. --{2LO25 4.4}

Abraham tomó el terreno montañoso después que Lot escogió el valle fértil adyacente a las tiendas de Sodoma y Gomorra. Allí la familia de Lot dejó la escuela de Dios y entró en la escuela del hombre. Sin embargo Abraham y su familia permanecieron en la escuela de Dios, aprendiendo como hacer que las montañas pagaran buenos dividendos. Abraham se hizo “muy rico,” pero Lot muy pobre. Vemos que Abraham en la escuela de Dios llegó a ser el más grande hombre de negocios del mundo de su tiempo. Él aprendió a hacer algo de la nada. Además era el general más grande del mundo porque se recordará que con sólo unos pocos hombres él derrotó a cinco reyes, tomó sus despojos y devolvió los bienes a sus propios dueños. ¡Todo esto hizo sin la pérdida de un solo soldado! Además de esto, educó al único hijo que alguna vez se sometiera voluntariamente para ser quemado en un altar para sacrificio por la religión de su padre. --{2LO25 5.1}

A continuación consideraremos a Esaú y Jacob, los hijos gemelos de Isaac. Jacob se graduó de la escuela de Dios y Esaú de la escuela del hombre. --{2LO25 5.2}

¿Cómo lo se? Se esto, porque si Esaú hubiera caminado con Dios, él no hubiera aprendido a cazar, porque Dios no es un cazador, no se interesa en matar y destruir las vidas que Él creó. Así, en lugar de tomar su entrenamiento en la escuela de Dios, Esaú se enseñó a sí mismo en la escuela del hombre. Él no vio valor especial en la religión, y no puso más grande valor en su primogenitura que el precio de una comida. Por otro lado, Jacob estaba deseoso de caminar con Dios y comprar la primogenitura de Esaú a cualquier precio, pero lo obtuvo a un precio reducido. --{2LO25 5.3}

Y ¿cómo se con seguridad que Jacob caminó con Dios? Se esto porque al final del primer día de su huída de la presencia de Esaú, Jacob reposó con Dios y allí él vio a los ángeles de Dios subiendo y bajando la escalera que abarcaba la distancia del cielo a la tierra. --{2LO25 6.1}

Luego, después de haber pasado otros veinte años en la escuela de Dios, Jacob dejó Padan-aram y se dirigió hacia su hogar con riquezas incalculables, aunque había dado catorce años de tiempo y labor de los veinte a cambio de los cuales no recibió nada sino sólo las dos hijas de Labán en matrimonio. Vemos que Jacob en la escuela de Dios aprendió como convertir la pobreza en negocio bien pagado. Además, no sólo se hizo rico, sino también hizo a su suegro rico. Aprendió como trabajar y como ahorrar. Pero no paró allí. Continuó en la escuela de Dios y cuando en Egipto, José su hijo, quien era entonces el segundo después del rey, no se avergonzó de presentar a su padre a Faraón en el trono. Jacob era un hombre culto. --{2LO25 6.2}

José mismo desde su juventud fue un estudiante devoto en la escuela de Dios. Finalmente tomó su obra de postgrado en Egipto. Cuando hubo obtenido suficiente conocimiento vino a ser rey, y todo Egipto –de hecho todo el mundo antiguo –se postró ante él. --{2LO25 6.3}

José vino a ser también el más grande economista y banquero del mundo. Nunca desde ese tiempo alguien ha hecho tanto; él logró comprar todo el grano sobrante de su tierra por siete años, y en los siete años más juntó todo el dinero del pueblo y sus tierras –tanto dinero en efectivo como hipotecas los depositó en el banco de Faraón. Además de esto él salvó al mundo del hambre. Usted enséñeme semejantes resultados como estos de las escuelas del hombre, y yo le mostraré que la lluvia no gotea de los cielos. --{2LO25 6.4}

Luego fue Moisés. Desde su juventud hasta sus cuarenta años, él fue a ambas, a la escuela de Dios y a la escuela de Faraón. Con esta doble educación se sintió fuerte y suficientemente capaz para liberar a la nación hebrea de las ladrilleras de Faraón. Comenzó matando a un egipcio y luego huyó del país. Sin embargo Dios no estaba del todo con él. Lo llevó al Monte Horeb y allí lo hizo cuidar ovejas. Allí, mientras cuidaba ovejas para vivir y pagar su enseñanza, él estaba desaprendiendo la educación de Faraón, y allí en la escuela de Dios, aprendió como llegar a ser el más grande general y libertador, autor, gobernador, educador, legislador y profeta del mundo. --{2LO25 7.1}

Es verdad que las escuelas del hombre han entrenado mentes grandes y han producido grandes generales tales como Eisenhower y McArtur, por quienes Estados Unidos y Gran Bretaña construyeron barcos pesados, armas gigantescas y otros grandes armamentos, reclutaron grandes ejércitos y navíos. Después de muchos meses de semejante preparación, en la cual millones de personas participaron, Eisenhower cruzó el Canal Inglés contra la super máquina de guerra Alemana y McArtur regresó a las Filipinas y ocupó Japón al costo de billones de dólares y miles de víctimas. ¡Maravilloso logro verdaderamente! Pero Moisés, sin arma, sin avión, sin barco y sin nadie en casa para construir y enviar provisiones, liberó a Israel, los guió seguramente a través del Mar Rojo y hundió todo el ejército egipcio. Él hizo todo esto sin ninguna arma o arco, sin barco o avión al costo de ningún hombre ni bestia. --{2LO25 7.2}

¡Él no tuvo víctimas! ¿Dónde entre los productos de las escuelas del hombre se encuentra lo mismo que esto? --{2LO25 7.3}

Las escuelas del hombre también han producido grandes oradores, pero Juan el Bautista mientras estaba aún en su juventud, por su oratoria atrajo a todas las ciudades y los campos de Judá, no obstante esos muchos tenían que caminar para llegar allí, y todos, pobres y ricos de igual manera tenían que sentarse en el suelo raso por horas. Multitudes salieron al desierto para oírle en el campo abierto. Y los apóstoles, aunque eran simples pescadores, en un poco más de tres años en la escuela de Cristo llegaron a ser los más grandes predicadores que el mundo alguna vez ha conocido. ¡Solamente ellos de todos los predicadores desde entonces tie- nen el registro por convertir tres mil almas del judaísmo al cristianismo ¡con solo un sermón! --{2LO25 8.1}

El tiempo me faltaría para hablar de otros –de Josué y de Caleb, de Daniel y de los tres hebreos, de Sansón, de David, de los profetas y de muchos otros aún hasta nuestros días. Sin embargo es un hecho que lo que la escuela de Dios puede producir, la escuela del hombre no puede igualar. --{2LO25 8.2}

En la escuela de Dios al estudiante se le garantiza llegar a ser el mejor en cualquier línea que emprende. Y mi consejo para usted es que si es hierba o árbol, por así decirlo, elija ser el mejor de su clase. Usted puede ser tal si desea hacerlo porque no hay fracasos en la escuela de Dios. Puede llegar a ser el mejor pastor de ovejas o el mejor rey, el mejor maestro o el mejor predicador, el mejor banquero o el mejor cualquiera que sea. --{2LO25 8.3}

También es de interés notar que tanto la escuela de Dios como la escuela del hombre tienen libros de texto. Una tiene los libros de los hombres, los cuales necesitan ser renovados año tras año, la otra tiene el Libro de Dios, el cual nadie aún ha sido capaz de mejorar. La última es la primera y la mejor; nunca ha habido otra semejante y nunca la habrá. --{2LO25 8.4}

La escuela de Dios no sólo enseña de su Libro de texto, no meramente en el salón de clases, enseña tanto la práctica como la teoría. Por supuesto, a la mayoría de los hombres no les gusta la práctica, y algunos no tomarían el entrenamiento práctico aun cuando fuera un regalo. Tomemos a José como ejemplo. Cuando terminó la obra en el salón de clases, se inició en la práctica. Su entrenamiento fue quizá el más penoso porque su vocación iba a ser no sólo una de las más grandes sino también única. Además, su currículo [programa de estudio] incluía aprender una lengua extraña y amar a sus enemigos. Él había de aprender por experiencia que si uno sirve a Dios fielmente, entonces cualquier cosa que le sobrevenga en la vida ha de saber que es sólo un regalo de Dios, y que ha de hacer lo mejor de ello. --{2LO25 9.1}

Él fue vendido primero por sus propios hermanos y revendido por traficantes de esclavos. Él pudo haberse hecho el enfermo con aflicción y temor. Si él se hubiera rendido así a sus emociones, los traficantes lo habrían abandonado en algún lugar a lo largo del camino a Egipto, porque ellos deben haber sabido que un hombre enfermo sería sólo un gasto para ellos, que no podrían venderlo por algo a alguien. Sin embargo, José se comportó muy bien sabiendo que Dios conocía todo acerca de sus circunstancias. Los ismaelitas también vieron que no habían invertido en un esclavo común. Se dieron cuenta que él podía ser vendido por un precio alto a alguien que tuviera el dinero. Así fue que lo llevaron a Potifar, un hombre rico de Egipto. Allí José aprendió como tomar órdenes, como cuidar de los bienes de otra gente y también como evitar a las mujeres rameras. --{2LO25 9.2}

Después que se graduó en la casa de Potifar tomó un curso detrás de las rejas de la prisión. Allí entre los soñadores aprendió a interpretar sueños. En este punto de su entrenamiento él estaba preparado para gobernar a Egipto y alimentar al mundo. --{2LO25 9.3}

Las escuelas del hombre no ofrecen cursos de esta clase, ni tampoco desarrollan benefactores, reyes, banqueros y hombres de negocios tales como José. --{2LO25 10.1}

Estas son algunas de las cosas que deberíamos saber si alguna vez nos hemos de graduar de la escuela de Dios. Además, deberíamos saber donde estamos recibiendo nuestro entrenamiento, porque es posible que pudiéramos estar en la escuela del yo, mientras que presuntuosamente pensamos que estamos en la escuela de Dios. --{2LO25 10.2}

¿Cómo podemos saber con certeza en cuál escuela estamos obteniendo nuestro entrenamiento? –Para estar en la escuela de Dios debemos caminar con Dios. ¿Y cómo podemos saber que estamos caminando con Dios? –Estoy seguro que si vamos a los lugares a donde Dios no iría, y si obramos donde Dios no obraría, entonces en lugar de caminar con Dios y aprender de Él, estaríamos caminando con el diablo y recibiendo entrenamiento de él. --{2LO25 10.3}

¿Cómo podemos saber que la obra que estamos haciendo es la obra que Dios tiene para que hagamos? –Es cierto que Dios no construiría instrumentos para matar sin importar el pago; que Él no trabajaría en algo en que el diablo trabaja; ni tampoco iría en compañerismo con uno que no está caminando con Dios. --{2LO25 10.4}

La pregunta naturalmente surge, ¿debemos trabajar para los hombres o para Dios para ganarnos la vida? Si Dios tiene una obra para que ustedes hagan, entonces no pueden ir a trabajar para los hombres y todavía esperar recibir la aprobación de Dios. Pero si Dios no tiene algo para ustedes en su taller, por así decirlo, entonces es obvio que Él tendrá algo más para ustedes en el taller de alguien más que no viole los principios de Dios. --{2LO25 10.5}

Los estudiantes en la escuela de Dios estudian de principios y con el sólo propósito de avanzar el Reino de Dios, mientras que los estudiantes en la escuela del hombre estudian desde un punto de vista monetario, para ayudar a nadie en particular sino a sí mismos, lo cual nosotros como cristianos no podemos permitirnos hacer si esperamos llegar a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Cualquier pensador despejado que está mirando las cosas desde el punto de vista de Dios, no será otra cosa que un producto de la escuela de Dios. --{2LO25 11.1}