Renuevos, no Vástagos

RENUEVOS, NO VÁSTAGOS A LOS HERMANOS ESPARCIDOS

  --{2LO10 17.1}

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 Puesto que con frecuencia se nos pregunta que significa la “D” en las Llamadas Oportunas en conexión con el nombre “Adventista del Séptimo Día,” trataremos de explicar. La “D” significa Davidianos. Los publicadores en lugar de imprimir el nombre completo, con frecuencia usan la forma abreviada “D” cuando el espacio es limitado. --{2LO10 17.2}

Fundamentalmente nosotros somos Adventistas del séptimo Día. Después que los hermanos líderes de la Denominación Adventista del Séptimo Día rechazaron la adición al Mensaje del Tercer Ángel (Primeros Escritos, p. 277) de la misma manera que los judíos rechazaron el evangelio de Cristo, y como las iglesias populares rechazaron el mensaje que siguió de allí en adelante, nosotros fundamentalmente hemos permanecido Adventistas del Séptimo Día. Estamos separados de la iglesia madre porque los hermanos “tibios” por mayoría de voto nos desfraternizaron y pusieron un guardia en las puertas de la iglesia para asegurarse que no pudiéramos entrar a las iglesias en el día Sábado. Evidentemente ellos hicieron estas cosas para forzarnos a renunciar a la Verdad revelada por el Señor, y también para asustar a los que estaban abrazando la Verdad Presente y los que pudieran investigar por sí mismos y aceptar el mensaje de la hora. No podría haber otra razón para rechazarnos. --{2LO10 17.3}

Como no podíamos dar la espalda al “alimento a su debido tiempo” enviado por Dios, fuimos, por supuesto, obligados a agregar Davidianos al nombre Adventista del Séptimo Día, para no ser acusados de falsificación. Sin embargo, nunca nos hemos separado de la denominación. Como un pueblo todavía asistimos a las iglesias de la denominación siempre y cuando no se nos impida entrar. --{2LO10 17.4}

Nuestra obra es estrictamente dentro de nuestra denominación como fue la de Juan y la de Cristo dentro de su denominación. Por lo tanto nuestras creencias fundamentales son las mismas que las de la denominación, con la excepción de las verdades doctrinales adicionales que el mensaje adicional nos trae. Por esta razón, las circunstancias nos han puesto en una situación similar a la de los apóstoles; sus creencias fundamentales también eran las creencias fundamentales de los judíos, y en adición a éstas, ellos tenían el Evangelio de Cristo. --{2LO10 18.1}

Para lanzar reproche y prejuicio del pueblo contra el mensaje enviado del cielo, irónicamente la oposición nos llama “vástagos.” No obstante, su misma expresión en contra nuestra, prueba que nosotros estamos en lo correcto y ellos en el error. Si no fuera por los “vástagos,” la iglesia cristiana nunca hubiera venido a la existencia, no, ni las iglesias protestantes, ni tampoco la Adventista del Séptimo Día. --{2LO10 18.2}

Así que, gracias a Dios que hemos tenido la fortaleza para no hacer de la carne nuestro brazo (no tomar la palabra de los sacerdotes y rabinos, por así decirlo, sino examinarla por nosotros mismos, para saber personalmente que es la Verdad) y soportar el reproche como lo hicieron los que han ido antes de nosotros. --{2LO10 18.3}

Es aquí donde propia y oportunamente se aplica la declaración del profeta Isaías: “Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio el Señor, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.” Isa. 59:15. --{2LO10 18.4}

Sin embargo, la verdad del asunto, es que los así llamados vástagos no son sino retoños. Y siempre recordemos que así como un árbol muere cuando deja de echar retoños en cada estación, así es también cuando una iglesia deja de mantenerse con la Verdad progresiva del cielo. Aún el mundo sabe que los retoños siempre han mantenido a la iglesia viva y libre, y que los retoños siempre lo harán. Por lo tanto nos sentimos grandemente honorados de ser retoños en lugar de capullos inactivos. --{2LO10 19.1}

Si, es un gran honor ser perseguido, escarnecido y maltratado por la causa de Cristo y su Verdad. Jesús declaró: “Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.” Luc. 6:22, 23. --{2LO10 19.2}

Oíd palabra del Señor, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi Nombre, dijeron: El Señor sea glorificado. Pero Él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.” Isa. 66:5. --{2LO10 19.3}

Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy el Señor, que no se avergonzarán los que esperan en mí. --{2LO10 19.4}

¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice el Señor: Ciertamente, el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.” Isa. 49:23-25. --{2LO10 19.5}

Es claro ver que los que echan fuera de su medio a los hermanos creyentes de la verdad, lo están haciendo por orden del diablo, porque los que están conscientes a la orden del Señor, no echan fuera ni aún a la “cizaña.” ellos saben que la obra de purificar la iglesia pertenece sólo a los ángeles. --{2LO10 20.1}

“Vi luego el tercer ángel. Dijo mi ángel acompañante: ‘Su obra es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber completamente la mente y la atención.’ ” –Primeros Escritos, p. 118. --{2LO10 20.2}

Así mismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será el fin del siglo; saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Mat. 13:47-50. --{2LO10 20.3}

Así que estemos correctos o equivocados, sabe- mos que las obras de los hermanos no están en armonía con el Señor. --{2LO10 20.4}

Los pioneros de la fe cristiana dieron sus vidas por causa de la Verdad, ¿por qué no deberíamos nosotros? --{2LO10 20.5}

Para juzgar ahora si somos o no adventistas del séptimo día, permítame poner delante de ustedes nuestras creencias fundamentales del libro, “Creencias Fundamentales y Directorio.” Notarán aquí que toda la lista de creencias fundamentales es citada del anuario de la denominación A.S.D. Y ¿por qué? –simplemente porque sus creencias son las nuestras también. También notarán las verdades doctrinales adicionales que siguen. --{2LO10 20.6}

CREENCIAS FUNDAMENTALES DE LOS

DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

 Surgiendo en 1930 dentro de la Denominación Adventista del Séptimo Día (“la iglesia de los laodicenses”). La Asociación Davidiana Adventista del Séptimo Día ha sido siempre comisionada para la obra profética (predicha en Isaías 52:1) para preparar a la iglesia de Laodicea, la ultima con “la cizaña” entre “el trigo,” para la proclamación final del evangelio “en todo el mundo.” Mat. 24:14. --{2LO10 21.1}

Esta Asociación, en común con la Denominación Adventista del Séptimo Día, sostiene “ciertas creencias fundamentales, los principales rasgos de las cuales, junto con una porción de referencias bíblicas sobre las cuales están basadas”, son originalmente resumidas de la siguiente manera: --{2LO10 21.2}

“1. Que las Santas Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento fueron dadas por inspiración de Dios y contienen una revelación de su voluntad que es suficiente para los hombres, y son la única regla infalible de fe y práctica. 2 Tim. 3:15-17. --{2LO10 21.3}

“2. Que la Deidad o Trinidad, consiste del Padre Eterno, un Ser personal, espiritual, omnipotente, omnipresente, omnisapiente, infinito en sabiduría y amor; del Señor Jesucristo, el Hijo del Padre Eterno, por Quien todas las cosas fueron creadas y por medio de Quien la salvación de las huestes redimidas será efectuada; del Espíritu Santo, la tercera persona de la Deidad, el gran poder regenerador en la obra de la redención. Mat. 28:19. --{2LO10 21.4}

“3. Que Jesucristo es Dios mismo, siendo de la misma naturaleza y esencia como el Padre Eterno. Reteniendo su naturaleza divina tomó sobre sí la naturaleza de la familia humana, vivió en la tierra como un hombre, ejemplificó en su vida como nuestro Ejemplo, los principios de justicia, testificó de su relación con Dios por medio de muchos milagros grandiosos, murió por nuestros pecados en la cruz, fue resucitado de los muertos, y ascendió al Padre, donde vive por siempre para hacer intercesión por nosotros. Juan 1:1, 14; Heb. 2:9-18; 8:1,2; 4:14-16; 7:25. --{2LO10 22.1}

“4. Que cada persona para obtener la salvación debe experimentar el nuevo nacimiento; que esto incluye una transformación completa en la vida y el carácter por el poder recreativo de Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo. Juan 3:16; Mat. 18:3; Hech. 2:37-39. --{2LO10 22.2}

“5. Que el bautismo es una ordenanza de la iglesia cristiana y debe seguir al arrepentimiento y al perdón de los pecados. Por su observancia se muestra la fe en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Que la forma apropiada del bautismo es por inmersión. Rom. 6:1-6; Hechos 16:30-33. --{2LO10 22.3}

“6. Que la voluntad de Dios con relación a la conducta moral está contenida en su Ley de los diez mandamientos; que estos son los grandes preceptos morales inmutables, válidos para todos los hombres en todas las edades. Éxo. 20:1-17. --{2LO10 22.4}

“7. Que el cuarto mandamiento de esta Ley inmutable demanda la observancia del séptimo día, Sábado. Esta santa institución es a la misma vez un memorial de la creación y una señal de santificación, una señal del reposo del creyente de sus propias obras de pecado, y su entrada al descanso del alma que Jesús promete a los que a Él vienen. Gén. 2:1-3; Éxo. 20-8-11; 31:12-17; Heb. 4: 1-10. --{2LO10 23.1}

“8. Que la Ley de los diez mandamientos muestra el pecado, la penalidad del cual es la muerte. La Ley no puede salvar al transgresor de su pecado, ni impartir el poder para guardarlo de pecar. En su amor infinito y misericordia, Dios provee un medio por el cual esto puede ser hecho. Él provee un substituto, a Cristo el Justo, para morir en lugar del hombre, “al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” 2 Cor. 5:21. Que uno es justificado, no por la obediencia a la Ley, sino por la gracia que es en Cristo Jesús. Al aceptar a Cristo, el hombre es reconciliado con Dios, justificado por su sangre de los pecados del pasado, y salvado del poder del pecado por su vida morando en nosotros. Así el evangelio llega a ser “el poder de Dios para salvación para todos los que creen.” Esta experiencia es obrada por la agencia divina del Espíritu Santo, que convence de pecado y guía hacia Aquel que carga con el pecado, conduciendo al creyente a una relación del nuevo pacto, donde la Ley de Dios es escrita en su corazón, y por medio del poder capacitador de la existencia permanente de Cristo en el alma, su vida es puesta en conformidad con los preceptos divinos. El honor y el mérito de esta transformación maravillosa pertenece totalmente a Cristo. 1 Juan 2:1, 2; 3:4; Rom. 3:20; 5:8-10; 7:7; Efe. 2:8-10; 3:17; Gál. 2:20; Heb. 8:8-12. --{2LO10 23.2}

“9. Que Dios ‘es el único que tiene inmortalidad.’ 1 Tim. 6:15. El hombre mortal posee una naturaleza inherentemente pecadora y decadente. La vida eterna es el regalo de Dios por medio de la fe en Cristo. Rom. 6: 23 El que tiene al Hijo tiene la vida. 1 Juan 5:12. La inmortalidad es otorgada sobre los justos a la segunda venida de Cristo, cuando los justos muertos son resucitados de la tumba y los vivos justos trasladados para encontrarse con el Señor. Es entonces que a aquellos que son contados por fieles son vestidos “de inmortalidad.” 1 Cor. 15:51-55. --{2LO10 24.1}

“10. Que la condición del hombre en la muerte es de inconsciencia. Que todos los hombres, buenos y malos igualmente, permanecen en la tumba desde la muerte hasta la resurrección. Ecl. 9:5, 6; Sal. 146:3, 4; Juan 5:28, 29. --{2LO10 24.2}

“11. Que habrá una resurrección tanto de justos como de injustos. La resurrección de los justos se llevará a cabo en la segunda venida de Cristo; la resurrección de los injustos se efectuará mil años después, al fin del milenio. Juan 5:28, 29; 1 Tes. 4:13-18; Apoc. 20:5-10. --{2LO10 24.3}

“12. Que finalmente los impenitentes, incluyendo a Satanás, el autor del pecado, serán reducidos, por el fuego de los últimos días, a un estado de no existencia, viniendo a ser como si nunca hubieran sido. Así el universo de Dios será purificado de pecado y pecadores. Rom. 6:23; Mal. 4:1-3; Apoc. 20:9, 10; Abdías. 16. --{2LO10 24.4}

“13. Que ningún período profético [fijando fechas proféticas del tiempo exacto del regreso de Cristo] es dado en la Biblia que abarque hasta la segunda venida, sin embargo el período más largo, los 2,300 días de Daniel 8:14, terminó en 1844, y nos trajo a un evento llamado la purificación del santuario. --{2LO10 24.5}

“14. Que el verdadero santuario, del cual el tabernáculo en la tierra era un tipo, es el templo de Dios en el cielo, del cual Pablo habla en Hebreos 8 en adelante, y del cual el Señor Jesús, como nuestro gran Sumo Sacerdote, es ministro; y que la obra sacerdotal de nuestro Señor es el antitipo de la obra del sacerdocio judío de la dispensación antigua; que este santuario celestial es el que ha de ser purificado al final de los 2,300 días de Dan. 8:14; siendo su purificación, como en el tipo, una obra de juicio, comenzando con la entrada de Cristo como Sumo Sacerdote en la fase del juicio de su ministerio en el santuario celestial, prefigurada en el servicio terrenal de la purificación del santuario en el día de expiación. Esta obra de juicio en el santuario celestial comenzó en 1844. Su terminación cerrará la gracia para la humanidad. --{2LO10 25.1}

“15. Que Dios, en el tiempo del juicio, y de acuerdo con su trato uniforme con la familia humana, al advertirles de los eventos venideros que afectan vitalmente sus destinos (Amós 3:6,7), envía una proclamación de la proximidad del segundo advenimiento de Cristo; que esta obra es simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14; y que su triple mensaje muestran una obra de reforma para preparar un pueblo para encontrarse con Él a su venida. --{2LO10 25.2}

“16. Que el tiempo de la purificación del santuario, sincronizando con el período de la proclamación del mensaje de Apocalipsis 14, es un tiempo de juicio investigativo, primero con relación a los muertos, y en segundo lugar, con relación a los vivos. Este juicio investigador determina quienes de las miríadas que duermen en el polvo de la tierra son dignos de tomar parte en la primera resurrección, y quienes de la multitud de los vivos son dignos para la traslación. 1 Pedro 4:17, 18; Daniel 7:9,10; Apoc. 14: 6,7; Lucas 20:35. --{2LO10 25.3}

“17. Que los seguidores de Cristo deben ser un pueblo santo, no deben adoptar principios impíos ni conformarse a las maneras perversas del mundo, ni amar sus placeres pecaminosos ni aprobar sus insensateces. Que el creyente debe reconocer su cuerpo como el templo del Espíritu Santo, y que por lo tanto el debe vestirlo con una indumentaria limpia, modesta y decente. Además, que en el comer y beber y en todo su curso de conducta debe modelar su vida hasta llegar a ser un seguidor del humilde y manso Maestro. De manera que el creyente será guiado a abstenerse de toda bebida intoxicante, tabaco y otros narcóticos, y evitar todo hábito y práctica que profane el cuerpo y el alma. 1 Cor. 3:16, 17; 9:25; 10:31; 1 Tim. 2:9, 10; 1 Juan 2:6. --{2LO10 26.1}

“18. Que el principio divino de los diezmos y ofrendas para sostener la obra del evangelio es el reconocimiento que Dios es el dueño de nuestras vidas, y que somos mayordomos que debemos darle cuenta de todo lo que Él ha encomendado a nuestra posesión. Lev. 27:30; Mal. 3:8-12; Mat. 23:23; 1 Cor. 9:9-14; 2 Cor. 9:6-15. --{2LO10 26.2}

“19. Que Dios ha dado a su iglesia los dones del Espíritu Santo, como está enumerado en 1 Corintios 12 y Efesios 4; que estos dones obran en armonía con los principios divinos de la Biblia, y son dados para perfeccionar a los santos, para la obra del ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo. Apoc. 12:17; 19:10; 1 Cor. 1:5-7. --{2LO10 26.3}

“20. Que la segunda venida de Cristo es la gran esperanza de la iglesia, la gran culminación del evangelio y del plan de salvación. Su venida será literal, personal y visible. Muchos eventos importantes estarán asociados con su regreso, tales como la resurrección de los muertos, la destrucción de los impíos, la purificación de la tierra, la recompensa de los justos, el establecimiento de su reino eterno. El cumplimiento casi total de varias líneas de profecías, especialmente las que se encuentran en los libros de Daniel y el Apocalipsis, juntamente con las condiciones existentes en el mundo físico, social, industrial, político y religioso, que indican que la venida de Cristo ‘esta cerca, a las puertas.’ El tiempo exacto de este evento no ha sido predicho. Los creyentes son exhortados a estar preparados, ‘porque a la hora que no pensáis el Hijo del Hombre’ será revelado. Luc. 21:25-27; 17:26-30; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; Apoc. 1:7; Heb.9:28; Sant. 5:1-8; Joel 3:9-16; 2 Tim. 3:1-5; Dan. 7:27; Mat. 24: 33, 36, 44. --{2LO10 27.1}

“21. Que el reinado milenario de Cristo cubre el período entre la primera y la segunda resurrección, durante cuyo tiempo los santos de todas las edades vivirán con su bendito Redentor en el cielo. Al final del milenio la santa ciudad con todos los santos descenderá a la tierra. Los impíos, resucitados en la segunda resurrección, subirán sobre la anchura de la tierra con Satanás al frente para circundar el campo de los santos, y es cuando fuego descenderá de Dios del cielo y los devorará. En la conflagración que destruirá a Satanás con todas sus huestes, la tierra misma será regenerada y purificada de los efectos de la maldición. Así el universo de Dios será purificado de la mancha repugnante del pecado. Apoc. 20; Zac. 14:1-4; 2 Ped. 3:7-10. --{2LO10 27.2}

“22. Que Dios hará todas las cosas nuevas. La tierra restaurada a su belleza original, será para siempre la morada de los santos del Señor. Será cumplida la promesa a Abraham, que por medio de Cristo él y su simiente poseerían la tierra a través de las edades interminables de la eternidad. ‘El reino y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. Cristo el Señor, reinará supremo y toda criatura que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra, y los que están en el mar atribuirán bendición y honor y gloria y poder al que está sentado sobre el trono y al Cordero por siempre y para siempre. Gén. 13:14- 17; Rom. 4:13; Heb. 11:8-16; Mat. 5:5; Isa. 35; Apoc. 21:1-7; Dan. 7:27; Apoc. 5:13;” Anuario de la Denominación de los Adventistas de Séptimo Día, Edición 1940, pp. 4-6 --{2LO10 28.1}

EN ADICIÓN a estos principios fundamentales de fe profesados en común con los Adventistas del Séptimo Día, la Asociación Davidiana sostiene: --{2LO10 28.2}

1.   Que el don profético en la Iglesia Adventista del Séptimo Día (por medio del cual vino a existencia la iglesia en 1844 y fue alimentada y preservada por siete décadas) dejó de manifestarse en 1915 y no se manifestó nuevamente hasta 1930; y que esta cesación y remanifestación tienen su paralelo con la cesación del don profético en el Antiguo Testamento y de nuevo su manifestación en el Nuevo. --{2LO10 28.3}

2.   Que la manifestación actual ocurrió a los 430 años de la profecía de Ezequiel 4 y que es la “adición” anticipada en Primeros Escritos, p. 277. --{2LO10 29.1}

3.    Que ésta fue manifestada nuevamente en la obra final para la iglesia para llevar a cabo el sellamiento de los 144,000 siervos de Dios (Joyas de los Testimonios, Tomo 1, pp. 335, 336), y para dar poder y fuerza (Primeros Escritos, p. 277) al Mensaje del Tercer Ángel (Apoc. 14:6-11) de tal manera que los 144,000 puedan ser dotados con poder para llevar a cabo la obra final, para el mundo, y para juntar a todos sus hermanos de entre todas las naciones (Isaías 66:19, 20; Apoc. 18:4). --{2LO10 29.2}

4.    Que la destrucción de la cizaña de entre los primeros frutos de los vivos (Mat. 13:30, 48, 49; Eze. 9:6, 7) resulta en la purificación de la iglesia. --{2LO10 29.3}

5.   Que inmediatamente después, los ángeles sueltan los cuatro vientos (Apoc. 7:1-3), con lo cual resulta el tiempo de angustia y el levantamiento de Miguel para liberar de él a todos aquellos cuyos nombres estén escritos en el libro de vida del Cordero (Dan. 12:1). --{2LO10 29.4}

6.    Que al soltar los ángeles los cuatro vientos para que soplen sobre los cuatro ángulos de la tierra (Apoc. 7:1), no anticipa una guerra mundial sino más bien un decreto mundial impuesto por toda Babilonia por medio de la imagen de la bestia, y que entonces nadie pueda comprar o vender sino sólo los que adoren a “la imagen.” Apoc. 13; 15-17. --{2LO10 29.5}

7.   Que posteriormente, el tiempo de la angustia de Jacob (Jer. 30:7) para los 144,000, los hijos de Jacob, lógicamente desarrolla en su camino hacia su hogar (Gén. 32:1, 24) a la tierra de sus padres (Eze. 36:28; 37:21, 25). --{2LO10 30.1}

8.   Que el evento memorable anterior ocasionará que a los 144,000 se les cambie sus nombres tal como sucedió con su padre Jacob (Gén. 32:28), y que todos como un cuerpo reciban un nombre nuevo que la boca del Señor nombrará (Isaías 62:2). --{2LO10 30.2}

9.     Que estos eventos culminarán en el establecimiento del Reino (Dan. 2:44; Isa. 2:1-4; Miq. 4; Eze. 37), en donde los 144,000, los que siguen al Cordero “por donde quiera que va” (Apoc. 14:4), estarán en pie con Él en el Monte de Sion (Apoc. 14:1) y allí reciben “las riquezas de las naciones.” Isa. 60:5, 11. --{2LO10 30.3}

10.       Que con esta secuencia de eventos seguirá el Fuerte Pregón del ángel que alumbra la tierra con su gloria (Apoc. 18:1), mientras que otra Voz clama, “salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.” Apoc. 18:4. --{2LO10 30.4}

11.        Que en respuesta a este llamado, muchas naciones dirán: “Venid, y subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la Palabra del Señor.” Miq. 4:2. --{2LO10 30.5}

12.      Que la Voz cesará de clamar cuando todos los santos hayan sido juntados de todas las naciones. Entonces vendrán “días, dice el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra del Señor: E Irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra del Señor, y no la hallarán.” Amós 8:11, 12. --{2LO10 30.6}

13.      Que luego seguirá la desintegración de la organización mundial de la imagen de la bestia (Apoc. 19:1-3), el cierre del juicio investigador de los vivos (Apoc. 15:5-8), el fin del tiempo de gracia (Apoc. 22:11), y el derramamiento de las siete postreras plagas sobre los impíos (Apoc. 16). --{2LO10 31.1}

14.      Que bajo la séptima plaga, las huestes preparadas para la guerra del Armagedón pelearán, y serán diezmadas por los ejércitos del cielo (Testimonios, Vol. 6, p. 406 [Inglés]), y que Cristo aparecerá en toda su gloria, destruirá el resto de los impíos, resucitará a los muertos justos (1 Tes. 4:14-17), e introducirá el milenio (Apoc. 20:5). --{2LO10 31.2}

 15.      Que por un poco de tiempo (Apoc. 20:3), cien años (Isaías 65:20), después del milenio, los impíos vivirán otra vez y entonces finalmente serán destruidos por fuego (Apoc. 20:9), con lo cual todas las cosas serán renovadas, y el plan original de Dios procederá al perfecto cumplimiento en una eternidad ininterrumpida de gozo celestial (Apoc. 21:4). --{2LO10 31.3}