Historia y Profecía, Mandamientos y Estatutos - La Biblia
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
La Buena y la Mala Semilla
Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, comenzando en la página 49. --{2LO37 10.1}
“ ‘El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo: mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y como la hierba salió e hizo fruto, entonces apareció también la cizaña.’ ‘El campo -dijo Jesús- es el mundo.’ Pero debemos entender que esto significa la iglesia de Cristo en el mundo. La parábola es una descripción de lo que pertenece al reino de Dios, su obra por la salvación de los hombres; y esta obra se realiza por medio de la iglesia. . . La buena simiente representa a aquellos que son nacidos de la palabra de Dios, de la verdad. La cizaña representa a una clase que constituye los frutos o la personificación del error o los falsos principios. ‘Y el enemigo que la sembró, es el diablo.’ Ni Dios ni sus ángeles han sembrado jamás una simiente que produjese cizaña. La cizaña es sembrada siempre por Satanás, el enemigo de Dios y del hombre.” --{2LO37 10.2}
De acuerdo a esta lectura, nuestra oración esta tarde debe ser que nos demos cuenta que Dios por medio de sus siervos de su propia asignación lleva a cabo su obra para la salvación de las almas, que ni Él ni sus ángeles sembraron jamás una cizaña, pero que Satanás, el enemigo de Dios y del hombre, siembra la cizaña. Oremos, también, entonces que nosotros mismos seamos de la buena simiente, nacidos de la Verdad y no de la mala simiente, no de los que son el fruto de la carne, privados del Espíritu. --{2LO37 10.3}
HISTORIA Y PROFECÍA, MANDAMIENTOS Y ESTATUTOS – LA BIBLIA
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 17 DE JULIO DE 1948
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Que tenebrosa sería la vida si no hubiera historia –si no hubiera manera posible de conocer el pasado. Y aún peor sería si no hubiera profecía –si no hubiera manera de tener una idea de lo que encierra el futuro. Pero lo peor de todo sería si no hubiera luz sobre el presente. --{2LO37 11.3}
Permítame ilustrar: supongamos que usted mirara por la ventana hacia el oriente y hacia el occidente, y viera la tierra iluminada por millas a la redonda, aún hasta el horizonte, pero no hubiera ninguna luz en su propio hogar. De nuevo, suponga que usted deseara manejar a algún lugar y tuviera un diluvio de luces en la parte de atrás y al frente de su carro, pero el motor no encendiera. --{2LO37 11.4}
¿De qué le serviría el carro? ¿Y de qué servirían las luces? Eso es la situación exacta en que usted estaría si entendiera historia y profecía, pero no supiera de su propia condición espiritual, no supiera que estuviera siendo vencido por los dardos encendidos del diablo. Sería como caminar sobre un puente que, sin usted saberlo, se estuviera derrumbando. --{2LO37 11.5}
Se que usted estará de acuerdo que es absolutamente necesario conocer tanto historia como profecía, absolutamente necesario conocer el pasado y el futuro. Pero esto en sí no le beneficiaría si su alma está languideciendo en tinieblas, si usted está muerto espiritualmente y no lo sabe; –no, esto no le beneficiaría más que el carro con un diluvio de luz enfrente y atrás pero con el motor muerto. Por lo tanto, la vida para su alma y la luz más cerca a sus pies son de primera importancia. ¿Y cómo se obtienen éstas? – --{2LO37 11.6}
Sabemos que la Biblia, consiste de tres partes: (1) Historia, (2) Mandamientos y Estatutos, (3) Profecía. Los Salmos y los Proverbios, junto con el Cantar de los Cantares de Salomón, vienen bajo estas mismas categorías. La historia nos dice el pasado y la profecía nos dice el futuro, pero el guardar los mandamientos y estatutos trae las bendiciones que deberían ser nuestras hoy, iluminan el alma y protegen el cuerpo. Verdaderamente, Jesús en los mandamientos y estatutos es nuestra única salvación. ¿Estoy hablando la verdad? –Veamos lo que Jesús mismo tiene que decir: --{2LO37 12.1}
Apoc. 22:16, 13-14 – “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. . . Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.”
Mat. 5:17-22, 27-28 – “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. . . Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
--{2LO37 12.2}
Vemos que sólo los que guardan los mandamientos de Dios, pueden entrar en la Santa Ciudad. Ningunos otros son así privilegiados. No, Jesús no vino para traer crimen y confusión, sino por el contrario, a traer justicia y paz, borrando los pecados de todos los que se arrepientan de transgredir la ley. Para ser salvo involucra mucho más que meramente llamarle Señor y Salvador y gritar aleluya. --{2LO37 13.1}
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” Mat. 7:21-24. --{2LO37 13.2}
Jesús dijo: “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí” Juan 5:46. Creer en Moisés es creer lo que él escribió; creer en Jesús es creer lo que Él dice. Si usted no puede creer en Moisés, entonces no puede creer en Jesús. ¿Y cuánto debemos de creer? –Jesús responde: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” Luc. 24:25. Si hemos de creer todo, entonces primero leamos – --{2LO37 14.1}
Mal. 4:4, 5 – “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del Señor, grande y terrible.”
--{2LO37 14.2}
Usted sabe ahora que Malaquías, capítulos 3 y 4, proféticamente hablan al pueblo de hoy, al pueblo justamente antes del día grande y terrible, al pueblo a quien es enviado el antitípico profeta Elías. ¿Y qué sabio consejo da el Señor por medio de Malaquías? –Él dice, “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo.” ¿Cuál ley? –La ley de los “estatutos y ordenanzas” que el Señor ordenó “en Horeb.” Puesto que este es el consejo fiel de Dios para su pueblo de este tiempo, haríamos bien en volver a estudiar esta ley de Moisés, y recordarla, porque no podemos ignorar el consejo de Dios y todavía esperar sus bendiciones. --{2LO37 14.3}
Generalmente hablando, la ley de Moisés consiste de tres partes. La primera es la ley ceremonial, la ley del templo –la ley de los sacrificios. Esta ley, por supuesto, no la debemos observar nosotros hoy, excepto en antitipo, porque prefiguraba cosas que habían de venir, particularmente el primer advenimiento de Cristo. Así es que si hubiéramos vivido en el tiempo del Antiguo Testamento y hubiéramos faltado en cumplir con la ley de sacrificios y sistema de ese tiempo, por ello hubiéramos demostrado incredulidad en Cristo, Quien había de venir. Pero puesto que estamos viviendo en la era cristiana, si observáramos ahora la ley típica de sacrificios y sistema, por ello demostraríamos incredulidad en Cristo, Quien ha venido. --{2LO37 14.4}
Y así, como esta ley fue clavada en la cruz (Col. 2:14), no necesitamos, y no debemos, observarla ahora. --{2LO37 15.1}
La segunda parte de la ley de Moisés es la ley por la cual Israel debía gobernar a su pueblo, la civil o ley legal, –la ley que define qué penalidad el gobierno debe imponer a los que son encontrados robando, matando o algo semejante. Ahora, puesto que nosotros como cristianos no tenemos un gobierno propio, sino que todavía estamos bajo los gobiernos de las naciones de hoy, a nosotros personalmente o como grupo tampoco se nos requiere cumplir la ley legal de Moisés. --{2LO37 15.2}
Por consiguiente, la única ley de Moisés, que posiblemente somos amonestados a recordar, es la tercera parte de su ley; la ley moral, que consiste de las cosas que pertenecen a nosotros como individuos, las cosas que nosotros como individuos debemos hacer, las cosas que perfeccionan nuestro carácter, las cosas que nos hacen un pueblo peculiar. Por lo tanto necesitamos escudriñar y hacer las cosas contenidas en la ley moral de Moisés –“Los mandamientos y estatutos y decretos.” Deut. 5:31. --{2LO37 15.3}
Y la manera más segura para elegir estos elementos morales de entre las cosas que pertenecen al sistema sacrificial y al sistema legal, es ir al libro de Deuteronomio. Este libro es el resumen de todas las leyes y estatutos que Moisés habló al antiguo Israel, sus últimas palabras. --{2LO37 16.1}
Comenzaremos con su predicción de nuestra propia situación, de nuestra estancia en la tierra de los gentiles, como es este día, la certificación del hecho que en los consejos de los escritos de Moisés, nosotros también estamos incluidos. --{2LO37 16.2}
Deut. 4:26-31 – “Yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. Y el Señor os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará el Señor. Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. Mas si desde allí buscares al Señor tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres al Señor tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es el Señor tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.”
--{2LO37 16.3}
Aquí Moisés predice la desintegración del reino entonces esperado, y la dispersión del pueblo de Israel por todas las naciones, la situación exacta en la que estamos nosotros hoy. Él aquí también predice nuestra visitación en los últimos días, nuestro tiempo –el tiempo en que nosotros como cristianos nos encontramos como fugitivos y pecadores entre las naciones, el tiempo en que somos visitados por la Inspiración y se nos aconseja “volvernos al Señor,” para “ser obedientes a su voz.” Y si obedecemos, Él nos oirá y nos salvará. --{2LO37 16.4}
Por lo tanto, debemos ahora dar oído a su voz, y lo que Él mande debemos hacerlo si queremos sus bendiciones sobre nosotros. --{2LO37 17.1}
Recuerde que antiguamente perdimos el Reino por desobedecer sus mandamientos y estatutos, y es cierto que Él no nos llevará de nuevo a él mientras descuidamos en prestar atención a su voz. Y aquí está la Voz que suena en nuestros oídos hoy, tan alto como sonó en los oídos del pueblo en el tiempo de Moisés: --{2LO37 17.2}
Deut. 5:11-21 – “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque el Señor no dará por inocente al que tome su nombre en vano. Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios te ha mandado. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo al Señor tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el Señor tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que el Señor tu Dios te da. No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
--{2LO37 17.3}
Deut. 6:5, 8 – “Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. . . Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos.”
Deut. 7:6, 12, 15 – “Porque tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. . . Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, el Señor tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. . . Y quitará el Señor de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.”
--{2LO37 18.1}
De acuerdo a estos versículos la mayoría de nuestras enfermedades son causadas por la desobediencia. Y el mismo hecho que hay tantas enfermedades en nuestro tiempo es evidencia en sí que el mundo está segando una gran cosecha por su desobediencia. De aquí que, entre más continuemos en nuestros pecados peor estaremos. --{2LO37 18.2}
Deut. 10:12-13, 19-20 – “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el Señor tu Dios de ti, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?. . . Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Al Señor tu Dios temerás, a Él solo servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás.”
--{2LO37 18.3}
Deut. 11:26-28 – “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos del Señor vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos del Señor vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.”
Deut. 12:32 – “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.”
Deut. 14:3 – “Nada abominable comerás.”
Deut. 18:10-12 – “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”
Deut. 22:5-11 – “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al Señor tu Dios cualquiera que esto hace. Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días. Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno. No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña. No ararás con buey y con asno juntamente. No vestirás ropa de lana y lino juntamente.”
--{2LO37 19.1}
En este catálogo especial de mandamientos y estatutos, vemos que Dios es particular en lo que su pueblo viste y en lo que come. Él espera que sea amable con los animales. Él quiere que sea cuidadoso de no dejar trampas para que los inadvertidos caigan o que alguno se lastime en alguna manera. Luego, también el pueblo de Dios debe labrar de acuerdo con la sabiduría de Él si quiere tener sus bendiciones en su trabajo y si quiere obtener salud de lo que come. --{2LO37 20.1}
Deut. 23:19-23 – “No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga el Señor tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella.
--{2LO37 20.2}
“Cuando haces voto al Señor tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará el Señor tu Dios de ti, y sería pecado en ti. Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste al Señor tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.”
Deut. 24:6, 10-15 – No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en prenda la vida del hombre. . .
“Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda. Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda. Y si el hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda. Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante del Señor tu Dios. No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti al Señor, y sea en ti pecado.”
--{2LO37 21.1}
Aquí se le dice al pueblo de Dios no empeñar sus medios o sus herramientas (no empeñar “la muela de molino, ni la de abajo ni la de arriba”) con la que se gana la vida. Y no debe ser exigente con sus hermanos pobres. No deben cobrar por la fuerza y no deben detener el salario a los pobres. --{2LO37 21.2}
Deut. 25:4, 13-16 – “No pondrás bozal al buey cuando trillare. . . No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que el Señor tu Dios te da. Porque abominación es al Señor tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.”
Deut. 27:17, 21, 24, 26 – “Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén. . . Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén. . . Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén. . . Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.”
Deut. 28:1-4, 6, 15-22, 27, 35 – “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz del Señor tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz del Señor tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. . . Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. . .
--{2LO37 22.1}
“Pero acontecerá, si no oyeres la voz del Señor tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán. Maldito serás tú en la ciudad, y maldito en el campo. Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar. Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas. Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir. Y el Señor enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado. El Señor traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. El Señor te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas. . . El Señor te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser curado. . . Te herirá el Señor con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.”
--{2LO37 23.1}
Estos versículos no necesitan comentario. Los requerimientos son claros para todos. --{2LO37 23.2}
Deut. 30:15 – “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal.”
--{2LO37 23.3}
1 Juan 1:4-6 – “Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.”
San. 2:19, 20 – “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?”
--{2LO37 24.1}
Vemos que su obediencia a “todos los mandamientos y los estatutos y los derechos” de la ley moral de Moisés es la evidencia de que usted ha nacido de nuevo, que ha sido dotado con poder de lo alto, que usted está capacitado para elegir lo bueno y desechar lo malo, que usted es hijo de Dios. Por consiguiente, guardar los mandamientos y los estatutos en el Señor es la luz y escudo de su vida. Es la señal externa que por la vida de Cristo ha vencido al enemigo de su alma y cuerpo. Este sistema de adoración, por lo tanto, es verdaderamente la Justificación por la fe que trae la justicia de Cristo en el pueblo de Dios. Escuchemos ahora con oídos ampliamente abiertos la campana del pregonero: --{2LO37 24.2}
Isa. 52:1, 7 – “Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo. . . Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”
--{2LO37 24.3}
Nah. 1:15 – “He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.”
--{2LO37 25.1}
La Palabra profética de Dios claramente declara aquí, por medio de los profetas Isaías y Nahum, que cuando veamos publicadas estas buenas nuevas por aquel cuyos pies se ven sobre los montes (y esto está efectuándose por primera vez desde que el profeta escribió), debe ser una señal de que los impíos, los violadores de las leyes de Moisés, pronto serán cortados de entre el pueblo de Dios. --{2LO37 25.2}
Y ahora, ya que usted tiene el privilegio de oír todas estas cosas, “bienaventurados seréis,” dice el Señor, “si las hiciereis.” Juan 13:17. --{2LO37 25.3}
Para el resumen de nuestro estudio, quiero que mire seriamente esta ilustración. Mírela, guárdela en su mente y estúdiela en su tiempo libre. Si, convénzase de la verdad que he tratado de presentarle, porque esto es su vida, su prosperidad, su salud y felicidad, su eternidad. --{2LO37 25.6}
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