La Casa de David como el Ángel del Señor

“LA CASA DE DAVID COMO EL ÁNGEL DEL SEÑOR” --{1LO9 1.1}

LO QUE TRAE EL ÉXITO --{1LO9 1.2}

AL REAVIVAMIENTO Y A LA REFORMA --{1LO9 1.3}


--{1LO9 1.4}

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Daré lectura en el libro El Discurso Maestro de Jesucristo, en las páginas. 92, 93 leyendo los dos últimos párrafos. --{1LO9 1.5}

“Dios es nuestro Padre, que nos ama y nos cuida como hijos suyos; es también el gran Rey del universo. Los intereses de su reino son los nuestros, hemos de obrar para su progreso. --{1LO9 1.6}

“Los discípulos de Cristo esperaban el advenimiento inmediato del reino de su gloria; pero al darles esta oración, Jesús les enseñó que el reino no había de establecerse entonces. Habían de orar por su venida como un suceso todavía futuro. Pero esta petición era también una promesa para ellos. Aunque no verían el advenimiento del reino en su tiempo, el hecho de que Jesús les dijera que oraran por él es prueba de que vendrá seguramente cuando Dios quiera.” --{1LO9 1.7}

¿Cuál es el pensamiento esencial contenido en esta lectura? ¿Por qué debemos orar? Que podamos comprender que la oración por sí sola no nos llevará al Reino; que el trabajo activo es tan necesario como lo es la oración. Si, los intereses de su Reino deben ser nuestro pensamiento predominante. Hemos de “obrar” por su edificación, así como orar por él. --{1LO9 1.8}

“LA CASA DE DAVID COMO EL ÁNGEL DEL SEÑOR”

Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO9 2.1}

El Sábado, 5 de octubre de 1946 Capilla del Monte Carmelo Waco, Texas --{1LO9 2.2}

Vayamos a Zacarías, el capítulo doce. El texto de nuestro estudio se encuentra en el versículo ocho, pero para encontrar el tiempo y el pueblo del cual este versículo directamente habla, debemos comenzar nuestro estudio desde el versículo primero. --{1LO9 2.3}

Zac. 12:1 – “Profecía de la palabra del Señor acerca de Israel. El Señor, que extiende los cielos, y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho.” --{1LO9 2.4}

En este versículo hay dos puntos que debemos considerar seriamente: (1) que la carga es la del Señor, y (2) que su carga es por Israel, la iglesia y no por el mundo. --{1LO9 2.5}

Zac. 12:2 – “He aquí, yo pongo a Jerusalén como copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá en el sitio contra Jerusalén.” --{1LO9 2.6}

Sabemos por este versículo que las naciones gentiles han de poner sitio no sólo en contra de Jerusalén, sino también en contra de Judá –si, en contra de todo el Reino, iglesia o pueblo. Y en ese tiempo, el tiempo del sitio, Jerusalén será hecha como copa de temblor para todo el pueblo; es decir, todo el pueblo temerá a Jerusalén y temblarán ante ella. --{1LO9 2.7}

  --{1LO9 2.8}

 Zac. 12:3 – “Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos: todos los que se la cargaren, serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.”

Este sitio será hecho no sólo por las naciones adyacentes a Jerusalén, sino por todos los pueblos de la tierra, una cosa que llega a ser posible solamente mediante las líneas de comunicación en nuestro tiempo. Así Jerusalén será una piedra pesada a todos los pueblos de alrededor. En un esfuerzo para combatir su temor ellos se cargan a sí mismos sitiando a la ciudad. Por causa de esta obra mala serán despedazados. --{1LO9 3.1}

Zac. 12:4 – “En aquel día, dice el Señor, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.” --{1LO9 3.2}

Aunque el Señor hiera con locura, con pánico y con ceguera a los que asedien la cuidad, sin embargo Él abrirá sus ojos sobre la casa de Judá. --{1LO9 3.3}

Zac. 12:5 – “Y los capitanes de Judá dirán en su corazón; Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en el Señor de los ejércitos, su Dios.” --{1LO9 3.4}

Después que los pecadores sean quitados de su medio por la obra del Juicio de los vivos, entonces los capitanes de Judá se darán cuenta que su fuerza depende de los habitantes piadosos de Jerusalén y del Señor su Dios, es entonces cuando ellos serán fuertes. --{1LO9 3.5}

Veamos lo que dice el siguiente versículo a este respecto: --{1LO9 4.1}

Zac. 12:6 – “En aquel día pondré los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y con- sumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.” --{1LO9 4.2}

No importa lo que pensemos, Dios ha de tener un pueblo fuerte, un pueblo fiel, de la misma clase que aquí se describe: y Jerusalén será habitada por un pueblo santo, sin ni un sólo pecador entre ellos. Siendo que el profeta Elías antitípico, quien aparece justo antes del día del Señor grande y terrible, justo antes del día del Juicio de los vivos, él encuentra a la iglesia controlada gravemente por el diablo como lo fue la iglesia judía en el día de Cristo, y como los santos, las primicias, han de rescatarse uno por uno, Él al principio envía pescadores para atraparlos y después envía a cazadores para cazarlos (Jer. 16:16). En esta forma los recoge uno por uno (Isa. 27:12, 13). Y así es hoy – se pescan por esta literatura gratuita, y están cazándose por hombres en sus mismas casas, estén en las ciudades, aldeas, o campos. --{1LO9 4.3}

Zac. 12:7 – “Y librará el Señor las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se en- grandezca sobre Judá.” --{1LO9 4.4}

Él salvará primero las tiendas (los habitantes humildes más bien que las casas o los palacios) de Judá, es decir, el Señor salvará primero al pueblo común, los laicos para que el ministerio no pueda exaltarse por encima de los laicos, para que todos puedan aprender a dar la gloria a Dios y no a ningún hombre. --{1LO9 4.5}

Puesto que nada de lo que estos versículos de las Escrituras predicen jamás ha acontecido en Jerusalén o en alguna otra parte del mundo, es claro que estas predicciones aun no han tenido su cumplimiento. Y ahora encontraremos si han de ser cumplidas en nuestro tiempo o más adelante. --{1LO9 4.6}

Puesto que la obra que estamos haciendo ahora no está patrocinada por ningún hombre, y ya que Dios nos ha guiado por todo el camino tan seguramente como Él guió al movimiento del éxodo, desarrollando nuestro sendero pulgada tras pulgada como la Providencia lo dirige; y ya que somos el único pueblo que tiene el mensaje del restablecimiento de la casa de David y de la restauración de “todas las cosas” (Mar. 9:12), por lo tanto somos llamados davidianos, y no se puede escapar a la conclusión de que el tiempo del cumplimiento de estas profecías está cerca, aun a la puerta, y es la razón por la que el anuncio de estos eventos se está proclamando por todo el mundo adventista. --{1LO9 5.1}

Por consiguiente, lo que el Señor ha de decir en este capítulo es para nuestro entendimiento y para nuestras necesidades especiales de hoy día. Es una comunicación especialmente dirigida a nosotros y revelada en este tiempo especial para que sepamos lo que Él quiere que hagamos y como hacerlo para que todas las cosas sean restauradas rápidamente. --{1LO9 5.2}

Demos ahora lectura al texto de nuestro estudio – --{1LO9 5.3}

Zac. 12:8 – “En aquel día el Señor defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel del Señor delante de ellos.” --{1LO9 5.4}

Además de darnos la seguridad de que el Señor defenderá a su pueblo, la Inspiración los compara a David y a Dios. Aún los débiles “serán como David; y la casa de David como Dios, como el ángel del Señor delante de ellos.” ¡Qué declaración tan grande y maravillosa! ¡Que privilegio ser comparado a Dios mismo! --{1LO9 5.5}

  --{1LO9 5.6}

 Para hacer esta obra salvadora Dios envió el Espíritu de Verdad, envió profetas y ángeles, también a su único Hijo –todos maestros de redención. Él mismo descendió al Sinaí, y aunque ellos mataron a casi todos sus siervos, incluyendo a su Hijo, sin embargo su interés eterno en la raza humana ha seguido hasta este mismo día. No obstante nuestras faltas, su promesa para llevarnos de nuevo al Edén para vivir con Él allá si nos arrepentimos, es tan segura y constante como el sol. --{1LO9 6.1}

Ahora ven como es Dios, y si hemos de ser “como Dios” entonces tenemos que ser como Él es. Esto quiere decir que debemos estar tan interesados unos en otros y en el progreso de su Reino como Él está interesado en él. Hemos de ser tan desinteresados como Él lo es. Gustosamente debemos enseñar a otros todo lo que Él nos ha enseñado. Debemos hacer todo lo que podamos para mejorar las condiciones de la vida de otros. Hemos de hacer el mundo mejor que como pudiera ser si no estuviéramos en él. En la semana de la creación Dios hizo su parte. Ahora hemos de hacer nuestra parte de la creación si hemos de ser como Dios. --{1LO9 6.2}

Cualquiera que sea la buena cosa que tengamos – ya sea un oficio o algún otro don de valor hemos de ser fieles en él y tan deseosos de enseñar a otros como Él es fiel y tiene deseos de enseñarnos. Si descuidamos este deber, no sólo fracasaremos en ser como Dios, sino hasta se nos pedirá dar cuenta de nuestra negligencia. --{1LO9 6.3}

Durante toda mi vida he encontrado a gente muy egoísta y temerosa de que algún otro le aventaje en alguna u otra forma.  --{1LO9 6.4}

   Cuando yo estaba aprendiendo mi oficio, con frecuencia tenía necesidad de hacer preguntas, pero algunos con quienes trabajaba evitaban mis preguntas. No obstante su egoísmo, no me impidió aprender lo que necesitaba saber. Aprendí de alguna otra manera. Sin embargo, esos hombres no profesaban ser hasta aquí avanzados en la vida cristiana como nosotros profesamos ser, y por esta razón sus celos y egoísmo puede atribuirse sólo a su ignorancia. Pero nosotros que conocemos mejor debemos tratar de transmitir nuestro conocimiento a tantos como sea posible, sin esperar nada a cambio sino el éxito de ellos en esta vida. Dios mismo nos recompensará. Pero si tratamos de guardar nuestro conocimiento para nosotros mismos, con seguridad seremos los perdedores. También recordemos que cualquier cosa buena que podamos poseer es un don de Dios. El proverbio antiguo dice: “No hay límite al bien que uno pueda hacer cuando no se preocupa por quien sea el que obtenga el crédito.” --{1LO9 7.1}

El Señor enseñó a los pájaros como vivir y fabricar sus nidos y como criar a sus polluelos. Entonces ¿no ayudaremos a otros a edificar y a mejorar sus hogares y su manera de vivir? Recuerdan lo que Jesús dijo, “y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo, que no perderá su recompensa.” Mat. 10:42. --{1LO9 7.2}

Si Dios no fuera lo que es, Él no sería Dios; y si nosotros continuamos siendo lo que siempre somos, nunca seremos “como Dios.” --{1LO9 7.3}

Además, la casa de David tiene que ser “como el ángel del Señor ante ellos.” ¿Qué significa esta declaración? –significa que si hemos de ser miembros de la casa de David, tenemos que ser como David, como Dios y también como los ángeles. Los ángeles que son poderosos en fortaleza, obedecen los mandatos de Dios, obedecen la voz de su Palabra (Sal. 103:20). Están siempre listos para ministrar a los santos y ellos los han guiado con seguridad en todo conflicto a través de las edades. Dios espera que su iglesia y su pueblo sean exactamente como esto –“como el ángel del Señor.” A pesar de lo que elijamos ser como individuos, no obstante Dios tendrá una iglesia que será de esta manera. --{1LO9 7.4}

 Ahora, ¿cuál es el propósito general de la casa de David? Las Escrituras revelan que la casa de David está siendo construida con un triple propósito: (1) Durante el recogimiento del pueblo, ha de “reedificar las ruinas antiguas,” “levantar los asolamientos primeros” y “restaurar las ciudades arruinadas y los escombros de muchas generaciones,” Isa. 61:4. Esta obra de reconstruir y restaurar tiene como su tipo el reconstruir y restaurar la antigua Jerusalén por los judíos antiguos al regresar de su cautividad en Babilonia a la tierra de sus padres. Así como ellos habían de reparar las ruinas, los asolamientos primeros –el templo del Señor, la ciudad y los muros– y restaurar la adoración de Dios de acuerdo con su divina voluntad, así también nosotros somos llamados para hacer una obra similar, solamente que en una proporción y alcance mucho mayor. Por lo tanto, debemos trabajar aún más incesantemente que lo que ellos trabajaron y ser felices y agradecidos por el privilegio de tener parte en tal obra tan grande y gloriosa. --{1LO9 8.1}

(2)    En adición a esta magna y grande obra, mientras está en las manos de Dios como su martillo de guerra (Jer. 51:20), con él Dios ha de quebrantar el yugo de los gentiles que ahora descansa sobre los hombros del pueblo de Dios. Con él, Él ha de emancipar al pueblo de Dios del gobierno de los gentiles: “el que aún quede en Asiria, Egipto, Patros y Etiopia, Elam, Sinar y Hamat y en las costas del mar. . . (Isa. 11:11) Con él “levantará pendón a las naciones,” y “juntará a los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra,” (Isa. 11: 12). Para realizar esta obra hemos de ser primero los “muchos pescadores” y luego los “muchos cazadores” (Jer. 16:16). De esta manera los primeros frutos han de ser recogidos “uno por uno.” (Isa. 27:12). Estamos ahora en los días de cacería –yendo de ciudad en ciudad, de aldea en aldea y de puerta en puerta, una cosa que nunca se ha hecho antes. Además de pescar y cazar hemos de hacer también un camino real “para el remanente de su pueblo, el que quedó [después que los primeros frutos son juntados] de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.” (Isa. 11:16). Después que se termine esta cacería y se construya este camino real, entonces es cuando los segundos frutos fluyen al monte de la casa del Señor. Una nación, por así decirlo, dirá a otra nación, “Venid y subamos al monte del Señor y a la casa del Dios de Jacob, y nos enseñará sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.” (Miq. 4:2). --{1LO9 8.2}

  --{1LO9 8.3}

  Así nuestra obra tiene también por tipo el movimiento del Éxodo saliendo de Egipto para establecerse en la tierra prometida. Así como ellos fueron liberados de la esclavitud de Egipto, así nosotros seremos liberados del yugo del mundo; y así como ellos poseyeron la tierra y establecieron el reino, así haremos si hacemos de sus errores nuestros peldaños hacia el éxito. --{1LO9 9.1}

(2)   Finalmente, debemos apresurar “la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendido serán deshechos, y los elementos siendo quemados, se fundirán.” Hemos de traer “cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas, en los cuales mora la justicia.” (2 Ped. 3:12, 13). --{1LO9 9.2}

  --{1LO9 9.3}

  Para otra fase de esta obra tenemos también el diluvio como un tipo. Así como la predicación de Noé trajo el mundo hacia el fin en su tiempo, así nuestra predicación traerá el fin del mundo en nuestro tiempo. Y de la manera como los que fueron fieles encontraron refugio en el arca de Noé, así los que sean fieles hoy día encontrarán refugio en el Reino (la iglesia purificada) aquí predicho. --{1LO9 10.1}

La obra de estos tres movimientos –de Zacarías, de Moisés y de Noé– Por lo tanto tipifica cada fase de nuestra obra. --{1LO9 10.2}

Aquí se ve claramente que nuestra obra dada por Dios no consiste solamente en predicar, sino que también es una obra manual. Hay miles en el mundo que están tan deseosos de predicar así como están los osos de llenar sus estómagos después de salir de su hibernación, pero hay muy pocos que ponen sus hombros a la rueda y son constantes en dar impulso al trabajo. --{1LO9 10.3}

Lo que el mundo necesita hoy, no son predicadores, sino maestros que puedan enseñar con una mano y usar el pico o pala con la otra. Tam- poco el mundo necesita hombres que codicien los puestos de Moisés y de Aarón, sino que hay una tremenda necesidad de hombres que puedan recibir órdenes y ejecutarlas fielmente con éxito, hombres que se atrevan a hacer frente al gigante, al león y al oso. Hombres que se atrevan a ser héroes para Dios, “hombres maravillosos,” hombres con fe que no falla y con paciencia sin límite, creyendo que Dios mismo está conduciendo el barco y que por lo tanto no puede haber fracaso. Ciertamente el mundo necesita hombres como Noé, Moisés, David, Esdras, Nehemías, y un gran número de Jobs. --{1LO9 10.4}

  --{1LO9 10.5}

  Nuestra obra y deber están ahora tan claros como lo pueden estar en este tiempo especial. Por lo tanto, no necesitamos errar. No necesitamos estar ignorantes de lo que debemos hacer y como hacerlo. --{1LO9 11.1}

Muchos piensan honestamente que están haciendo la obra de Dios, o por lo menos ayudándola. Pero si examinan su obra diaria, sus motivos, sus blancos y propósitos, algunos encontrarán que no están trabajando para Dios, sino que están malgas- tando el tiempo o trabajando para sí mismos. Realmente, ahora como en el tiempo de Moisés, hay ocasiones cuando uno no sabe si son santos o diablos los que están ocupados en la gran obra de Dios. Deténganse, escuchen y piensen. Examínense. Bien valdrá su tiempo y su energía. Deter- minen quienes son, lo que son y donde están. --{1LO9 11.2}

Esdras y Nehemías tuvieron un tiempo difícil en edificar las ruinas antiguas. Creo que Dios pudo haber puesto ángeles para mantener alejados a sus enemigos que estaban interfiriendo con su proyecto. Pero eligió tener edificadores fieles sosteniendo la espada en una mano y los ladrillos en la otra (Neh. 4:17, 18). Su obra fue tan dura aunque no más dura que la nuestra es, pero ellos fueron fieles a ella, y nosotros no podemos permitirnos ser menos fieles. Si, trabajaron tanto con sus manos como enseñando. No sólo religión enseñaron, sino también construcción. ¿No se dan cuenta que como los tipos enseñan, las cosas que fuimos llamados a hacer no se pueden llevar a cabo por medio de la enseñanza solamente? Leamos ahora – --{1LO9 11.3}

Zac. 12:9, 10 – “Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración, y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” --{1LO9 11.4}

  --{1LO9 11.5}

 Cuando Dios comience a destruir las naciones, derramará sobre sus santos el Espíritu de gracia, entonces ellos verdaderamente se lamentarán por haber pecado contra el Señor. Es porque los hombres no tienen ahora aquel Espíritu, que sus sentimientos son tan fácilmente heridos por cualquier cosa mínima hecha contra ellos. Y puesto que el Espíritu de gracia hace que uno se lamente no por sí mismo, es comprensible que el compadecerse de sí mismo y herirse por lo que otros hacen o dicen en contra de él es una señal segura que en lugar de ser imbuido del Espíritu de gracia, está imbuido con el espíritu del diablo, quien está buscando diariamente para desalentar y desanimar por medio de compadecerse de sí mismo. Recuerden que la autocompasión es plena autoderrota. Ninguno de nosotros ha sido tratado con tanto abuso como lo fue el Señor, y sin embargo aún así el “yo” en Él nunca fue herido. --{1LO9 12.1}

Si hemos de estar tristes, estemos tristes por otros y no por nosotros mismos. Algunas veces pensamos que estamos tristes por nuestros pecados y porque hemos sido la causa de los sufrimientos del Señor y de su crucifixión, pero nuestro pesar no es genuino sino solamente teórico. Cuando este Espíritu de gracia sea derramado sobre nosotros, entonces completamente nos daremos cuenta que no fueron los pecados de los judíos, sino los pecados de todos nosotros que crucificaron a Cristo. Entonces consideraremos como un privilegio ser maltratados por causa de Cristo. --{1LO9 12.2}

Zac. 12:11-14 – “En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí, los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí.” --{1LO9 12.3}

  Un gran día viene, hermano, hermana. Y si no fuera porque ya está cerca, no tendríamos hoy día esta luz iluminando nuestro camino. Por lo tanto, trabajemos para edificar el Reino del Señor y que su voluntad sea hecha en nosotros, y así continuamente sea hecha “en la tierra así como es hecha en los cielos.” Como precursores que somos de su Reino, hagamos todo lo que podamos para probar que somos dignos de estar con Él en el Monte de Sion, para ser “como Dios, como el ángel del Señor ante” los santos, llevando el evangelio eterno a todas las naciones, y así de esta manera poner fin a los pecados y aflicciones en el mundo. --{1LO9 13.1}

  Un gran día viene, hermano, hermana. Y si no fuera porque ya está cerca, no tendríamos hoy día esta luz iluminando nuestro camino. Por lo tanto, trabajemos para edificar el Reino del Señor y que su voluntad sea hecha en nosotros, y así continuamente sea hecha “en la tierra así como es hecha en los cielos.” Como precursores que somos de su Reino, hagamos todo lo que podamos para probar que somos dignos de estar con Él en el Monte de Sion, para ser “como Dios, como el ángel del Señor ante” los santos, llevando el evangelio eterno a todas las naciones, y así de esta manera poner fin a los pecados y aflicciones en el mundo. --{1LO9 14.1}

   --{1LO9 14.2}