El Reino de Judá, el Zarandeo de las Naciones
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
Daré lectura en el libro El Discurso Maestro de Jesucristo, páginas 101, 102, comenzando en el tercer párrafo. El título de esta lectura es, “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria.” --{1LO20 10.1}
“La última frase del Padre Nuestro, así como la primera, señala a nuestro Padre como superior a todo poder y autoridad y a todo nombre que se mencione. . . En medio de la lucha y la ruina de la nación, los discípulos estarían acosados de peligros, y a menudo el miedo oprimiría sus corazones. Habrían de ver a Jerusalén desolada, el templo arrasado, su culto suprimido para siempre, e Israel esparcido por todas las tierras como náufragos en una playa desierta. Dijo Jesús: ‘Oiréis de guerras y rumores de guerras.’ ‘Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.’ A pesar de ello, los discípulos de Cristo no debían pensar que su esperanza era vana ni que Dios había abandonado al mundo. El poder y la gloria pertenecen a Aquel cuyos grandes propósitos se irán cumpliendo sin impedimento hasta su consumación. En aquella oración, que expresaba sus necesidades diarias, la atención de los discípulos de Cristo fue dirigida, por encima de todo el poder y dominio del mal, hacia el Señor su Dios, cuyo reino gobierna a todos, y quien es Padre y Amigo eterno.” --{1LO20 10.2}
Los discípulos esperaban en su tiempo que Jerusalén vendría a ser la capital del gran Reino de Dios. Pero contrario a sus expectativas, Jesús proclamó que ¡Jerusalén sería desolada y el templo convertido en ruinas! Así una vez tras otra somos dirigidos a ver que nosotros seres finitos nunca sabemos los planes de Dios. Verdaderamente necesitamos orar para que su Espíritu nos guíe continuamente y nos muestre el camino correcto en cada una de sus vueltas mientras continuamos caminando rumbo al Reino. Oremos ahora que el conocimiento de estas verdades nos haga justamente lo que debemos ser. --{1LO20 10.3}
EL REINO DE JUDÁ, EL ZARANDEO DE LAS NACIONES
Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO20 11.1}
El Sábado, 21 de diciembre de 1946 Capilla del Monte Carmelo --{1LO20 11.2}
El Sábado pasado concluimos nuestro estudio con el versículo once de Zacarías 14, y a fin de conectar el estudio de hoy con el estudio del Sábado anterior, daremos un repaso corto de los eventos con respecto a Jerusalén como son predichos en los primeros once versículos del mismo capítulo. --{1LO20 11.4}
El primer evento predicho es una guerra en contra de Jerusalén en la que participarán todas las naciones. En esta guerra una parte del pueblo de Jerusalén irá a cautiverio, pero el resto permanecerá en la ciudad. Además, en aquel día los pies del Señor se afirmarán en el Monte de los Olivos, y el monte se partirá por medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande. A este valle de montes, al lugar donde los pies del Señor están afirmados, es a donde huirá el pueblo de Dios tan apresuradamente como cuando se huye de un terremoto. De esta manera Jerusalén será habitada nuevamente por el mismo pueblo de Dios. Evidentemente los que no sean cortados, los que sean dejados en Jerusalén, deben ser los que sean hallados fieles. Pero los que huyan al valle donde los pies del Señor estén afirmados –huyen hacia Él, no lejos de Él –deben ser los fieles de otras partes. Claramente, Jerusalén vendrá a ser el gran lugar de la reunión del pueblo de Dios. --{1LO20 11.5}
Estos son algunos de los eventos de nuestro estudio del Sábado anterior, que nos trae a la vista la primera parte del capítulo 14 de Zacarías, y cualquier estudiante de la Biblia fácilmente podrá ver que son premilenarios: El pueblo no descenderá del cielo, sino que ellos volarán al valle. Por lo tanto, ellos no pueden ser los impíos, porque ellos vuelan hacia Él, no lejos de Él. Ahora continuemos con el versículo doce. --{1LO20 11.6}
Zac. 14:12 – “Y esta será la plaga con que herirá el Señor a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.” --{1LO20 12.1}
En uno de los versículos anteriores se nos dice que el Señor ha de pelear en contra de todos aquellos que pelean en contra de Jerusalén. Y ahora en este versículo se nos muestra los medios que el Señor usará en esta guerra. Él no tiene que usar armamento fabricado por el hombre, sino una plaga. --{1LO20 12.2}
Zac. 14:13 – “Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por el Señor; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero.” --{1LO20 12.3}
Además de la plaga habrá un gran tumulto –una confusión y excitación que volverá a cada hombre en contra de su prójimo. De esta manera el Señor vencerá a los enemigos de su pueblo. --{1LO20 12.4}
Zac. 14:14 – “Y Judá también peleará en Jerusalén, Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia.” --{1LO20 12.5}
Durante este conflicto de las naciones, el Reino de Judá será restaurado. Él también peleará en Jerusalén, y allegará para sí las riquezas de los gentiles. --{1LO20 12.6}
Zac. 14:15 – “Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos.” --{1LO20 13.1}
La plaga cae tanto sobre los hombres como sobre las bestias que se encuentran en las tiendas de todos los incrédulos. --{1LO20 13.2}
Zac. 14:16 – “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Señor de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” --{1LO20 13.3}
Este versículo de la Escritura enfáticamente implica que todos los que en este tiempo decisivo rehúsen ser convertidos al Señor, perecerán; y solamente los que adoren al Señor en Jerusalén en la fiesta de los tabernáculos, serán perdonados. --{1LO20 13.4}
Zac. 14:17 – “Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, el Señor de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.” --{1LO20 13.5}
La “lluvia” será detenida sobre todos los que entonces no vengan a adorar al Rey, el Señor de los ejércitos, a fin de que ellos completamente puedan darse cuenta de su error. Además, no sólo los que van a pelear en contra de Jerusalén, sino aún todas las familias de la tierra serán así zarandeadas. --{1LO20 13.6}
Zac. 14:18 – “Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que el Señor herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” --{1LO20 13.7}
Si la sequía falla en despertarlos, entonces la plaga finalmente les sobrevendrá. Así a todos los que no han oído el mensaje se les dará oportunidad de oírlo. Si no los puede salvar, al fin los destruirá. --{1LO20 14.1}
Ahora vemos que este evento (el Señor estando en el monte y los santos huyendo al valle) no sólo es premilenario, sino también es antes del cierre de gracia; antes que comience el restablecimiento de la casa de Judá; que prepara el camino para el alumbramiento de la tierra con la gloria del ángel (Apoc. 18:1); que por último trae el fin de los pecadores. --{1LO20 14.2}
Zac. 14:19 – “Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.” --{1LO20 14.3}
Vemos de nuevo la necesidad de abandonar nuestras ideas preconcebidas de la obra final del evangelio. No, el Señor no descenderá a la tierra como un rayo que cae del cielo. Él primero magnificará su Palabra, su poder, su justicia y su iglesia o pueblo. Él también ha de tener, por así decirlo, un arca de seguridad en la cual reunir y proteger a sus elegidos. Vemos que todos estos hechos se ven vívidamente predichos en esta profecía. --{1LO20 14.4}
Zac. 14:20 – “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD AL SEÑOR; y las ollas de la casa del Señor serán como los tazones del altar.” --{1LO20 14.5}
El propósito de las campanillas en los caballos es el de ayudar a sus dueños a localizarlos. Así que solamente los siervos cuyas “campanillas” (voces) den el sonido de “Santidad al Señor” el Señor puede ubicarlos y reunirlos como suyos. --{1LO20 14.6}
Zac. 14:21 – “Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada al Señor de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa del Señor de los ejércitos.” --{1LO20 15.1}
Este versículo se explica a sí mismo, no necesita comentarios. --{1LO20 15.2}
Por tanto se puede ver que con el establecimiento del Reino de Judá comienza el zarandeo de las naciones. Puede ser que estemos al margen de presenciar el cumplimiento de estas profecías, de otra manera el rollo no se hubiera desenrollado a tal punto hasta revelarlas en este tiempo, seguramente que no, si sólo el Espíritu de Verdad nos guía a toda Verdad y si el Señor da “alimento a su tiempo.” En vista de esto, hagamos de todo corazón aquello que el Señor nos pide que hagamos y sinceramente pongamos en acción nuestra fe en su Palabra inquebrantable. --{1LO20 15.3}
Estos pequeños seminarios, sin costo alguno, son de inapreciable valor para usted. Léalos y manténgalos en su biblioteca, porque seguramente el tiempo vendrá cuando usted estará agradecido de haber conservado sus copias. Si desea dar algunos a sus amigos o parientes adventistas, puede ordenar copias extras o enviar sus nombres y direcciones a nuestra lista de envíos. --{1LO20 15.4}