El mundo extensamente agitado y sus resultados

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Leeré del libro El Discurso Maestro de Jesucristo, comenzando con el segundo párrafo de la página 109. --{1LO26 13.1}

“Si Cristo es en nosotros ‘la esperanza de gloria,’ no nos sentiremos inclinados a observar a los demás para revelar sus errores. En vez de procurar acusarlos y condenarlos, nuestro objeto será ayudarlos, beneficiarlos y salvarlos. Al tratar con los que están en error, observaremos el mandato: ‘Considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.’ Nos acordaremos de las muchas veces que erramos y de cuán difícil era hallar el camino recto después de haberlo abandonado. No empujaremos a nuestro hermano a una obscuridad más densa, sino que con el corazón lleno de compasión le mostraremos el peligro. --{1LO26 13.2}

“El que mire a menudo la cruz del Calvario, acordándose de que sus pecados llevaron al Salvador allí, no tratará de determinar el grado de su culpabilidad en comparación con el de los demás. No se constituirá en juez para acusar a otros. No puede haber espíritu de crítica ni de exaltación en los que andan a la sombra de la cruz del Calvario.” --{1LO26 13.3}

De esto vemos que nuestra necesidad es orar para que Cristo more en nosotros, de tal manera que en lugar de buscar oportunidades para acusar o condenar a otros y exponer sus errores, buscaremos cada ocasión para ayudarlos, bendecirlos y salvarlos. Debemos orar para darnos cuenta de una manera profunda de nuestros propios pecados; orar que el espíritu de crítica y exaltación propia sea desterrado para siempre de nosotros. Entonces no nos sentiremos libres para subir a la silla del juicio para acusar a nadie.  --{1LO26 13.4}

UN MUNDO EXTENSAMENTE AGITADO Y SUS RESULTADOS

Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO26 14.1}

El Sábado, 1 de febrero de 1947 Capilla del Monte Carmelo Waco, Texas --{1LO26 14.2}

Esta tarde continuaremos nuestro estudio del libro de Miqueas. Pasemos al quinto capítulo y comencemos con el primer versículo. --{1LO26 14.3}

Miq. 5:1 – “Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado [él nos ha sitiado, en Inglés]; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.” --{1LO26 14.4}

Notará que aparte de introducir un número de pronombres –él, nos, ellos, este versículo también introduce varios temas diferentes: primero una “hija de guerreros,” luego “el juez de Israel” y una “vara.” Otros temas se introducen más adelante en el capítulo. --{1LO26 14.5}

Ahora para obtener la visión y la lección que la Inspiración desea que tengamos de esta escritura, necesitamos estudiar un tema a la vez. Para hacer esto debemos agrupar los versículos de acuerdo a los temas. Puesto que el tema del versículo uno es el mismo de los versículos del 10-15, vamos a citarlos juntos: --{1LO26 14.6}

Miq. 5:1,10-15 – “Rodéate ahora de muros, hija de guerreros. . . Acontecerá en aquel día, dice el Señor, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros. Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades; y con ira y con furor haré venganza en las naciones que no obedecieron.” --{1LO26 14.7}

Estos versículos presentan a un grupo de gente – buenos y malos juntos– a quienes Dios ha de lim- piar. Luego la escritura termina con la promesa de Dios para ejecutar venganza sobre los paganos. El grupo mixto de gente, “trigo” y “cizaña,” muy obviamente constituye la iglesia que se está acercando “al tiempo de la siega” (Mat. 13:30), el tiempo en el cual todos los idólatras han de perecer. “Así será el fin del siglo: Saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos. . . entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga” (Mat. 13:49, 43). --{1LO26 15.1}

Ahora venimos a la última parte de Miqueas 5:1. El antecedente del pronombre “Él” está en el versículo anterior –capítulo 4, versículo 13. Allí rápidamente vemos que se trata del Señor mismo. Claramente, entonces, por el pronombre “nos” Miqueas se refiere a sí mismo y a su pueblo Judá e Israel, la iglesia. --{1LO26 15.2}

Es claro que mientras el Señor con su mensaje de advertencia y reprensiones pone un sitio a su pueblo, los adversarios se reúnen en grupos para oponerse. Tal ha sido el caso a la introducción de cada Verdad nuevamente revelada. --{1LO26 15.3}

Lógicamente la iglesia se llama “hija de guerreros,” porque su madre la iglesia judaica al tiempo de la introducción del evangelio de Cristo, se reunía en tropas para oponerse al Señor. --{1LO26 15.4}

 Además, siendo herido en la cara en lugar de la espalda, el Juez de Israel (Cristo) debe haberles hecho frente hablándoles directamente, razón por la que los judíos le crucificaron. Los versículos que siguen al versículo uno confirman de nuevo el hecho que “el Juez” es Cristo. Los que le hirieron son, por supuesto, sus adversarios, sus enemigos. En cuanto a ellos la Inspiración dice: --{1LO26 16.1}

Miq. 5:9 – “Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos.” --{1LO26 16.2}

De acuerdo a las parábolas de Cristo, al tiempo que sus “adversarios,” sus enemigos de la verdad progresiva son cortados, al comienzo de la purificación de la iglesia, al tiempo de la cosecha. Por consiguiente, de acuerdo a la profecía de Ezequiel, el Señor comisiona a los hombres con sendas armas destructoras en sus manos, diciendo: “Y a los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.” (Eze. 9:5, 6). El Espíritu de Profecía confirma esto diciendo: --{1LO26 16.3}

“Aquí vemos que la iglesia, el santuario del Señor, era la primera en sentir los golpes de la ira de Dios. Los ancianos, aquellos a quienes Dios había brindado gran luz, que se habían destacado como guardianes de los intereses espirituales del pueblo, habían traicionado su cometido. Habían asumido la actitud de que no necesitamos esperar milagros ni la señalada manifestación del poder de Dios como en tiempos anteriores. Los tiempos han cambiado. Estas palabras fortalecen su incredulidad, y dicen: --{1LO26 16.4}

--{1LO26 17.1}

 ‘El Señor no hará bien ni mal. Es demasiado misericordioso para castigar a su pueblo.’ Así el clamor de paz y seguridad es dado por hombres que no volverán a elevar la voz como trompeta para mostrar al pueblo de Dios sus transgresiones y la casa de Jacob sus pecados. Estos perros mudos que no querían ladrar, son los que sienten la justa venganza de un Dios ofendido. Hombres, jóvenes y niñitos, todos perecen juntos.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 196. Y por medio del apóstol Pedro, la Inspiración declara: --{1LO26 17.2}

“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” 1 Ped. 4:17 --{1LO26 17.3}

Miq. 5:2 – “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” --{1LO26 17.4}

No hay duda que este versículo predice el nacimiento de Cristo, “el Juez de Israel,” cuyo origen es antiguo, “desde los días de la eternidad.” --{1LO26 17.5}

Miq. 5:3 – “Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el remanente de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel.” --{1LO26 17.6}

Crucificando a Cristo y rehusando regresar al Señor, no hubo nada que pudiera haber sido hecho por los judíos en ese tiempo sino abandonarlos “hasta el tiempo” que ella “de a luz.” --{1LO26 17.7}

El pronombre “la” señala a la hija de Sion (Miq. 4:10). Ella ha de traer a luz a sus hijos mientras está en el campo; mientras está en la tierra de los gentiles. Entonces el tiempo de su estancia o jornada ha de terminar y ella ha de ser liberada. “En aquel día, dice el Señor, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada,. . . y pondré a la coja como remanente. . . y el Señor reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre” (Miq. 4:6, 7). --{1LO26 17.8}

 Miq. 5: 4, 5 – “Y él estará, y apacentará con poder del Señor, con grandeza del nombre del Señor su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra. Y este hombre será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando hollare nues- tros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales.” --{1LO26 18.1}

Cuando los hijos de la hija de Sion regresen al monte de Sion, ellos permanecerán para siempre. Nunca más serán lanzados entre las naciones gentiles. Nunca han de ser dejados. Así el Señor mismo “será engrandecido hasta los fines de la tierra.” Cuando la que está de parto de a luz, entonces los santos se levantarán contra los asirios “siete pastores, y ocho hombres principales;” es decir, todos los pastores de Dios y todos sus hombres principales, incluyendo a Cristo, el octavo. --{1LO26 18.2}

Miq. 5:6 – “Y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod; y nos librará del asirio, cuando viniere contra nuestra tierra y hollare nuestros confines.” --{1LO26 18.3}

El reino de Israel que fue destruido por Asiria, y también el reino de Judá que fue destruido por Babilonia, y también todas las doce tribus de Israel han de ser liberados. --{1LO26 18.4}

Y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios. Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.” (Eze. 37:22-24). --{1LO26 19.1}

Miq. 5:7 – “El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío del Señor, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres.” --{1LO26 19.2}

Después que se efectúe el juicio en la casa de Dios, entonces es que “el remanente,” los que son dejados, terminarán la obra del evangelio. --{1LO26 19.3}

“Los que han confiado en el intelecto, el ingenio o el talento no estarán entonces al frente de las tropas. No se mantuvieron al paso con la luz. A los que demostraron ser infieles no se les encomendará el rebaño. Pocos serán los hombres grandes que to- marán parte en la obra solemne del fin. Son auto- suficientes, se han independizado de Dios, y Él no puede usarlos. El Señor tiene siervos fieles quienes se han de manifestar en la hora de zarandeo y prueba.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 76. --{1LO26 19.4}

Entonces es que ellos, el remanente de Jacob, serán reunidos en su patria después que ellos son enviados como misioneros a los gentiles que no han oído del nombre y la gloria de Dios. De allí que los que escapan o quedan vivos del juicio del Señor, el remanente, serán como el rocío del Señor, como lluvia sobre la hierba. Ellos no esperarán a nadie en su obra misionera. Ellos traerán a todos sus hermanos de todas las naciones “por ofrenda al Señor” (Isa. 66:15, 16, 20). --{1LO26 19.5}

  --{1LO26 19.6}

Miq. 5:8 – “Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arreba- tare, no hay quien escape.” --{1LO26 20.1}

Mientras que el pueblo de Dios son como el rocío y la lluvia a los justos (Miq. 5:7), para los impíos ellos serán como leones entre las bestias y mana- das de ovejas. En otras palabras, su evangelio salvará al penitente pero destruirá al impenitente. --{1LO26 20.2}

Miq. 5:9-14 – “Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos. Acontecerá en aquel día, dice el Señor, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros. Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades.” --{1LO26 20.3}

Estos versículos pueden significar solamente una cosa, y eso es, que Dios limpiará completamente su era.  Él  tomará  el  aventador  en  su  mano  y aventará la paja, destruirá a los pecadores que están entre su pueblo. Y así purificando su iglesia, Él creará un pueblo limpio, un ministerio unido y lleno de celo. “¡Voz de tus atalayas!” Él declara, “Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que el Señor vuelve a traer a Sion” (Isa. 52:8). --{1LO26 20.4}

  --{1LO26 20.5}

  Miq. 5:15 – “Y con ira y con furor haré venganza en las naciones que no obedecieron.” --{1LO26 21.1}

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, --{1LO26 21.2}

¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?” (1 Ped. 4:17, 18). --{1LO26 21.3}

Para que no perdamos parte de la lección en este estudio, recapitulemos los puntos principales. --{1LO26 21.4}

Para comenzar, se nos presenta un grupo de gente buena y mala mezclada. Ellos, como vemos, constituyen la iglesia que se está acercando al tiempo de la cosecha en la cual los impíos serán separados de entre los justos. (Mat. 13:49). --{1LO26 21.5}

Mientras el Señor con su mensaje de amonestaciones y reprensiones hace un sitio contra su pueblo, los adversarios se unen en grupos (“tropas”) para oponerse. Entonces ellos serán cortados. Los caballos (líderes) serán cortados (desechados) y los carros (los lugares de reunión) destruidos. El pueblo de Dios será completamente purificado de pecado y pecadores y solamente los penitentes son dejados. Ellos son el remanente de Jacob quien “no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; --{1LO26 21.6}

porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.” (Sof. 3:13). Ellos serán reunidos en su patria para ir de allí como misioneros a los gentiles. Para los penitentes ellos serán como el rocío y como las lluvias, pero para los impenitentes, como leones entre las bestias y manadas. --{1LO26 21.7}

 Así que la conmoción causada por el sitio a la iglesia –con la Verdad– y sus adversarios peleando contra la verdad, está comenzando a ganar la atención del mundo, la cual dará por resultado la purificación de la iglesia, “el templo” (Mal. 3:1-3). --{1LO26 22.1}

De esta manera el Señor terminará su obra en la tierra, reunirá a su pueblo, destruirá a los pecadores y a los paganos igualmente. Necesariamente, “. . . los días de la purificación de la iglesia se aproximan velozmente. Dios se propone tener un pueblo puro y leal.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 75. --{1LO26 22.2}

PROFUNDIDAD DE MISERICORDIA --{1LO26 23.1}

  --{1LO26 23.2}

¡Profundidad de misericordia! ¿Puede haber allí Misericordia aún reservada para mí? --{1LO26 23.3}

¿Puede mi Dios su ira contener, --{1LO26 23.4}

De mí al principal de los pecadores perdonar? --{1LO26 23.5}

  --{1LO26 23.6}

He resistido mucho su gracia, Provocado mucho su faz --{1LO26 23.7}

¿No oiré su llamado? --{1LO26 23.8}

Lo he entristecido por centenares de caídas. --{1LO26 23.9}

  --{1LO26 23.10}

Allí está por mí el Salvador, Muestra sus heridas y abre sus manos, --{1LO26 23.11}

¡Dios es amor! lo se, lo siento; Jesús llora y aún me ama. --{1LO26 23.12}