La Gran Paradoja de las Edades

 MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Rompamos el Terreno Abandonado

 Leeré de la página 36 de Palabras de Vida del Gran Maestro: --{2LO22 16.1}

“A través de la parábola del sembrador, Cristo presenta el hecho de que los diferentes resultados dependen del terreno. En todos los casos, el sembrador y la semilla son los mismos. Así Él enseña que si la palabra de Dios deja de cumplir su obra en nuestro corazón y en nuestra vida, la razón estriba en nosotros mismos. Pero el resultado no se halla fuera de nuestro dominio. En verdad, nosotros no podemos cambiarnos a nosotros mismos; pero tenemos la facultad de elegir y de determinar qué llegaremos a ser. Los oyentes representados por la vera del camino, el terreno pedregoso y el de espinas, no necesitan permanecer en esa condición. . . Una vez que el terreno ha estado cubierto por las espinas, sólo se lo puede utilizar después de un trabajo diligente. Así también, sólo se pueden vencer las malas tendencias del corazón humano por medio de esfuerzos fervientes en el nombre de Jesús y con su poder. El Señor nos ordena por medio de su profeta: ‘Haced barbecho para vosotros, y no sembréis sobre espinas,’ ‘Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia,’ Dios desea hacer en favor nuestro esta obra, y nos pide que cooperemos con Él.” --{2LO22 16.2}

Ahora nos arrodillaremos y oraremos que podamos siempre estar despiertos a la voz del Espíritu de Dios; para saber que aunque no podemos cambiarnos a nosotros mismos, sin embargo, el poder de elegir es nuestro; siempre recordar que Dios nos ha creado agentes morales libres, que nosotros mismos somos responsables por nuestra dureza de corazón; permitir que Él rompa nuestro terreno abandonado para que podamos sembrar para nosotros en justicia; saber que a través de la oración y el estudio podemos mantener despierto nuestro deseo de las cosas espirituales. --{2LO22 16.3}

LA GRAN PARADOJA DE LAS EDADES

  --{2LO22 17.1}

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 10 DE ENERO DE 1948

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

--{2LO22 17.2}

Zac. 6:1-8 – “De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. En el primer carro había caballos bermejos, en el segundo carro caballos negros, en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos rucios rodados [caballos grises y bayos –en Inglés]. Respondí entonces y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra. El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia la tierra del sur. Y los rucios salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.”

--{2LO22 17.3}

--{2LO22 18.1}

La paradoja en este simbolismo profético es con el cuarto carro; vemos que éste está enganchado a dos tiros de caballos, los overos y los rucios, un tiro tratando de llevarlo en una dirección (al sur), y el otro en otra dirección para (recorrer la tierra). ¿Qué pasará con el carro, y cuál de los caballos es apto para llevarlo? Eso es la paradoja, porque ambos no lo pueden tener a menos que caminen juntos. Como este es un simbolismo paradójico, ha sido un misterio siempre desde que el profeta lo escribió, y como es revelado ahora por primera vez, obviamente la Inspiración está advirtiendo a alguien de algo muy serio que está sucediendo en este tiempo particular. ¿Qué puede ser? – --{2LO22 19.1}

El profeta Zacarías estaba tan deseoso de saber como lo estamos nosotros, porque él preguntó, “¿Qué es esto, Señor mío?” Y para esta pregunta vino la respuesta, “Estos son los cuatro vientos [Espíritus, en Inglés] de los cielos, que salen de delante del Señor de toda la tierra.” --{2LO22 19.2}

La respuesta del ángel es positiva. Declara que los carros son los Espíritus de los cielos que están delante del Señor, y que son enviados para recorrer la tierra. Claramente, entonces, estos cuatro tiros de caballos y carros simbolizan cuatro mensajes (cuatro Espíritus) enviados de la presencia de Dios. Y puesto que todos los mensajes de Dios son llevados a recorrer la tierra por el ministerio y la Iglesia, por lo tanto vemos que los carros y sus caballos simbolizan a la iglesia trabajando en cuatro períodos diferentes. --{2LO22 19.3}

La siguiente pregunta es, ¿dónde en la corriente del tiempo buscaremos esta iglesia perturbada por el peso de este mensaje abrumador? ¿En nuestro tiempo, en el pasado o en dónde? Los montes de bronce dan la clave, porque los carros salían de entre ellos. Por lo tanto, primero debemos encontrar que simbolizan los montes y en que tiempo están. Y como los carros salían de entre los montes, uno estando a su izquierda (en el futuro) y el otro a su derecha (en el pasado), es necesario ubicarlos primero. La interpretación bíblica de un monte simbólico es como sigue: “Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del Señor de los ejércitos, Monte de Santidad.” Zac. 8:3. Por consiguiente, los montes en la profecía de Zacarías, como en todo otro lugar en la Biblia, se ve que simbolizan dos gobiernos, iglesias, muy semejantes en naturaleza (ambas de bronce) y en dos tiempos diferentes (una a la derecha de los carros y la otra a la izquierda). Siendo de bronce, un material que tiene cualidades eternas, que no se deteriora, muestra que representan algo eterno. Además, los montes siendo del mismo material simbólico como ese del cuál los pies de Cristo (Apoc. 1:15) se muestran que son (bronce), esto ubica a los montes en la era cristiana. --{2LO22 19.4}

Los únicos semejantes gobiernos santos de Dios en la era cristiana, uno en el pasado y uno en el futuro entre los cuales está situado el camino de los carros, son la iglesia del Pentecostés con los 120 discípulos llenos del Espíritu y simbolizada por el monte a la derecha de los carros, y la iglesia en el segundo Pentecostés (Joel 2:28, 29, aun en el futuro) con los 144,000 discípulos llenos del Espíritu estando sobre el Monte de Sion con el Cordero (Apoc. 14:1), simbolizados por el monte a la izquierda de los carros. --{2LO22 20.1}

Es bien comprendido que la iglesia de hoy está compuesta de toda clase de materiales, no de bronce sólido –no solamente de cristianos verdaderos, sino mezclada con buenos y malos –trigo y cizaña. La verdad por lo tanto es clara: Ha de haber otra Teocracia semejante que destruye el pecado y separa a los pecadores como en la de los días de Ananías y Safira que por pecar murieron mientras caían a los pies de los apóstoles (Hech. 5:1-11). --{2LO22 20.2}

Los carros simbolizan claramente la obra de la iglesia militante entre los dos Pentecostés. --{2LO22 21.1}

El cuarto carro siendo el último, se ha de encon- trar obrando justo antes del segundo Pentecostés. --{2LO22 21.2}

Puesto que los carros son guiados por caballos, los caballos mismos deben simbolizar el liderazgo del carro (la iglesia), y los pasajeros en los carros deben simbolizar los laicos. --{2LO22 21.3}

Por lo tanto, el simbolismo es para revelar la si- tuación paradójica que existe con el cuarto carro, el último, de aquí que no es ningún otro sino la iglesia de Laodicea con el mensaje del Juicio, como su mismo nombre lo indica. --{2LO22 21.4}

Recuerden que el primer carro es guiado por caballos bermejos [rojos]; el segundo por caballos negros; el tercero por blancos y el cuarto por dos clases de caballos, –overos y rucios. El color de cada caballo siendo una especie de marca, debe ser indicativo de sus circunstancias naturales y consiguientes. Y como notamos antes, son símbolo del ministerio en cada segmento de la historia de la iglesia. Los bermejos evidentemente significan mártires; los negros significan cautividad; los blancos significan libertad; los overos (un color indefinido, ni negro ni blanco) simbolizan a los ministros que ni son cristianos verdaderos, ni verdaderos gentiles –hipócritas. Sin embargo los rucios denotan fortaleza, como lo muestra la referencia marginal. --{2LO22 21.5}

Se ve que esta profecía simbólica corrobora la historia. Muestra que la iglesia cristiana al principio sufrió martirio, mostrado por el color rojo. Luego siguió la Edad Obscura de la religión cuando la iglesia estaba en cautiverio (negro). Después de esto vino el período protestante, el período de libertad religiosa (caballos blancos). Y al último viene el cuarto carro con sus caballos overos y rucios. Se ve que los caballos tienen una lucha controversial sobre el carro. Los grises, siendo un color indefinido – ni negro, ni blanco, denota hipocresía, la clase que hasta ahora es desconocida, mientras que el color rucio, denota fuerza espiritual (margen) la clase hasta ahora desconocida. --{2LO22 21.6}

Puesto que la iglesia se originó en Asia, Jerusalén en particular, se ve que el primer carro permaneció allí, porque no fue a ninguna parte. La “tierra del norte,” geográficamente al norte de Palestina es donde fueron los otros carros, es decir, los países que las naciones cristianas están habitando ahora. Por consiguiente el cuarto carro está supuesto a recorrer la tierra –a toda nación y linaje y pueblo, y lengua. Pero contrario a esto, los caballos overos “salieron hacia la tierra del sur” la cual, figurativamente hablando, sería Egipto espiritual –mundanalidad. --{2LO22 22.1}

Habiendo sido silenciado el Espíritu de Dios en la tierra del norte, debe denotar que los mensajes de Dios en la tierra del norte fueron generalmente rechazados, especialmente el del cuarto carro, lo cual hizo que el Espíritu de Verdad se apartara y no trajera más Verdad por medio de ellos –lo hicieron reposar allí –y que, por consiguiente, no se esperó más Verdad por medio de ellos. --{2LO22 22.2}

El doble tiro de caballos, y sus dos clases de colores, tirando en dos direcciones diferentes se ve inmediatamente que simbolizan una doble clase de dirigentes en la iglesia (los líderes Adventistas del Séptimo Día y los líderes Davidianos Adventistas del Séptimo Día) diferentes en carácter y propósito. Simbólicamente hablando, los caballos overos, los que aparecen primero en la escena profética, están guiando el carro a Egipto –la mundanalidad de la cualdebensalirenlugar deregresaraella.Sin embargo los caballos rucios están esforzándose para separarse de éste e ir a recorrer la tierra como seles manda –para terminar la obra del evangelio de acuerdo con los planes de Dios. Pero esto no puede llevarse a cabo en tanto que ambos tiros de caballos estén enganchados al carro, porque el carro no puede moverse en ninguna dirección mientras unos caballos tiran en una dirección y los otros en otra dirección. --{2LO22 22.3}

Por lo tanto, la necesidad inmediata es desenganchar (remover) uno, para que el otro pueda estar libre para recorrer la tierra tan pronto como se les diga “Id.” Cuando esto acontezca la paradoja no será más una paradoja. --{2LO22 23.1}

¿Qué puso dos clases diferentes de líderes a obrar con propósitos opuestos? Dejaré que el Espíritu de Profecía de la respuesta. Aquí sigue la descripción de un grupo de líderes en la Iglesia. --{2LO22 23.2}

“. . . Aquellos que le han rendido homenaje supremo a la ‘falsamente llamada ciencia,’ no serán los dirigentes en aquel tiempo. Los que han confiado en el intelecto, el ingenio o el talento no estarán entonces al frente de las tropas. No se mantuvieron al paso con la luz. A los que demostraron ser infieles no se les encomendará el rebaño. . .” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p.76. --{2LO22 23.3}

Obviamente, estos líderes arrogantes, que aman el dormir en una tierra tibia, son representados por los caballos overos. --{2LO22 23.4}

Ahora leeremos de los líderes a quienes los caballos rucios representan, los que vienen a la última escena: --{2LO22 23.5}

“. . . El Señor tiene siervos fieles, quienes se han de manifestar en la hora de zarandeo y prueba. Hay almas preciosas, ocultas por el momento, que no se han postrado ante Baal. No han tenido la luz que con deslumbrante resplandor ha brillado concentradamente sobre nosotros. Pero puede ser que bajo un exterior algo áspero y no muy llamativo se revele el brillo de un carácter cristiano genuino. Durante el día miramos hacia el cielo, mas no vemos las estrellas. Están allí, fijas en el firmamento, pero el ojo no las puede distinguir. Es de noche cuando podemos contemplar su verdadero lustre” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 76. --{2LO22 24.1}

Esto es exactamente lo que está pasando ahora: Los que están rechazando el mensaje que está anunciando el Juicio de los vivos; los que “no se mantuvieron al paso con la luz,” y están satisfechos de estar en el antitípico Egipto; el ministerio adventista del séptimo día ha de ser despedido (desenganchado); y los “escondidos,” los que son representados por los caballos rucios, el ministerio davidiano adventista del séptimo día, vendrán al frente. Ahora están siendo “revelados a la vista,” y se están preparando para tomar el carro. Entonces tan pronto como se les diga “Id,” sin vacilar y rápidamente se moverán para “recorrer la tierra” con el mensaje de la hora, el Juicio de los vivos. --{2LO22 24.2}

Ahora dejemos que la fundadora de la Denominación Adventista del Séptimo Día concretamente explique qué y dónde es la tierra del sur: --{2LO22 24.3}

“Me lleno de tristeza cuando pienso en nuestra condición como pueblo. . . La iglesia ha dejado de seguir a Cristo, su Guía, y con paso firme sigue su retiro hacia Egipto. Sin embargo, son pocos los que se alarman y asombran por su falta de poder espiritual. La duda, y aun el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios, leudan la iglesia por todos lados. Así lo prefiere Satanás. Los ministros que predican el yo en lugar de Cristo lo prefieren así. Los testimonios no se leen, ni se aprecian. Dios os ha hablado. De su Palabra y de los testimonios, la luz ha brillado, y ambos han sido menospreciados y desatendidos. El resultado se ve claro en la falta entre nosotros de pureza, dedicación y fe fervorosa.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pp. 201-202. --{2LO22 24.4}

¿Qué desenganchará los caballos overos del carro? –el profeta Isaías tiene la respuesta: --{2LO22 25.1}

Isa. 66:16, 19, 20 –“Porque el Señor juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos del Señor serán multiplicados...Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda al Señor, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice el Señor, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa del Señor.”

--{2LO22 25.2}

Aquí es proyectada una matanza, que acontece entre los que han sido instruidos de abstenerse de alimentos inmundos, pero entre los cuales muchos están violando el mandato de Dios. Los desobedientes, los que cuyos estómagos son sus dioses, incluyendo los que se santifican y purifican a sí mismos (los justos ante sus propios ojos) en los huertos detrás de un árbol (detrás de sus ministros que abo- rrecen la Verdad, Isaías 66:17), son quitados por el Señor mismo de entre sus escudriñadores de la Verdad. --{2LO22 25.3}

Después que los transgresores son así quitados, entonces los que son dejados, el “remanente,” los escapados, vienen a ser los siervos de Dios y son enviados a todas las naciones, especialmente a los que no han oído la gloria de Dios o las buenas nuevas del Reino. Estos escapados traerán a la casa del Señor a todos sus hermanos, todos los que se convertirán a Cristo –“una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas.” Ellos estarán “delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.” Apoc. 7:9. --{2LO22 26.1}

Así el Evangelio será terminado por quienes escapan de la matanza del Señor (Isa. 66:15, 16) y el pueblo de Dios será congregado rápidamente de los cuatro ángulos de la tierra y felizmente traído como una ofrenda a la casa del Señor (Isa. 66:19,20). --{2LO22 26.2}

Ahora es la oportunidad para que cada uno decida estar en un lado o en el otro, si reformarse y ser guiados por los fieles caballos rucios, o adherirse a los arrogantes caballos overos y estar con ellos en la tierra del sur, para perecer allí. Verdaderamente aquí está una decisión vital que tiene que hacer cada miembro de la Denominación. Requiere acción que decidirá el destino futuro de los laicos como también del ministerio. --{2LO22 26.3}

Ahora es su oportunidad de actuar, y es mi deseo y oración que usted, y cada miembro de la Denominación elija estar en el lado que esta paradoja de las edades revelada clara y definitivamente le instruye estar. No permita que los caballos overos le engañen más. Enfrente sus claros discursos con un “Así dice el Señor.” Póngalos a prueba con esta estricta verdad bíblica. --{2LO22 27.1}