Laodicense o Davidiano ¿Cuál?

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Daré lectura en el libro El Discurso Maestro de Jesucristo, páginas 91-92. El capítulo tiene por título “Santificado sea tu nombre.” --{1LO8 16.1}

“Para santificar el nombre del Señor se requiere que las palabras que empleamos al hablar del Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. ‘Santo y temible es su nombre.’ Nunca debemos mencionar con liviandad los títulos ni los apelativos de la Deidad. . . --{1LO8 16.2}

“Pero santificar el nombre del Señor significa mucho más que esto. . . Se dijo de la iglesia de Cristo: ‘Se la llamará: Señor, justicia nuestra.’ Este nombre se da a todo discípulo de Cristo. Es la herencia del hijo de Dios. La familia se conoce por el nombre del Padre. El profeta Jeremías, en tiempo de tribulación y gran dolor oró: ‘Sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares’. . . --{1LO8 16.3}

“En todo acto de la vida, debemos manifestar el nombre de Dios. Esta petición exige que poseamos su carácter. No podemos santificar su nombre ni representarlo ante el mundo, a menos que en nuestra vida y carácter representemos la vida y el carácter de Dios. Esto podrá hacerse únicamente cuando aceptemos la gracia y la justicia de Cristo.” --{1LO8 16.4}

Dándonos cuenta de que Dios nos ha reconocido como a sus hijos ante los hombres y los ángeles, oremos para que no deshonremos el nombre “tan digno por el cual somos llamados.” Oremos para que seamos sus verdaderos representantes. --{1LO8 16.5}

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Daré lectura en el libro El Discurso Maestro de Jesucristo, páginas 91-92. El capítulo tiene por título “Santificado sea tu nombre.” --{1LO8 17.1}

“Para santificar el nombre del Señor se requiere que las palabras que empleamos al hablar del Ser Supremo sean pronunciadas con reverencia. ‘Santo y temible es su nombre.’ Nunca debemos mencionar con liviandad los títulos ni los apelativos de la Deidad. . . --{1LO8 17.2}

“Pero santificar el nombre del Señor significa mucho más que esto. . . Se dijo de la iglesia de Cristo: ‘Se la llamará: Señor, justicia nuestra.’ Este nombre se da a todo discípulo de Cristo. Es la herencia del hijo de Dios. La familia se conoce por el nombre del Padre. El profeta Jeremías, en tiempo de tribulación y gran dolor oró: ‘Sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares’. . . --{1LO8 17.3}

“En todo acto de la vida, debemos manifestar el nombre de Dios. Esta petición exige que poseamos su carácter. No podemos santificar su nombre ni representarlo ante el mundo, a menos que en nuestra vida y carácter representemos la vida y el carácter de Dios. Esto podrá hacerse únicamente cuando aceptemos la gracia y la justicia de Cristo.” --{1LO8 17.4}

Dándonos cuenta de que Dios nos ha reconocido como a sus hijos ante los hombres y los ángeles, oremos para que no deshonremos el nombre “tan digno por el cual somos llamados.” Oremos para que seamos sus verdaderos representantes. --{1LO8 17.5}

    --{1LO8 17.6}

 LAODICENSE O DAVIDIANO –¿CUÁL? --{1LO8 18.1}

Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO8 18.2}

El Sábado, 28 de septiembre de 1946 Capilla del Monte Carmelo --{1LO8 18.3}

Waco, Texas --{1LO8 18.4}

Esta tarde voy a contestar la pregunta: ¿Cómo puedo saber que ya no sigo siendo un laodicense, que ahora soy un Davidiano verdadero? Para discutir inteligentemente esta pregunta, primero debemos tener una descripción mental de lo que son los laodicenses y de lo que los davidianos deben ser. Daré lectura en: --{1LO8 18.5}

Apoc. 3:14-18 - “Y escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios: Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. Ojalá fueses frío, o caliente. Más porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: yo soy rico, y me he enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo: por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas.” --{1LO8 18.6}

¿Cuál es el mal del ángel de la Iglesia de Laodicea? –él es tibio. No está frío ni está caliente. El Señor recomienda que sea o frío o caliente, –incómodo, en busca de algo mejor en lugar de permanecer  tibio,  –muy  contento  con  sus  logros espirituales, supuestamente rico y aumentado con bienes (con Verdad). No sabiendo que espiritualmente es pobre, ciego y desnudo, ha sido advertido por Aquel que lo sabe todo y le pide que se arrepienta. Si la advertencia del mismo Señor falla en hacerle cambiar de mente, entonces la única alternativa que le queda al Señor es vomitarlo de su boca. --{1LO8 18.7}

  Por las palabras, “Yo soy rico y estoy enriquecido,” el ángel de Laodicea está diciendo que tiene buen entendimiento de la Biblia y tiene los “Testimonios Para la Iglesia,” y que estas cosas lo han enriquecido. Y que en adición a éstas, tiene otras publicaciones denominacionales –su aumento. De esta manera se engaña a sí mismo que tiene toda la verdad para llevarle directo por las puertas de perlas, que no tiene necesidad de nada. Sin embargo, el consejo del Señor, que de Él compre oro refinado en fuego para que pueda ser rico, descubre el hecho de que las riquezas de los laodienses no son “oro puro” y que su así llamado enriquecimiento no es un enriquecimiento de la Verdad, sino de interpretaciones no inspiradas sin valor, no purificadas en el fuego. --{1LO8 19.1}

El ángel de Laodicea está también desnudo. No lleva el traje de boda –no tiene la justicia de Cristo. Y su desnudez –no teniendo ninguna ropa que lo cubra, denota que no tiene justicia con excepción de las suya propia –la justicia con la que nació –su mera piel. Además, es espiritualmente ciego y solamente el colirio del Señor es el único remedio para su mal. Si sólo tomara el consejo del Señor y aplicara el colirio a sus ojos enfermos, él entonces podría ver. --{1LO8 19.2}

¿Qué representa el colirio? Primero veamos lo que hace que un hombre sea ciego espiritualmente. Aquel que conoce aún el número de los cabellos de nuestras cabezas, dice que si “la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (Mat. 6:23). Si la negligencia en el uso adecuado de la luz espiritual hace ciego al ofensor, entonces algo que tenga el poder para despertarlo con celo para descubrir su verdadera condición, es su único remedio. Sólo este colirio puede posiblemente abrir sus ojos. Permítame ilustrarlo concre- tamente: --{1LO8 19.3}

 Algunos individuos frecuentemente escriben a la oficina diciendo: “ Oí tanto en contra de la ‘Vara del Pastor’ y lo que oí me llenó de un prejuicio inclemente. Pero sucedió que una vez tomé uno de sus pequeños Tratados. . . y por cortesía pensé que vería de que se trataba. Pero después de leer algunas páginas mis ojos empezaron a abrirse y leí todo el Tratrado. Ahora estoy ansioso de leer el resto de sus libros. ¿Tendrá usted la bondad de enviarme toda la literatura que pueda?” --{1LO8 20.1}

Otro incidente providencial llamó nuestra atención, vino de la lejana China: “Encontré en la calle la mitad de uno de sus Tratados (Tratado No. 13) y lo recogí, pocos días después mi esposa encontró la otra mitad del Tratado en la curva de la misma vía. Las junté y obtuve su dirección. Estoy profundamente interesado en el contenido y ansiosamente estoy esperando saber de usted ¿Podría usted decirme todo lo que me ayudará a encontrar mi felicidad?” --{1LO8 20.2}

Estos hermanos buscadores de la verdad claramente representan los que pueden rescatarse de su laodiceanismo. Sus experiencias ilustran bien que el “colirio” representa la Inspiración oportuna de la Verdad. --{1LO8 20.3}

Ahora permítanme decirles de otra clase de individuos de los que con frecuencia oigo. Escuchen lo que dicen: “Favor de guardar su “Vara” para usted mismo, borre mi nombre de su lista. No me intereso lo más mínimo en lo que usted está haciendo. Tan pronto como llegan sus Tratados los arrojo al fuego. Nunca los leo y no los leeré jamás, no, ni una línea de ellos. Estoy satisfecho [tibio] con mi religión. Pertenezco a la iglesia remanente verdade- ra y espero irme con ella. ¿Cómo se atreve usted a tratar de engañarme?” --{1LO8 20.4}

   Otro dice: “Favor de no mandarme más su literatura, estoy satisfecho con mi propia manera de pensar.” --{1LO8 21.1}

Esta manera de expresarse es propia de los laodicenses y muestra perfectamente su tibieza. Sin embargo el Señor está en contra de su actitud. --{1LO8 21.2}

¿Hay algo que pudiera cortar más rápida y completamente la línea de comunicación de uno para con Dios para siempre que una actitud de tener toda la Verdad y de no tener necesidad de ninguna cosa más? Si el lenguaje en las cartas que acabo de leerles no dice, “Soy rico y no tengo necesidad de nada,” entonces, ¿qué más lo podría decir? --{1LO8 21.3}

Este grupo de laodicenses nunca, nunca abrirán su ojos, nunca serán otra cosa que desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. Ellos nunca podrán ser alcanzados por el cielo, no, ni aún por el mismo Señor. Si siguen así, entonces la única cosa que Cristo puede hacer es vomitarlos de su boca, nunca más mencionar sus nombres ante el trono de la gracia. Cualquier cosa nueva que es sacada de la Biblia por otro, aparte de ellos, aunque pretenda ser por la Inspiración, rápidamente lo llaman “engaño,” aunque ellos ya están en un terrible autoengaño. Leen la Biblia con la esperanza de encontrar prueba con la cual estar en desacuerdo con todo, menos con ellos mismos. --{1LO8 21.4}

Permítanme ilustrarlo: supongamos que voy al banco a depositar un millón de dólares, y que se- riamente creo que soy un millonario. Pero el banquero me dice “su dinero es falso,” y supongamos que no tengo otro. ¿Qué tan rico sería entonces? Yo sería tan rico como el ángel de Laodicea. Semejante experiencia que abra sus ojos es la que los laodicenses necesitan. A menos que algo como esto les suceda, siempre estarán creyendo que son ricos y sin necesidad de nada. Algún día, no muy lejano, el mismo Atalaya celestial les dirá cara a cara que su oro no está purificado en fuego. Entonces sus ojos serán abiertos, pero no será bastante oportuno para que les haga algún bien. --{1LO8 21.5}

 Lo que ellos están viendo ahora a la distancia, de seguro les parece estar en el “mar de vidrio.” Pero cuando lleguen al fin de su camino y miren de cerca, con dolor indescriptible y con voz temblorosa ellos clamarán: “¡espejismo, espejismo! ¡No es el mar de vidrio!” Entonces estarán ansiosos de conocer la verdad y pagarán cualquier cosa para obtenerla, pero será demasiado tarde y, para cambiar la figura, sólo llegarán a la puerta para oír la Voz decir de adentro, “No os conozco.” (Mat. 25:12). --{1LO8 22.1}

Por los rasgos fisonómicos de una persona, podemos ser capaces de identificar su raza e igualmente podemos juzgar la profesión de una persona por la clase de ropa que usa. Si un individuo viste ropa fina, y no está sobrecargado de todas las cosas que pudiera ponerse, sabremos que este es un hombre de negocios. Si la persona está vestida con ropas no muy finas y no está ataviada de toda prenda posible, entonces le juzgaremos un jugador común y corriente. Si está vestido con overoles [traje de trabajo para proteger la ropa regular], le juzgaremos un obrero, si está vestido de otra manera, le juzgaremos un oficinista o profesional. Pero si él no usa ningún vestido, entonces nadie sino Dios puede decir qué es. El tal es un laodicense. --{1LO8 22.2}

Ahora, si el vestido blanco representa la justicia de Cristo, entonces si alguno no lleva ningún vestido, está desnudo, ¿la justicia de quién tendría él? –la justicia propia, sólo la piel con la que nació. La desnudez laodicense representa exactamente eso pero no lo saben. En todos los aspectos me doy cuenta que esto dice mucho, pero esto no es decir demasiado, pues es el Señor quien lo dice. --{1LO8 22.3}

Él invita a los laodicenses a que compren de Él oro, la clase que está refinada en fuego (Verdad inspirada), para que sean verdaderamente ricos. Los invita a que se vistan el vestido de boda para que no sean arrojados a las “tinieblas de afuera,” donde será el lloro y el crujir de dientes. Si ellos no aceptan ahora su invitación –si, ahora –sin duda será expuesta su desnudez y así sentirán vergüenza. --{1LO8 23.1}

Si usted hace lo contrario a lo que los laodicenses hacen, entonces por supuesto no será aún un laodicense. Y también es fácil saber si es usted davidiano o no. Para saber si usted es un davidiano, debe saber primero lo que es un davidiano. Bueno, brevemente diremos que un davidiano es reconocido por su vestimenta, por el lugar del cual la adquiere y por lo que da a cambio de ella. El profeta Zacarías explica: --{1LO8 23.2}

Zac. 3:1-4 - “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel del Señor, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo el Señor a Satanás: el Señor te reprenda, oh Satanás; el Señor que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles, y esaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.” --{1LO8 23.3}

 El primero a quien fueron dadas las vestiduras fue a Josué, el sumo sacerdote, el oficial más alto de la Iglesia. Si él no tiene las vestiduras, entonces ninguno las tiene tampoco. De esto vemos que un reavivamiento y reforma genuinos comienza por la cabeza y no por los pies, y que antes de que a uno se le de el derecho de ponerse el vestido, su iniqui- dad es quitada, –se arrepiente de sus pecados y el Señor los borra. No obstante que Satanás está allí para resistirle y acusarlo, pero, gracias a Dios, el Señor también está allí para reprender al enemigo. --{1LO8 24.1}

¿Hermano, hermana, comprende la lección? Mien- tras están consiguiendo el vestido tendrán que en- frentar fuerte oposición. Pero ¿qué importa? ¿Es mucho el que permanezcamos firmemente por causa de la verdad y la justicia cuando la mayoría nos está abandonando? ¿Y de qué otro modo llegará a ser un héroe para Dios? (Léase Mat. 5:10-12). --{1LO8 24.2}

Los apóstoles y los profetas no solamente soportaron oposición de sus propios hermanos, sino que aún murieron alegremente por causa de sus vestiduras blancas. Sin embargo, a ustedes no se les pide ahora que rindan sus vidas, sino salvarlas. Los “papeles” ahora se han invertido. El Señor no permitirá que ustedes sean consumidos por el fuego. Él ha de rescatarlos como a un “tizón arrebatado del incendio.” --{1LO8 24.3}

De aquí vemos que las ropas sucias del Josué de hoy están siendo cambiadas por mantos blancos – Por la justicia de Cristo. --{1LO8 24.4}

Zac. 3:5 - “Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel del Señor estaba en pie.” --{1LO8 24.5}

No sólo fue vestido de ropas blancas, sino que también fue coronado con una mitra limpia. ¿Y qué cosa puede significar esta corona sino la autoridad con que fue investido como un gobernante señalado por el cielo? y como tal él está vestido desde su cabeza hasta sus pies, “y el ángel del Señor estaba en pie.” ¡Qué regalo! ¡Y qué guardia de honor para uno estando en un mundo como el nuestro! A pesar de esto, los seres humanos son muy lentos y vacilantes en tomar su posición al lado del Señor. La mayoría prefiere depender del hombre. --{1LO8 24.6}

  --{1LO8 24.7}

Zac. 3:8 - “Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos [“maravillosos” en Inglés]; He aquí, yo traigo a mi siervo, el Renuevo [Vástago o Rama] .” --{1LO8 25.1}

No solamente Josué, sino también los que se sientan ante él (la congregación) son amonestados a que escuchen este mandato. ¿Y qué clase de hombres son estos? –Hombres “maravillosos.” Este simbolismo muestra que al tiempo del cumplimiento de esta escritura, el ángel de la Iglesia de los laodicenses no tiene ya bajo su cargo la casa del Señor, y que el pueblo de Dios ha de estar compuesto enteramente de ¡hombres maravillosos! --{1LO8 25.2}

Es obvio entonces, que como resultado de este reavivamiento y reforma en la Iglesia de Laodicea surge otra iglesia, de la cual Josué y no el ángel de Laodicea está a cargo. En ella no ha de haber “cizaña” (Mat. 13:30), ni “mal pescado” (Mat. 13:47,48), ni “cabritos” (Mat. 25:32). La iglesia de Laodicea, la séptima, es la última que está mezclada con los hipócritas, santos y pecadores. --{1LO8 25.3}

¿Quién ha de traer este reavivamiento y reforma, este gran cambio? –El RENUEVO. Y de acuerdo con Isaías 11:1-5, el Pimpollo o Vástago es el Señor, el hijo de David. Leamos ahora: --{1LO8 25.4}

Zac. 3:9 - “Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos: he aquí, Yo grabaré su escultura, dice el Señor de los ejércitos, quitaré el pecado de la tierra en un día.” --{1LO8 25.5}

Los que están sentados ante Josué son “hombres maravillosos.” Como tales son representados por la “piedra” (Iglesia o Reino) que está a la vista de Josué. Tiene siete ojos –visión perfecta. Cuando esta purificación de la iglesia se efectúe entonces el pecado en la tierra es quitado rápidamente –“en un día.” --{1LO8 26.1}

Aquí se ven un reavivamiento y una reforma genuinos acompañados por la purificación de la Iglesia. El Señor ha de tener una iglesia pura y un pueblo limpio. --{1LO8 26.2}

Zac. 3:10 - “En aquel día, dice el Señor de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero debajo de su vid, y debajo de su higuera.” --{1LO8 26.3}

“En aquel día,” en el día que esta purificación acontezca, la obra del evangelio ha de ser terminada pronto porque cada miembro de la casa del Señor llamará a su vecino a su propio terreno, el que Dios ha ordenado de antemano que tenga cada uno. Por lo tanto, cada miembro ha de ser un misionero en una capacidad o en otra. Esto es realmente un movimiento laico que terminará la obra del evangelio. --{1LO8 26.4}

La declaración, “Cada uno llamará a su compañe- ro debajo de la vid y debajo de la higuera,” se encuentra también en Miqueas 4 y enseña la misma lección que Zacarías. --{1LO8 26.5}

Sin embargo, este tema no termina en Zacarías tres, sino que continúa más adelante. --{1LO8 26.6}

 Zac. 6:12 - “Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado el Señor de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo del Señor!” --{1LO8 27.1}

Josué estaba bien instruido de que el cargo y el ingenio para construir este templo espiritual, pertenecen a Aquel cuyo nombre es el “RENUEVO.” Él ha de crecer de su lugar. A Él sea la gloria. Él sólo ha de ser exaltado. Él ha de construir el templo del Señor. --{1LO8 27.2}

Zac. 6:13, 15 - “Él edificará el templo del Señor, y Él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos.”. . . “Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo del Señor, y conoceréis que el Señor de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyeréis obedientes la voz del Señor, vuestro Dios.” --{1LO8 27.3}

Así se cumplirán las profecías de Isaías de los capítulos dos y cuatro y también el capítulo cuatro de Miqueas. --{1LO8 27.4}

Finalmente, ¿cómo sabemos con certeza que este mensaje fue planeado y registrado especialmente para la iglesia de hoy? –Lo sabemos por el hecho de que la revelación de estas Escrituras está ahora, como nunca antes, revelada y proclamada. Su proclamación revela ahora que el Señor está tomando “las riendas en sus propias manos” (Testimonios para los Ministros, p. 300); que el tiempo de la purificación de la iglesia (el Juicio de los vivos en la casa de Dios –1 Ped. 4:17) está cerca (Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 76); que los purificados, los 144,000 (el trigo) –Apoc. 14:1 han de ser puestos en el granero (Mat. 13:30), ya no más mezlados  con  la  cizaña;  y  que  una  multitud innumerable de todas las naciones (Apoc. 7:9), ha de ser traida a la casa del Señor (Isa. 66:19, 20). --{1LO8 27.5}

   Ahora usted puede contestar por sí mismo la pregunta de si usted es un davidiano o si todavía sigue siendo un laodicense. Si usted está satisfecho consigo mismo, con sus logros espirituales, con su programa del evangelio hecho por el hombre; si piensa que el Señor le está hablando por cada cosa que “retiñe” en su mente; si usted cree que tiene toda la verdad y que no tiene necesidad de nada más; si usted cree que todo el que no tenga su visto bueno de aprobación en sus creencias, es falso profeta, y si está en un constante temor de que alguno está tratando de engañarlo porque le enseña algo nuevo, si usted nunca piensa en la posibilidad de que pueda estar dando un portazo en la cara al portador de la verdad que puede traer el “colirio” del Señor y el “vestido de boda” –si usted hace todas o parte de estas cosas, usted debe ser un muy buen laodicense y no un davidiano. --{1LO8 28.1}

Pero si usted está consciente de que sus ropas están sucias y de que su iniquidad no ha sido borrada; si usted se da cuenta de que tiene que ir por los caminos de Dios como Él lo establece por medio del Josué de hoy día; si está de parte de Dios y no de parte de sí mismo o del mundo, entonces, por supuesto, o usted es o está comenzando a ser un davidiano. Si usted no ha logrado todo esto, debe asegurarse que lo haga; y si ya lo ha logrado entonces continúe avanzando en la luz, y con seguridad, finalmente usted estará en el Monte de Sion con el Cordero. --{1LO8 28.2}

Ahora tome el consejo del Señor, y no sea más como un trozo de corteza llevado por el mar con cada viento de doctrina. --{1LO8 28.3}

“. . .En el mensaje a los laodicenses, los hijos de Dios son presentados en una posición de seguridad carnal. Están tranquilos, creyéndose en una exaltada condición de progreso espiritual. . . --{1LO8 28.4}

 “¡Que mayor engaño puede penetrar en las mentes humanas que la confianza de que en ellos todo está bien cuando todo anda mal! El mensaje del Testigo Fiel encuentra al pueblo de Dios sumido en un triste engaño, aunque crea sinceramente dicho engaño. No sabe que su condición es deplorable a la vista de Dios. Aunque aquellos a quienes se dirige el mensaje del testigo fiel se lisonjean de que se encuentran en una exaltada condición espiri- tual, dicho mensaje quebranta su seguridad con la sorprendente denuncia de su verdadera condición de ceguera, pobreza y miseria espirituales. Este testimonio tan penetrante y severo no puede ser un error, porque es el Testigo Fiel el que habla y su testimonio debe ser correcto.” –Joyas de los Testimonios, Tomo 1, pp. 327, 328. --{1LO8 29.1}

 No tenemos el derecho de juzgar a un hombre Hasta que él sea imparcialmente probado; --{1LO8 29.2}

Si no nos agrada su compañía, Nosotros sabemos que el mundo es amplio. --{1LO8 29.3}

Algunos pueden tener faltas –¿y quién no las tiene? --{1LO8 29.4}

El viejo así como el joven; Quizás podamos, pero algo sabemos, --{1LO8 29.5}

Existen cincuenta por cada uno. --{1LO8 29.6}

–Joseph Kronthal --{1LO8 29.7}


--{1LO8 29.8}

Confianza y Obediencia

  --{1LO8 30.1}

Cuando caminamos con el Señor En la luz de su Palabra --{1LO8 30.2}

¡Qué gloria Él arroja sobre nuestro camino! --{1LO8 30.3}

Mientras hacemos su buena voluntad Él espera por nosotros aún --{1LO8 30.4}

Y con todo, ¿quién confiará y abedecerá? --{1LO8 30.5}

  --{1LO8 30.6}

No llevaremos una carga Ni un pesar compartiremos --{1LO8 30.7}

Sino nuestro afán que Él ricamente pagará No un dolor, no una pérdida, --{1LO8 30.8}

No un desagrado, no una cruz --{1LO8 30.9}

Pero es bendito, si confiamos y obedecemos --{1LO8 30.10}

  --{1LO8 30.11}

Pero nunca podemos probar Las delicias de su amor --{1LO8 30.12}

Hasta que todo lo coloquemos sobre el altar Pero el favor que Él muestra --{1LO8 30.13}

Y el gozo que Él concede --{1LO8 30.14}

Son para aquellos que confían y obedecen --{1LO8 30.15}

  --{1LO8 30.16}

–J.H. Sammis --{1LO8 30.17}


--{1LO8 30.18}