La fe de los Judíos Cristianos en los Profetas
LA FE DE LOS JUDÍOS Y LOS CRISTIANOS ENLOS PROFETAS
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA --{1LO15 1.2}
Daré lectura en El Discurso Maestro de Jesucristo, página 98. --{1LO15 1.3}
“Un requisito esencial para recibir e impartir el amor perdonador de Dios es conocer ese amor que nos profesa y creer en él. Satanás obra mediante todo engaño a su alcance para que no discernamos ese amor. Nos inducirá a pensar que nuestras faltas y transgresiones han sido tan graves que el Señor no oirá nuestras oraciones y que no nos bendecirá ni nos salvará. No podemos ver en nosotros mismos sino flaqueza, ni cosa alguna que nos recomiende a Dios. Satanás nos dice que todo esfuerzo es inútil y que no podemos remediar nuestros defectos de carácter. Cuando tratemos de acercarnos a Dios, sugerirá el enemigo: ‘De nada vale que ores; ¿acaso no hiciste esa maldad? ¿Acaso no has pecado contra Dios y contra tu propia conciencia? Pero podemos decir al enemigo que “la sangre de Jesucristo. . . nos limpia de todo pecado.’ Cuando sentimos que hemos pecado y no podemos orar, ése es el momento de orar. Podemos estar avergonzados y profundamente humillados, pero debemos orar y creer.” --{1LO15 1.4}
Aquí vemos que el propósito estudiado de Satanás es el de desanimarnos, haciéndonos pensar que Dios no nos ama y que Él no puede salvarnos de nuestros pecados. Por lo tanto, debemos resistir estos susurros del enemigo. Cuando nos vemos que somos pecadores, entonces es el tiempo oportuno para que vengamos a Dios y aceptar su amor y creer plenamente en Él. --{1LO15 1.5}
Debemos ahora orar por una plena comprensión de que es el negocio de Dios salvar a los pecadores de quienes somos los primeros. Que no es asunto de cuan profundo podamos estar en pecado, si nos apartamos del mal y escogemos hacer el bien, Él gustosamente nos concederá su perdón. --{1LO15 1.6}
LA FE DE LOS JUDÍOS Y LOS CRISTIANOS EN LOS PROFETAS
Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO15 2.1}
El Sábado, 16 de noviembre de 1946 Capilla del Monte Carmelo --{1LO15 2.2}
Vayamos a los escritos del profeta del evangelio a quien los judíos cruelmente aserraron en dos. --{1LO15 2.4}
Isa. 1:18, 19 – “Venid luego, dice el Señor, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblan- quecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra.” --{1LO15 2.5}
Con esta recomendación divina para el profeso pueblo de Dios, el profeta del evangelio fue instruido para introducir su libro. Y ahora que estamos viviendo en el tiempo cuando las profecías de Isaías son aplicables, no debemos atrevernos a dejar de cumplir esta recomendación sana y justa de la Inspiración. Nuestro primer paso será considerar honesta e imparcialmente los tiempos y los fracasos de aquellos que fueron antes de nosotros. --{1LO15 2.6}
Refresquemos nuestra memoria considerando la actitud de los judíos hacia los profetas. Los judíos más bien que ir a los profetas con el propósito de aprender y razonar, iban a ellos con mentes prejuiciadas con malicia, con odio en sus corazones y con instrumentos de crueldad; (no debemos hacer esto). Este mal espíritu prevaleció entre los judíos durante toda su historia. Fue manifestado aún en contra de Moisés, no obstante por cuarenta años él guió a las huestes hebreas con señales divinas y milagros por todo el camino desde las ladrilleras de Egipto hasta los bordes de la tierra prometida. --{1LO15 2.7}
Finalmente, el remanente cruzó el Jordán solamente porque creyeron con todo su corazón que Moisés era el portavoz de Dios, porque cesaron de murmurar, y recibieron y obedecieron órdenes. Después de esto los hebreos siempre apreciaron sinceramente sus escritos y este respeto reverente por el Pentateuco continuó entre los judíos aún hasta los días de Cristo. Como un hombre de Dios y un emancipador de la nación y fundador de sus ceremonias sagradas, Moisés fue altamente esti- mado por todos.
Sin embargo, irónicamente, los profetas que siguieron después de Moisés fueron rechazados totalmente por la nación judía. Aquellos que sobre- vivieron al cautiverio de Babilonia aceptaron a los profetas Hageo y Zacarías solamente porque ellos fueron los fundadores del movimiento que entonces habían puesto en marcha como lo fue Moisés en su tiempo. --{1LO15 3.1}
De acuerdo con su propia manera de razonar, los judíos eran honestos, aunque ciegos, porque concluían que no tenían necesidad de más profetas porque, según su manera de ver, los escritos de Moisés estaban completos –nada les hacía falta. Ellos contenían ambas leyes, la civil y la religiosa. Por lo tanto, no vieron necesidad de mayor luz y ninguna necesidad de otro profeta. Por su incredulidad en los profetas, fallaron en ver que su reino fue sólo un tipo de uno más grande para venir, fallaron en ver que la Verdad de Dios es progresiva y siempre sigue desarrollándose, que cada generación ha de tener Verdad adicional especialmente adaptada para satisfacer sus necesidades particu- lares. Su ceguera a esto fue su pecado fundamental que los condujo hacia la ruina. --{1LO15 3.2}
Mientras que los judíos se jactaban de su fe en los escritos de Moisés, Jesús los reprendió diciendo: “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” Juan 5:46. Él se refería a: --{1LO15 3.3}
Deut. 18:15 – “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios: a él oiréis.” --{1LO15 4.1}
Del Mesías por venir, Zacarías escribió: --{1LO15 4.2}
Zac. 9:9 – “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén: he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabal- gando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” --{1LO15 4.3}
Aunque profesaron creer tanto en Moisés como en Zacarías, sin embargo no prestaron atención a ninguno de estos pasajes, y desde entonces, una maldición ha reposado sobre ellos. --{1LO15 4.4}
Al rechazar a los profetas, los judíos pensaban que estaban seguramente protegiéndose del engaño, que en realidad eran leales a los escritos de Moisés y por consiguiente, a Dios. Esto era lo que ellos creían en el tiempo de Jesús como Israel creía en el tiempo de Elías. --{1LO15 4.5}
Ahora notemos que cayeron en ruina sólo porque no quisieron prestar atención a los profetas que fueron enviados para reformar sus caminos, para corregir sus interpretaciones equivocadas de los escritos de Moisés y para alumbrar el sendero de sus pies el resto del camino –despejarlo hasta el Paraíso. Habiéndose privado del don del Espíritu de Profecía por poner a los profetas a un lado, cortaron completamente la línea de comunicación con el cielo y fueron así dejados en grandes tinieblas y guiados al error, al fanatismo y al crimen. Llegaron a ser autosuficientes, orgullosos, jactanciosos y altaneros. Se sentían ricos en bienes, sin necesidad de nada más. Así fue que sus perversiones de las Escrituras mediante sus interpretaciones no inspiradas los condujo a que perdieran el camino y finalmente a rechazar y aún a crucificar a su Redentor –por tanto tiempo esperado. --{1LO15 4.6}
Los judíos se sirvieron de los escritos de Moisés como un arma poderosa en contra de Cristo y de los profetas de aquel tiempo. No obstante, una que otra vez se vieron obligados a reconocer que sus padres muertos fueron culpables de la sangre de los profetas. Lo mismo es cierto hoy. Muchos admiten que el sectarismo está prosperando de las interpretaciones no inspiradas de las Escrituras y con todo ellos no esperan intérpretes inspirados para este tiempo. De esta forma rechazan al Elías antitípico aún antes de que aparezca, aunque las Escrituras predicen definitivamente su venida an- tes del día grande y terrible del Señor, antes que comience el juicio de los vivos. --{1LO15 5.1}
Si aceptamos el consejo de la Inspiración para venir y razonar juntos mientras que examinamos nuestra posición para con los profetas, entonces un lugar excelente donde comenzar es: --{1LO15 5.2}
Gén. 49:10 – “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; Y a él se congregarán los pueblos.” --{1LO15 5.3}
Moisés escribió aquí que los pueblos se congregarían en Judá, y que cuando Shiloh venga, Judá tendrá su propio rey y legislador. Como adventistas del séptimo día ¿creemos en esta parte particular de los escritos de Moisés? Si no es así, entonces nuestra posición ante Moisés no es mejor que la que tuvieron los judíos. --{1LO15 5.4}
Para examinar nuestra posición ante el resto de los profetas no necesitamos partir de este asunto que Moisés presentó en la escritura recién mencionada. Noten que entre los escritos de Moisés y de Isaías, la Biblia contiene los registros de la historia, los jueces y los reyes. Por consiguiente, Isaías viene a ser el siguiente profeta al que debemos ir después de Moisés. --{1LO15 6.1}
Isa. 2:1, 2 – “Lo que vio Isaías hijo de Amós acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa del Señor como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.” --{1LO15 6.2}
No a Takoma Park, ni al Centro del Monte Carmelo, ni a ningún otro lugar, sino a la casa de Judá y de Jerusalén correrán los últimos conversos de todas las naciones. Claramente vemos que Isaías categóricamente confirma que los pueblos se congregarán a Judá. ¿Y usted? --{1LO15 6.3}
Leeremos en Jeremías que es el segundo profeta después de Isaías. --{1LO15 6.4}
Jer. 31:6 – “Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos a Sion, al Señor nuestro Dios.” --{1LO15 6.5}
“El monte de Efraín,” como saben, es el sitio del reino antiguo de las diez tribus –Israel. De acuerdo con esta escritura, el reino de Israel que aún está perdido entre las naciones, algún día vendrá de los cuatro rincones de la tierra y gozosamente se reunirá con el reino de Judá. Así será la reunión de todos los pueblos. --{1LO15 6.6}
Jer. 31:7, 8 – “Porque así ha dicho el Señor: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: ¡Oh! Señor, salva a tu pueblo, el remanente de Israel. He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en grande compañía volverán acá.” --{1LO15 6.7}
Jeremías revela que la congregación a Judá será de los cuatro rincones de la tierra. Verdaderamente, Jeremías, Moisés e Isaías, los tres hablan lo mismo sobre el tema. La pregunta es ¿Creen ustedes lo que ellos dicen? Si no lo ven así, ¿son mejores ustedes que lo que fueron los judíos? --{1LO15 7.2}
Ahora probemos nuestra posición con el profeta Ezequiel. --{1LO15 7.3}
Eze. 36:17-27 – “Hijo del hombre, mientras las casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como inmun- dicia de menstruosa fue su camino delante de mí. Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras: conforme a sus caminos y conforme a sus obras los juzgué. Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo del Señor, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. --{1LO15 7.4}
“Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Dios: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy el Señor, dice el Señor Dios, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” --{1LO15 7.5}
¿Qué más podría decir la Inspiración para que el asunto sea más claro? Dios clara y solemnemente promete recrear y reedificar el reino antiguo y establecerlo en su propia tierra. Él ha de hacer esto después que Judá e Israel están esparcidos entre las naciones gentiles y asimilados por ellas – después que hayan perdido su identidad racial, entonces como cristianos, y no como judíos, Él ha de recogerlos de los cuatro rincones de la tierra y traerlos a su propia tierra. (Y además, las Escrituras enseñan que son como la arena del mar). Noten que Él ha de efectuar esto, no porque sean dignos, no porque hayan sido buenos antes o durante su dispersión entre los gentiles, sino porque Él está deseoso de santificar su propio nombre entre los paganos. --{1LO15 8.1}
Además de esto, después de que Él los congregue de todos los países y los traiga a su propia tierra, entonces promete limpiarlos eternamente de todas sus inmundicias y de su idolatría, –quitar todos los defectos que el pecado haya formado en ellos. Entonces es que Él les da un corazón nuevo, pone su Espíritu dentro de ellos y los capacita para que guarden sin falta todos sus juicios. Observen detenidamente que a pesar de nuestras ideas y opiniones, todas estas cosas se llevan a cabo después de que el pueblo de Dios regrese a la tierra de sus padres. --{1LO15 8.2}
Los 144,000 descendientes de Jacob, cuyos padres fueron asimilados por las naciones gentiles y quienes así por los siglos perdieron su identidad racial, son las primicias, los primeros para ser recogidos a Judá. Ellos son los que están sobre “el Monte de Sion con el Cordero,” Apoc. 14:1. Los descendientes de los judíos, que eran fieles y quienes componían la primera iglesia cristiana, y quienes también perdieron su identidad nacional por llamarse cristianos (Hechos 11:26), también han de ser recogidos y traídos de todas partes a Judá. --{1LO15 9.1}
Finalmente, si estas profecías no han de cumplirse, como el ángel de la iglesia de Laodicea supone, y si el pueblo de Dios no ha de regresar a su tierra natal, entonces, ¿cómo serán limpiados algún día de sus inmundicias puesto que esta purificación ha de realizarse allí solamente? ¿Cómo serán alguna vez cambiados sus corazones? ¿Y qué es lo que los capacitará para guardar sus estatutos y juicios a menos que, como está prometido, con anterioridad reciban su Espíritu en la tierra prometida? De hecho, si estas profecías fallaran en su cumplimiento, ¿cómo será entonces posible para el pueblo de Dios el mantenerse firme ante un Dios puro y santo? ¿Cómo podrían ellos alguna vez obtener la inmortalidad y estar listos para la traslación si no cumplen con las profecías, con la voluntad expresa de Dios y con el plan para su pueblo? Y si ellos ignoran estas profecías, el cumplimiento del cual es durante el juicio para los vivos, la cosecha, el tiempo de recogimiento, ¿qué oportunidad tienen de sobrevivir al día del Señor grande y terrible? --{1LO15 9.2}
Para ser más específico, si la denominación fracasa en reconocer y aceptar estas promesas, entonces ¿a dónde serán conducidos los laicos de aquí en adelante? Seguramente no al Reino si los dirigentes no creen en él. ¿Cree ahora en Moisés, en Isaías y Ezequiel? ¿O todavía prefiere creer en las fábulas inventadas por los hombres? --{1LO15 10.1}
Después de Ezequiel está el profeta Daniel. Por cierto, para comenzar recordemos que Daniel no profetizó a los judíos, sino a los caldeos y a los medos y persas. Los judíos lo aceptaron como un siervo de Dios sólo cuando vieron sus profecías cumplidas. Sin embargo, la gran pregunta ante nosotros es, ¿Creemos plenamente en los escritos del profeta Daniel? Veamos. --{1LO15 10.2}
Dan. 2:44, 45 – “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.” --{1LO15 10.3}
De acuerdo a las propias palabras de Daniel, la piedra es símbolo, no de otra cosa, sino del Reino, el que en la parábola del trigo y la cizaña Jesús llama “granero,” el lugar donde Él coloca el trigo (los santos) después que sea separado de la cizaña (Mat. 13:30). Ahora observe cuidadosamente que de acuerdo a la interpretación de Daniel, la piedra representa el Reino, el cual Dios establecerá no después de los días de estos reyes, sino en sus días, y que la piedra, el Reino mismo, no otra cosa, desmenuzará a la imagen. Si nuestra interpretación de la piedra contradice la interpretación de Daniel del Reino, entonces no sólo rechazamos la Inspiración de Daniel, ¡sino que también malinterpretamos la Palabra de Dios! Lo cual es mejor que no lo hagamos. Ahora vayamos al profeta Oseas. --{1LO15 10.4}
Oseas 1:11; 3:5 – “Y se congregarán los hijos de Israel, y buscarán al Señor su Dios, y a David su rey; y temerán al Señor y su bondad en el fin de los días.” --{1LO15 11.1}
¿Puede uno creer a Oseas en este tema del Reino si no cree a los profetas anteriores que enseñaron exactamente como él? –Por supuesto que no. --{1LO15 11.2}
Ahora vayamos a las profecías de Joel. --{1LO15 11.3}
Joel 3:1, 2 - “Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quienes ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.” --{1LO15 11.4}
Cuando Dios libere a los hijos antitípicos de Judá y de Jerusalén –la iglesia de hoy– y los lleve de nuevo a su propia tierra, note que entonces es cuando Él junta a todas las naciones en el valle de Josafat. Allí Él ha de juzgarlas –separar al bueno del malo, (Mat. 13:47, 48), las ovejas de los cabritos (Mat. 25:32). Y esta obra, usted debe saber, es la obra del juicio de todos los vivos. ¿Hemos de rechazar a Joel juntamente con los profetas antes de él, y por consiguiente el mensaje del Juicio de los vivos después de haber sido predicado por más de un siglo el Juicio de los muertos? Consideren lo que dicen las Escrituras y de esta manera resuelvan abandonar todas las otras voces. ¿Y qué acerca de su creencia en el profeta Amós? Leamos ahora: --{1LO15 11.5}
Amós 9:9-15 – “Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal. En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice el Señor que hace esto. He aquí vienen días, dice el Señor, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho el Señor Dios tuyo.” --{1LO15 12.1}
Puesto que Amós aún con mayor énfasis nos da el mismo testimonio que todos los otros profetas antes de él, y puesto que el lenguaje sobre el tema es claro como el cristal, igual como el lenguaje de todos los profetas anteriores a él, tanto que no necesita comentario, ¿qué haremos con él? Leamos ahora a: --{1LO15 12.2}
Amós 9:9-15 – “Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal. En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice el Señor que hace esto. He aquí vienen días, dice el Señor, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho el Señor Dios tuyo.” --{1LO15 13.1}
Puesto que Amós aún con mayor énfasis nos da el mismo testimonio que todos los otros profetas antes de él, y puesto que el lenguaje sobre el tema es claro como el cristal, igual como el lenguaje de todos los profetas anteriores a él, tanto que no necesita comentario, ¿qué haremos con él? Leamos ahora a: --{1LO15 13.2}
Abdías 1:15-18 – “Porque cercano está el día del Señor sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza. De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones. La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán, y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque el Señor lo ha dicho.” --{1LO15 14.1}
En armonía con todos los profetas antes de él y con perfecta claridad, Abdías nos relata también que en el día que el Señor destruya a los paganos en el día de la cosecha o juicio, llamada también la limpieza del Santuario (Dan. 8:14) y la purificación de la iglesia (Mal. 3:1-3), y también el día del Señor grande y terrible, habrá liberación en el monte de Sion, y la casa de Jacob poseerá las riquezas de los gentiles. ¿Cree usted ahora en el testimonio de Jesús por medio de sus profetas? Si no es así, entonces ¿cómo puede decir que usted habla de acuerdo “A la ley y al testimonio”? (Isa. 8:20). Siempre recuerde que la ley y el testimonio en todo van mano a mano. --{1LO15 14.2}
El profeta que sigue es Jonás, pero consideraremos sus profecías cuando estudiemos la profecía del profeta Nahum. --{1LO15 14.3}
Veamos ahora lo referente al profeta Miqueas. --{1LO15 14.4}
Miq. 3:12; 4:1,2 – “Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. Acontecerá en los postreros tiempos, que el monte de la casa del Señor será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas: porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.” --{1LO15 14.5}
Tan enfáticamente como todos los profetas antes que él, Miqueas declara que después de la destrucción del antiguo “monte del Señor,” (el reino), en los postreros días viene de nuevo el establecimiento del reino, y que las gentes y naciones irán a él, porque la Ley y la Palabra del Señor saldrán de Sion y de Jerusalén. ¿Cerrarán ahora sus oídos y sus ojos contra esta promesa? ¿O como siervos de Dios piensan estar allá con las primicias? Espero que sea lo segundo. Ahora llegamos a la profecía de Nahum: --{1LO15 15.1}
Nah. 1:12, 13, 15 – “Así ha dicho el Señor: Aunque reposo tengan y sean tantos, aun así serán talados, y él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más. Porque ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas. . . He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.” --{1LO15 15.2}
La carga de Nahum es con respecto a la restauración y caída de Asiria, los poderes que los gobiernan en el día cuando Él restaure el reino de Judá de los postreros días; en el día cuando quebrante el yugo de Asiria, en el día cuando rompa las ligaduras que atan a su pueblo. En aquel día Él envía a su mensajero para llevar buenas nuevas a su pueblo, nuevas de paz mientras que el mundo está trastornado con guerras. Mediante su mensajero Él urge a su pueblo acumplir sus votos porque Él ha de quitar de entre ellos a los impíos. Asiria ha de desocupar para que Judá ocupe. “Porque Asiria que hirió con vara, con la voz del Señor será quebrantada.” Isa. 30:31. Ahora Él ruega: --{1LO15 15.3}
“Volved, a Aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. Porque en aquel día [el día cuando Asiria caiga] arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice el Señor, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.” Isa. 31:6-9. --{1LO15 16.1}
La purificación (Juicio), que se ve aquí, es conducida desde Sion y desde Jerusalén. Y por medio de Malaquías el Espíritu hace la pregunta: “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pié cuando Él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví (el ministerio), los afinará como a oro y como a plata; y traerán al Señor ofrenda en justicia.” Mal. 3:2, 3. --{1LO15 16.2}
¿Acepta usted a Nahum? Y puesto que la profecía de Jonás es una contraparte o tipo de la de Nahum, entonces si rechaza a Nahum, automáticamente también rechaza a Jonás. --{1LO15 16.3}
Al profeta Habacuc se le dijo “escribe la visión y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.” --{1LO15 16.4}
Hab. 2:3 – “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.” --{1LO15 16.5}
Entonces Habacuc oró, diciendo: --{1LO15 17.1}
Hab. 3:12, 13 – “Con ira hollaste la tierra, con furor trillaste las naciones. Saliste para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido. Tras- pasaste la cabeza de la casa del impío, descubriendo el cimiento hasta la roca. Selah.” --{1LO15 17.2}
¿Podemos con fe orar por lo mismo que oró Haba- cuc? –¿Qué el Señor salga para salvación de su pueblo, que la visión sea cumplida sin dilación y que corramos a proclamar las buenas nuevas? Si no es así, entonces verdaderamente desdeñamos a Habacuc. --{1LO15 17.3}
Veamos lo que Sofonías dice con respecto a la última casa de Judá –el monte del Señor. --{1LO15 17.4}
Sof. 2:5-7 – “¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra del Señor es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos, y te haré destruir hasta no dejar morador. Y será la costa del mar pradera para pastores, y corrales de ovejas. Será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; en las casas de Ascalón dormirán de noche; porque el Señor su Dios los visitará, y levantará su cautiverio.” --{1LO15 17.5}
Puesto que también la profecía de Sofonías definitivamente dice que el Señor restablecerá el reino de Judá, no es necesario hacer comentario alguno al respecto, así es que podemos pasar inmediatamente a la profecía de Zacarías. --{1LO15 18.1}
Zac. 1:20, 21 - “Me mostró luego el Señor cuatro carpinteros. Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me respondió, diciendo: Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.” --{1LO15 18.2}
Una vez Dios levantó “cuernos” –naciones– para esparcir a su pueblo a través de las naciones gentiles, pero estos “cuernos” en la restauración de “todas las cosas,” han llegado a ser “carpinteros.” Así que mientras ellos como cuernos echaron a los gentiles fuera de la tierra prometida, como carpinteros han de edificar para Judá. Así Zacarías, como todos los profetas antes de él, profetizó de la res- tauración del reino de Judá. Leamos ahora de Malaquías, el último de los profetas del antiguo Testamento. --{1LO15 18.3}
Mal. 3:1-3 – “He aquí, yo envió mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Señor de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán al Señor ofrenda en justicia.” --{1LO15 18.4}
Puesto que también la profecía de Sofonías definitivamente dice que el Señor restablecerá el reino de Judá, no es necesario hacer comentario alguno al respecto, así es que podemos pasar inmediatamente a la profecía de Zacarías. --{1LO15 19.1}
Zac. 1:20, 21 - “Me mostró luego el Señor cuatro carpinteros. Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me respondió, diciendo: Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla.” --{1LO15 19.2}
Una vez Dios levantó “cuernos” –naciones– para esparcir a su pueblo a través de las naciones gen- tiles, pero estos “cuernos” en la restauración de “todas las cosas,” han llegado a ser “carpinteros.” Así que mientras ellos como cuernos echaron a los gentiles fuera de la tierra prometida, como carpinteros han de edificar para Judá. Así Zacarías, como todos los profetas antes de él, profetizó de la res- tauración del reino de Judá. Leamos ahora de Malaquías, el último de los profetas del antiguo Testamento. --{1LO15 19.3}
Mal. 3:1-3 – “He aquí, yo envió mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Señor de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán al Señor ofrenda en justicia.” --{1LO15 19.4}
Si en la faz de todas estas enseñanzas claras e indiscutibles de todos los profetas, nosotros como adventistas del séptimo día dejamos de dar aten- ción a la Verdad de la purificación de la iglesia (el Reino aquí tratado), el mensaje del Juicio de los vivos y de la restauración del reino de Judá, –el santuario para los purificados– entonces ciertamente otros tendrán que tomar nuestro lugar para proclamarlo. Entonces, juntamente con los judíos llevaremos la culpa de rechazar a todos los profetas desde que el mundo empezó. ¿Por qué? –Porque a menos que realmente creamos todo lo que los profetas han escrito, nuestra mera pretensión de creer en ellos significa tanto para los cielos como la fe de los judíos en los escritos de Moisés significó para el Señor. ¿Cómo? Predicando el evangelio del Reino y a la vez ¡negando el Reino mismo! --{1LO15 20.1}
Para terminar daré lectura en Primeros Escritos en el capítulo titulado “El Fuerte Clamor.” --{1LO15 20.2}
“Este mensaje (esto es, el mensaje que constituye el Fuerte Clamor) parecía ser un complemento [adición en Inglés] del tercer mensaje, pues se le unía como el clamor de medianoche se añadió en 1844 al mensaje del segundo ángel.” –Primeros Escritos, p. 277. Y en la página 118 leemos: “Vi luego el tercer ángel. Dijo mi ángel acompañante: ‘Su obra es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber completamente la mente y la atención.’” --{1LO15 20.3}
La autora de estas declaraciones hace claro que el Fuerte Pregón no consiste en mucho ruido sino en un mensaje adicional, y que el mensaje del tercer ángel en el fin del mundo, no al mismo fin, ha de separar el trigo de la cizaña. ¿Quién entre nosotros sería tan necio para cerrar sus ojos y sus oídos al testimonio de los profetas, para al fin clamar en consternación? “Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos” Jer. 8:20. --{1LO15 20.4}
Ahora, si nosotros como iglesia ni siquiera esperamos un mensaje adicional, además de rechazar a los profetas anteriores, entonces, ¿cuánto mejor es nuestra actitud hacia Dios y sus profetas de hoy así como hacia los profetas de antaño? --{1LO15 21.1}
Los judíos querían su propio reino, un reino de este mundo (con santos y pecadores en él). Sí, querían un reino en la tierra pero no en el cielo. Y lo que es más, ellos lo querían con dos mil años de anticipación. Irónicamente ahora que es el tiempo de la restauración del Reino, la Denominación toma una actitud opuesta. Quiere un reino en el cielo y no en la tierra. Sin duda quiere abordar el “carro” desde Takoma Park. Y además de eso, mientras el Señor dice que Él ha de salvar naciones, la Denominación dice que solamente 144,000 vivientes hijos de Jacob, y por consiguiente, ¡a ninguno de los hijos de otras naciones! --{1LO15 21.2}
Los judíos no querían nada sino sólo lo que ellos querían, y justamente nada obtuvieron. Así sucederá con la Denominación si esta Verdad adicional bíblica tan clara y el ejemplo de los judíos no les ayuda a ver que ella está siendo arrastrada “al mar sin mapa ni compás” –Cristo Nuestra Justicia, p.30. Si ella sigue no queriendo nada, sino sólo lo que ella quiere, es cierto que nada es lo que debe esperar. --{1LO15 21.3}
Ruego que me digan, ¿qué más debe uno esperar de una creencia parcial en los profetas, de una interpretación privada humana de las Escrituras, de un método de explicar fuera de las Escrituras, convirtiendo en misterio los pasajes sencillos de las Escrituras por el uso de traducciones de manuscritos desconocidos? Aferrémonos al “libro del Señor” que su boca mandó y cuyos manuscritos “los reunió su mismo Espíritu” Isa. 34:16. --{1LO15 21.4}
Digan lo que deseen contra los judíos, pero mi investigación me dice que como adventistas los estamos superando en maldad. --{1LO15 22.1}
Además, vemos que nuestro estudio en esta tarde es un resumen del mensaje a los laodicenses, quienes piensan que ellos son ricos y están enriquecidos con bienes, y que no tienen necesidad de nada, aunque tienen necesidad de todo y deberían despertarse pronto de su pobreza. --{1LO15 22.2}
Para estar seguros, el presente estado de cosas parece sombrío. Pero con todo, viendo que este día nublado y obscuro reserva un futuro de gloria incomparable, digamos con el profeta Habacuc: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en el Señor, y me gozaré en el Dios de mi salvación.” Hab. 3:17, 18. De esta manera, justo como los apóstoles vencieron al enemigo de la Iglesia en sus días, de la misma manera lo venceremos en nuestro tiempo. --{1LO15 22.3}