El fin de los ídolos humanos y sus adoradores
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
Leeré de El Discurso Maestro de Jesucristo, la página 100, comenzando con el tercer párrafo. Esta lectura es una continuación de nuestra lectura del Sábado pasado, basada en la oración del Señor. --{1LO18 12.1}
“Es peligroso detenerse para contemplar las ventajas de ceder a las sugestiones de Satanás. El pecado significa deshonra y ruina para toda alma que se entrega a él; pero es de naturaleza tal que ciega y engaña, y nos tentará con presentaciones lisonjeras. Si nos aventuramos en el terreno de Satanás, no hay seguridad de que seremos protegidos contra su poder. En cuanto sea posible debemos cerrar todas las puertas por las cuales el tentador podría llegar hasta nosotros. --{1LO18 12.2}
“El ruego ‘no nos dejes caer en tentación’ es una promesa en sí mismo. Si nos entregamos a Dios, se nos promete: ‘No os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también junta- mente con la tentación la salida, para que podáis soportar.’ ” --{1LO18 12.3}
Ahora arrodillémonos y oremos para que podamos darnos cuenta que el pecado ciega y engaña por su naturaleza; que lleva a la deshonra y desastre; y que para estar en el lado seguro, no debemos ni siquiera contemplar el ceder a las sugerencias de Satanás, porque una vez que nos aventuremos en su terreno no podemos esperar la protección de Dios. Agradezcamos también al Señor por la confortante seguridad que si nosotros nos entregamos totalmente a Él, Él no permitirá que seamos tentados más de lo que podemos soportar. --{1LO18 12.4}
EL FIN DE LOS ÍDOLOS HUMANOS Y SUS ADORADORES
Texto de la Alocución por V. T. Houteff, Ministro de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día --{1LO18 13.1}
El Sábado, 7 de diciembre de 1946 Capilla del Monte Carmelo --{1LO18 13.2}
Esta tarde estudiaremos el capítulo 13 de Zacarías, comencemos con el primer versículo. --{1LO18 13.4}
Zac. 13:1 – “En aquel tiempo habrá manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.” --{1LO18 13.5}
La frase “en aquel tiempo” nos lleva a los eventos anteriores, de regreso al capítulo 12. Allí encontramos que el evento es el gran llanto en Jerusalén (Zac. 12:11-14). Por lo tanto “en aquel día,” en el día de ese gran llanto, esta fuente ha de ser abierta. --{1LO18 13.6}
Para encontrar el tiempo en el cual acontece el llanto, es necesario que regresemos al capítulo doce, y sería mejor que revisáramos el capítulo desde el primer versículo porque ahí se nos presentan siete grupos de eventos distintos y separados, uno siguiendo al otro. --{1LO18 13.7}
Los eventos sobresalientes de cada grupo son estos: (1) Jerusalén será puesta “por copa que hará temblar a todos los pueblos” y las naciones de la tierra estarán “contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.” (2) “en aquel día” todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. (3) “en aquel día” el Señor herirá “con pánico a todo caballo, y con locura al jinete” y Él también abrirá “sus ojos sobre la casa de Judá.” Los capitanes de Judá dirán en su corazón, “tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en el Señor de los ejércitos, su Dios.” (4) “En aquel día” Jerusalén será habitada otra vez. (5) “en aquel día el que entre ellos fuere débil” será como David y la casa de David será como Dios. (6) “En aquel día” el Señor procurará destruir todas las naciones que vinieren contra Jerusalén. Él derramará entonces sobre la casa de David y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración. (7) “En aquel día” habrá un gran llanto en Jerusalén. --{1LO18 13.8}
Así un evento es contingente al otro, uno siguiendo al otro, el último de los cuales en este capítulo es el gran llanto en Jerusalén. Por lo tanto, en el tiempo de este evento de llanto, la fuente para el pecado y la inmundicia está abierta. Conectemos ahora Zacarías 13:1 con el versículo 2 --{1LO18 14.1}
Zac. 13:1, 2 – “En aquel tiempo habrá manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice el Señor de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas, y al espíritu de inmundicia.” --{1LO18 14.2}
Dos cosas sobresalen claramente en estos versí- culos: (1) que la casa de David debe venir a la existencia antes que la fuente o manantial de purificación sea abierta; (2) que la purificación comienza cortando de la tierra los nombres de los ídolos y arrojando de la tierra a los falsos profetas y a los espíritus inmundos. En nuestro estudio anterior del capítulo diez de Zacarías, aprendimos que estos ídolos son de la clase que hablan, que ellos son hombres. Por lo tanto no hay duda, que estos son hermanos ministros que predican de sí mismos en lugar de predicar de Cristo, –a quienes los laicos idolatran. Como resultado, los laicos ciegamente los están siguiendo y cualquier decisión que sus “ídolos” hagan con respecto a lo que es verdad y lo que es error, lo que es pecado y lo que es justicia, esas son las decisiones que los laicos aceptan. Estos “ídolos,” por lo tanto, están creando una situación similar a la que los sacerdotes, escribas y fariseos crearon en el tiempo del primer advenimiento de Cristo. Por consiguiente, los adoradores de ídolos no están preocupando investigar personalmente los mensajes nuevos, y de esta manera ellos están ignorantemente siguiendo a hombres más bien que seguir a Cristo y su Verdad progresiva. Estos, juntamente con los profetas y los espíritus inmundos, serán cortados de la tierra. --{1LO18 14.3}
Zac. 13:3-5 – “Y acontecerá que cuando alguno profetizare aún, le dirán su padre y su madre que lo engendraron: No vivirás, porque has hablado mentira en el nombre del Señor; y su padre y su madre que lo engendraron, le traspasarán cuando profetizare. Y sucederá en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profetizaren; ni nunca más vestirán el manto velloso para mentir. Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, pues he estado en el campo desde mi juventud.” --{1LO18 15.1}
Los nombres de los ídolos (los títulos halagadores de los hombres) se olvidarán para siempre. De aquel día en adelante ni el falso profeta, ni el espíritu de inmundicia será tolerado en la tierra. De hecho, ni siquiera un padre o una madre tolerarán entonces a su hijo que los posea, sino que lo entregarán a los verdugos. Acontecerá que los hombres que están ahora exaltándose y predicando sin haber sido “enviados,” se avergonzarán mientras que sus ojos se abrirán de par en par cuando sean sorprendidos en sus engaños –en falsas predicciones e interpretaciones privadas de las Escrituras. No más usarán vestiduras engañosas, por el contrario, ellos dirán, “No soy profeta;” ni siquiera pastor “labrador soy de la tierra.” --{1LO18 15.2}
Al profeta Ezequiel también se le dio un vislumbre de esta situación “Así ha dicho el Señor Dios: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel. No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla en el día del Señor. Vieron vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho el Señor, y el Señor no los envió; con todo, esperan que él confirme la palabra de ellos. ¿No habéis visto visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa, pues que decís: Dijo el Señor, no habiendo yo hablado? Por tanto, así ha dicho el Señor Dios: Por cuanto vosotros habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo estoy contra vosotros, dice el Señor Dios. Estará mi mano contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y sabréis que yo soy el Señor Dios. --{1LO18 16.1}
“Sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá. Y he aquí cuando la pared haya caído, no os dirán: --{1LO18 16.2}
¿Dónde está la embarradura con que larecubristeis? Por tanto, así ha dicho el Señor Dios: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y laecharé a tierra, y será descubierto su cimiento, y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis queyo soy el Señor. Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron.” (Eze. 13:3-15). --{1LO18 16.3}
¡Qué terrible responsabilidad descansa sobre quienes manejan descuidadamente la Palabra de Dios, quienes se hacen pasar como guardianes de las almas sobre el pueblo pero quienes en realidad mantienen guardia para que nadie escape de caer en el infierno! Tanto ellos como sus abominaciones caerán en el pozo. Verdaderamente, si alguna reforma es necesaria en el cristianismo, ciertamente es más necesaria en esta línea. --{1LO18 17.1}
Habiendo aprendido mejor ahora, no hagamos ya más ídolos de hombres; no demos lugar más a espíritus de inmundicia dentro de nosotros. Por el contrario démosle al Espíritu de Dios la oportu- nidad de dirigirnos con entendimiento personal a su Verdad siempre en progreso. --{1LO18 17.2}
Seamos seguidores de Cristo, nunca más de Pablo, de Apolos o de Cefas o de cualquier otro. --{1LO18 17.3}
Zac. 13:6, 7 – “Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos. Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice el Señor de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos.” --{1LO18 17.4}
No tengo comentarios especiales que hacer sobre los versículos 6 y 7 más de lo que se entiende comúnmente entre los cristianos. --{1LO18 18.1}
Zac. 13:8 – “Y acontecerá en toda la tierra, dice el Señor, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera que- dará en ella.” --{1LO18 18.2}
En esta separación, de acuerdo al versículo 8, el pueblo es dividido en tres partes: Evidentemente ellos son los santos, los hipócritas y los paganos. Las dos últimas partes han de ser cortadas (sepa- radas de los santos), y han de morir. Con respecto al futuro de la primera tercera parte, leamos – --{1LO18 18.3}
Zac. 13:9 – “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: El Señor es mi Dios.” --{1LO18 18.4}
En esta conexión, el profeta del evangelio fue instruido a escribir: “He aquí el día del Señor viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se obscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. --{1LO18 18.5}
“Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación del Señor de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Cualquiera que sea hallado, será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.” (Isa.13:9-15) --{1LO18 19.1}
A esta amonestación el profeta Sofonías agrega: “Acontecerá en aquel tiempo, que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: El Señor ni hará bien ni hará mal. Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas. Cercano está el día grande del Señor, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día del Señor; gritará allí el valiente. --{1LO18 19.2}
“Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de obscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira del Señor, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:12-18). --{1LO18 19.3}
Estas escrituras se explican a sí mismas y hacen el tema tan claro como el cristal: tan pronto como la casa de David sea establecida, y tan pronto como los primeros frutos lleguen al Monte de Sion y estén allí con el Cordero, la fuente purificadora será abierta. Entonces es cuando comienza la gran cosecha durante la cual cada grano de “trigo” será puesto en el granero o “alfolí,” pero cada semilla dañina será quemada (Mat. 13:30). Entonces será que todo el “pescado” bueno será puesto en vasos, mientras que todo el pescado malo será echado fuera (Mat. 13:48). Entonces será que todos los que tengan el “vestido de boda” participarán en la cena de bodas, pero todos los que no tengan el vestido serán echados en las tinieblas de afuera, (Mat. 22:11-13). --{1LO18 20.1}
En los términos de las parábolas todo esto puede ser resumido de la siguiente manera: Los que exitosamente aspiran a ser liberados como “trigo,” como el “pescado” bueno y ponerse el vestido de boda, son los que han encontrado el campo del gran tesoro y la perla de gran precio y han hecho todo para comprarlos. --{1LO18 20.2}
“Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” (Mat. 13:49, 50). --{1LO18 20.3}
Hermano, hermana hemos llegado a tiempos solemnes. Ahora es el tiempo de ponernos las vestiduras blancas. Ahora es el tiempo de comprar el campo con el gran tesoro y la perla de gran precio. “¿Lo hará usted? ¿Lo haré yo?” es la gran pregunta que rápidamente tenemos que resolver sin la influencia o interferencia de otra persona. --{1LO18 20.4}
Ahora debemos ser capaces para ver como la obra del evangelio terminará y que la idea que habíamos tenido acerca de esto es meramente una fabricación humana. Ahora se ve claramente cómo los pecadores son hechos santos, cuándo y cómo el gran manantial de Dios limpia a todos los pecadores penitentes, haciéndonos tan blancos como la nieve si se lo permitimos. Así que no importa lo que fuimos ayer, lo que importa es lo que hemos de hacer hoy, y lo que hemos de ser desde esta hora en adelante. --{1LO18 21.1}
No debemos de estar entre la clase de gente que discute sobre cosas triviales pero que no les importa discutir temas importantes tales como este. Si no venimos al conocimiento de la Verdad y si no le permitimos que haga en nosotros la obra para la cual fue enviada, ¿cómo podremos estar preparados para vivir en la presencia de un Dios santo? Usted puede ver que creer o no creer en verdades tales como ésta realmente significa algo. Pero argumentar, como algunos lo hacen, sobre un punto tal como “los tres días y las tres noches” (Mat. 12:40) sin nada que hacer en cuanto a ello, aún si se ganara el argumento, es peor que el fariseísmo. El diablo nos mantendrá ocupados con asuntos sin importancia y con cosas que no entendemos. --{1LO18 21.2}
En 1931 después que “La Vara del Pastor,” Vol. 1, salió de la imprenta, publicamos un artículo de dos páginas en el cual decíamos que a lo que Dios nos ha guiado es o a toda la Verdad o a ninguna. Desde ese tiempo hemos publicado otro libro y más de veinte Tratados además de las series de “Llamadas Oportunas,” conteniendo todas asuntos doctrinales. Estas publicaciones han sido esparcidas por toda la Denominación, pero hasta este día la Denominación no ha intentado oficialmente ni una sola vez refutar algún tema en su totalidad. Ellos siempre han tratado de quitar lo que tenemos en esas escrituras, pero nunca nos dan algo mejor. Todo lo que hemos oído o visto son intentos de tergiversar, o algún otro procedimiento semejante como lo que hacen los observadores del primer día mientras debaten con los que guardan el Sábado. --{1LO18 21.3}
No permitamos a los enemigos de la Verdad revelada que la tergiversen, póngalos a prueba con la Biblia. Yo se que no es un hombre de Bulgaria de las Montañas de Rhodope el que ha hecho a los eruditos americanos rascarse la cabeza. No es posible que tal persona haya podido zarandear a la Denominación desde el centro hasta su circunfe- rencia. Si usted no sabe Quien realmente es, entonces debería encontrarlo sin demora. --{1LO18 22.1}
Estos pequeños semanarios, sin costo alguno, son de inapreciable valor para usted. Léalos y manténgalos en su biblioteca, porque seguramente el tiempo vendrá cuando usted estará agradecido de haber conservado sus copias. Si desea dar algunos a sus amigos o parientes adventistas, puede ordenar copias extras o enviar sus nombres y direcciones a nuestra lista de envíos. --{1LO18 22.3}