El tiempo de la tribulación de Jacob; Judá e Israel volviendo a casa

Entonces todos los que quedan reconocerán que el Señor, el Poderoso de Jacob, es nuestro Salvador y Redentor. ¿Será posible que con todo esto todavía durmamos? O ¿nos levantaremos en la justicia de Cristo para estar listos para encontrar al Señor y estar con Él en su Reino? Su oportunidad y el tiempo de su decisión ha llegado ahora y no le conviene despreciarla. Debe tomar una posición firme y activa con este movimiento laico, en esta obra que es primero para la iglesia y después para el mundo.

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

La Súplica Misericordiosa de Dios --{1LO47 13.1}

Daré lectura de El Discurso Maestro de Jesucristo, página 127, comenzando en el segundo párrafo – --{1LO47 13.2}

D.M.J., p. 127 –“Hoy todavía la misericordia invita al pecador. ‘Vivo yo, dice el Señor Dios, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis?’ La voz que habla a los impenitentes es la voz de Aquel que exclamó, con el corazón lleno de angustia, cuando miró la ciudad objeto de su amor: ‘¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí, vuestra casa os es dejada desierta.’ En Jerusalén vio Jesús un símbolo del mundo que había rechazado y despreciado su gracia. ¡Lloraba, oh corazón endurecido, por ti! Aún mientras Jesús vertía lágrimas sobre el monte, Jerusalén habría podido arrepentirse y escapar a su condenación. Por corto tiempo el Don de los cielos siguió aguardando su aceptación. Así también, oh corazón, Cristo te habla aún con acentos de amor: ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.’ ‘He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.’ ” --{1LO47 13.3}

Debemos orar para que gozosamente respondamos a la súplica misericordiosa de Dios, que nos demos cuenta que su propósito es salvarnos de la ruina eterna; que respondamos ahora en el día de salvación; que sepamos que Él está suplicando por nosotros hoy como suplicó por Jerusalén en el tiempo de su primera venida, que la puerta de nuestros corazones nunca se cierren a Él. --{1LO47 13.4}

EL TIEMPO DE ANGUSTIA DE JACOB; JUDÁ E ISRAEL VOLVIENDO A CASA

Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO47 14.1}

El Sábado, 28 de junio de 1947 Capilla del Monte Carmelo Waco, Texas --{1LO47 14.2}

Continuaremos estudiando el mismo tema que hemos estado estudiando en el libro de Isaías, pero hoy lo estudiaremos en el libro de Jeremías. --{1LO47 14.3}

Para comenzar, notaremos que los primeros capítulos del libro tratan de Judá e Israel antiguos, de sus pecados y obstinación de corazón, y de su dispersión resultante por todas las naciones gentiles. Sin embargo el capítulo treinta no trata del esparcimiento de Judá e Israel antiguos, sino con el recogimiento de Judá e Israel de nuestro tiempo. --{1LO47 14.4}

Comencemos ahora el estudio con los tres primeros versículos - --{1LO47 14.5}

Jer. 30:1-3 – “Palabra del Señor que vino a Jeremías, diciendo: Así habló el Señor Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. Porque he aquí que vienen días, dice el Señor, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho el Señor, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán.” --{1LO47 14.6}

Note que ambos, Judá e Israel juntos, tienen la promesa  de  volver  a  su  tierra.  Como  esto nunca se ha realizado, la profecía está aun por cumplirse. --{1LO47 14.7}

Jer. 30:4-6 – “Estas, pues, son las palabras que habló el Señor acerca de Israel y de Judá. Porque así ha dicho el Señor: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.” --{1LO47 15.1}

La causa del temor aquí predicho es básicamente inútil e innecesaria, declara el Señor. --{1LO47 15.2}

Jer. 30:7 – “¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.” --{1LO47 15.3}

El pueblo que ha llegado a este tiempo antitípico de angustia está volviendo a su tierra y es consolado. Aparentemente este mal es suficiente para espantar a todos, pero el consejo alentador de Dios es “no temáis.” --{1LO47 15.4}

Claramente, la carga de este capítulo es tocante al retorno antitípico a la patria. Aunque pueda parecer una terrible angustia, los resultados han de ser los mismos como en el tipo. Ciertamente ahora no podemos apreciar este estudio como debiera ser, pero pronto viene el tiempo cuando cavaremos profunda y diligentemente como si saliéramos de debajo de una avalancha. Sin embargo, a aquellos que tienen poca fe en la Palabra de Dios, el estudio no les hará mucho bien. Ahora es el tiempo para comenzar a cultivar la fe que necesitaremos tener entonces. --{1LO47 15.5}

Jacob, nuestro tipo, sabía bien que Dios había dirigido su regreso de Padan-aram a su tierra natal, y no obstante tembló cuando oyó decir que Esaú con cuatrocientos hombres venía a su encuentro. Además de esto, él fue llevado a luchar con el Ángel toda la noche y prevaleció solamente porque no dejó ir al Ángel hasta que lo bendijera. Y el resultado final fue que al día siguiente, Esaú, más bien que destruir la compañía de Jacob, bondadosamente saludó a Jacob con un beso y ¡cordialmente le invitó a volver a casa! Así que cuando toda esta obra fue hecha, Jacob claramente vio que no había necesidad en absoluto de haber temido alguna vez. Cuán animador es que “estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Cor. 10:11). Que lo que le pasó a Jacob es seguro que nos pase a nosotros, y cuán alentador es saber todo esto de antemano. Ahora como nunca antes debemos ver que donde hay tipo hay también antitipo, y que donde no hay tipo no hay verdad. --{1LO47 16.1}

Jer. 30:8 – “En aquel día, dice el Señor de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo vol- verán más a poner en servidumbre.” --{1LO47 16.2}

Este versículo claramente dice que Dios ha de liberar a su pueblo del yugo de los gentiles y que extraños (inconversos) no los angustiarán más. --{1LO47 16.3}

Jer. 30:9 – “Sino que servirán al Señor su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré.” --{1LO47 16.4}

Los seguidores de la verdad no servirán ya más a otros, sino que servirán al Señor y a un rey que Dios mismo proveerá. --{1LO47 16.5}

  Jer. 30:10 – “Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice el Señor, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.” --{1LO47 17.1}

Por tanto, no hay necesidad de temer, sino hay una necesidad de fe en las promesas de Dios. --{1LO47 17.2}

Jer. 30:11 – “Porque yo estoy contigo para salvarte, dice el Señor, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.” --{1LO47 17.3}

El castigo dado a Israel es su esparcimiento entre los gentiles, como está expresado en los siguientes versículos. Sin embargo, el tiempo de su liberación ha llegado y debemos alegrarnos por esto y dar a Dios la gloria. --{1LO47 17.4}

Jer. 30:12-19 – “Porque así ha dicho el Señor: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue tu causa para sa- narte; no hay para ti medicamentos eficaces. Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados. ¿Por qué gritas a causa de tu quebranta- miento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto. Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa. Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. Así ha dicho el Señor: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma. Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.” --{1LO47 17.5}

 El pueblo, después de haber terminado su cautiverio, se dará cuenta por completo de la misericordia de Dios y su sabiduría para salvarlos. Serán felices para siempre, porque Él los multiplicará en la tierra de sus padres y los hará grandes. --{1LO47 18.1}

Jer. 30:20 – “Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores.” --{1LO47 18.2}

El Reino (la iglesia purificada y apartada del mundo) ha de ser tan natural y tan real como lo fue el reino del Israel antiguo, pero no habrá pecadores en él. --{1LO47 18.3}

Jer. 30:21-23 – “De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque --{1LO47 18.4}

¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice el Señor. Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios. He aquí, la tempestad del Señor sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos reposará.” --{1LO47 18.5}