Parte 3-¿RIGEN AL SABADO EL CALENDARIO LUNAR O EL CICLO SEMANAL? (CONT).

PREGUNTAS CONTESTADAS ACERCA DE LA OBSERVANCIA DEL SABADO

¿RIGEN AL SABADO EL CALENDARIO LUNAR

O EL CICLO SEMANAL?

(Cont.) PARTE 3 --{13CS910 3.1}

En cuanto al calendario lunar no perdamos de vista el hecho de que Moisés y el pueblo que él guió a salir de Egipto nacieron y crecieron en Egipto; que ellos no conocían otro calendario que el Egipcio. ¿Y cuál era éste? La historia da la respuesta en los siguientes párrafos: --{13CS910 3.2}

Sabemos por el escritor latino Censorinus que el primer día del calendario del año Egipcio coincidía con el surgimiento de Sothis en el año 139 D.C. y debe haber ocurrido la misma cosa 1460 años solares antes y así sucesivamente, p.e. en el año 1321 a.C., 2781 a.C., 4241 a.C., 5701 a.C., etc... Los Egiptólogos consecuentemente ponen la fecha de introducción del calendario en el año 4241 a.C. o en el año 2781 a.C. de acuerdo a lo que ellos creen con respecto a que las pirámides son de antes o después de la última fecha. Todavía una fecha más antigua, p.e. el año 5701 a.C. es muy improbable. --{13CS910 3.3}

“Doce meses nominales de 30 días cada uno da 360 días y los 5 días que faltan fueron añadidos al final bajo el nombre de ‘días adicionales del año’. Los meses fueron --{13CS910 3.4}

agrupados en tres conjuntos de cuatro; los primeros cuatro formaron la época de la inundación, los segundos cuatro el invierno o período de la siembra, y los terceros cuatro el verano o la cosecha". - Enciclopedia Británica, Edición de 1950, Vol. 4, p. 575, 576. Asunto: Calendario, Egipcio. --{13CS910 4.1}

Mientras la historia señala que el calendario Egipcio consistía de 30 días, Moisés revela en sus escritos que el mes noético igualmente era de 30 días de duración (Véase Gen. 7:11 y 8:3, 4). El único cambio que Dios hizo en el calendario Egipcio fue: “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año". (Ex. 12:2). --{13CS910 4.2}

Puesto que Moisés y el pueblo a quien él dirigió no conocían otro calendario que el Noático y el Egipcio y ya que Dios corrigió solamente el tiempo en que el año estaba por comenzar, El de este modo reveló que aparte del tiempo en el cual el nuevo año había de comenzar, la medición del tiempo por los Egipcios era la de ellos también. El aún aprobó los nombres Egipcios de los meses como se ve en el hecho de que “el mes de Abib” (el nombre Egipcio del mes, el día que comenzó y el día que terminó), fue escogido como el primer mes del año (Ex. 12:2; 13:4). Además, los Judíos también usaron en su calendario los meses de Medo-Persia y de Babilonia en lugar de los números Hebreos de los meses. El Nisán de Medo-Persia (el Abib de Egipto) lo tomaron los Judíos como el primer mes del año, Iyar --{13CS910 4.3}

como el segundo, Sivan como el tercero y así sucesivamente, estando registrados en la Biblia cuatro de ellos. Estos son: Abib (Ex. 13:4), Zif (1ª Rey. 6:1), Etanim (1ª Rey. 8:2), Bul (1ª Rey. 6:38). Los Judíos no podían haber usado los nombres Egipcios y Medo-Persas de los meses de forma intercambiable si los meses no fueran paralelos con los meses Hebreos. Además, ya hemos visto en los registros históricos también, que la semana Egipcia era igual que semana Hebrea. Siendo esto así, el Señor no dijo nada acerca de la semana o del mes. --{13CS910 5.1}

Aún más, el calendario que usaron los profetas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento no era lunar, sino solar. Por ejemplo, en el tiempo de Noé 150 días equivalían a 5 meses, 30 días por mes, (Gn. 7:11; 8:3, 4). En Daniel 7:25 y 12:7 y también en Apocalipsis 12:14, “tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo", tres años y medio, son interpretados en Apocalipsis 12:6 y 13:5 como 1260 días, o 42 meses, 30 días por mes. El modo en que el Cielo mide el tiempo, no es por lo tanto lunar, sino solar. --{13CS910 5.2}

Cuando Dios creó la luna, la nombró para que rigiera la noche (Gn. 1:14-18), no el día. No sólo la luna, sino ambos, el sol y la luna juntos los nombró para que “sirvan de señales para las estaciones, para días y años". (Gn. 1:14). Es en 1ª Samuel 20:5, en los días del rey Saúl, --{13CS910 5.3}

que la Biblia menciona por primera vez la celebración de los días de luna nueva y esta es quizá la única cita Bíblica sobre la cual los teóricos del tiempo lunar han basado  su fe en los calendarios lunares. --{13CS910 6.1}

Celebrar un día de luna nueva no prueba que los meses comenzaron con la luna nueva. Además, si ellos tenían que celebrar el día cuando comenzaba el mes,    entonces --{13CS910 6.2}

¿por qué no celebrar el día cuando comenzó la semana y también el día cuando comenzó el año? --{13CS910 6.3}

Algunos usan 1ª Samuel 20:27 como prueba que los meses comenzaron con cada nueva luna,  pero cuando uno se detiene y piensa, descubre que si los meses hubieran comenzado con la celebración de los  días de luna nueva, entonces hubiera sido innecesario que el rey Saúl señalara que el día después de la celebración  fuera el segundo día del mes. Dicha cita hubiera sido de hecho superflua si la celebración fuera invariablemente seguida por el segundo día del mes. Las Escrituras, en lugar de probar que los meses comenzaron con una nueva luna, prueban que no fue así, pero lo que si ocurrió es que en ese año en particular el día después de la celebración fue el segundo día del mes. Esto es lo que las Escrituras actualmente señalan y nada más. --{13CS910 6.4}

Los comentadores Bíblicos generalmente sostienen que en algún momento después que los Hebreos salieron de Egipto comenzaron a usar el tiempo lunar, pero nadie sabe --{13CS910 6.5}

exactamente cuándo y por quién fue ordenado esto. Supongamos que es verdad que los Judíos siguieron el tiempo lunar. Esa no es una señal de que nosotros deberíamos seguir su ejemplo no Bíblico, porque su constante insubordinación hizo que ellos hicieran muchas cosas que no tenían que hacer. --{13CS910 7.1}

Finalmente, ya que Moisés y los profetas después de él permanecen en completo silencio acerca de un calendario lunar, entonces ¿por qué deberíamos nosotros para nuestra propia condenación añadir fuego extraño, fuego de nuestras propias invenciones a la luz de Dios? --{13CS910 7.2}

“Ciertamente la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella de su fuego". (Job 18:5) “Quién hay entre vosotros que teme al Señor, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre del Señor, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados". (Is. 50:10, 11). --{13CS910 7.3}

Puesto que ésta es la única luz que la Biblia arroja sobre el asunto, la teoría del calendario lunar por lo tanto aparece sólo como conjeturas y no es en lo absoluto Bíblico. Consecuentemente, “bueno es esperar en silencio la salvación del Señor” (Lm. 3:26), y no correr por delante de Él. Podemos evitar entonces presentar --{13CS910 7.4}

fuegos extraños delante de El. Nadab y Abiú no se preocuparon por la orden de Dios de no interferir con Sus estatutos, “Y salió fuego de delante del Señor y los quemó, y murieron,..". (Lv. 10:1, 2). “No os dejéis” por lo tanto, “llevar de doctrinas (no Bíblicas) diversas y extrañas;” (He. 13:9). --{13CS910 8.1}

Aparta tus manos del arca de Dios. El arca ha de ser sostenida sólo por El que sabe cuándo, dónde y por quién. --{13CS910 8.2}

Ahora llegamos todavía a otro istmo, a la ilusión de --{13CS910 8.3}

¡UN SABADO DE MIL AÑOS!

No hay una teoría más fantástica del Sábado que aquella que retiene a sus víctimas cautivas en la creencia de que el Sábado tiene una duración de mil años, erigiendo sus afirmaciones extremadamente fantásticas sobre la escueta presunción de que ¡cada uno de los siete días de la creación tuvo un período de 1.000 años! Absurda como es esta teoría, sin embargo, continúa una y otra vez, --{13CS910 8.4}

cuando no se necesita escasamente más que una ojeada a través del registro de la creación para convencer a cualquier lector objetivo de que aquellos días de la creación fueron de 24 horas de duración. El registro, “Y fue la tarde y la mañana un día" (Gen. 1:15), disipa cualquier posibilidad que no sea que el día era de dos partes: una parte oscura (la noche), y la otra parte la luz (el día). Y puesto que la misma cita, “la tarde --{13CS910 8.5}

y la mañana” fue repetida con cada día de la creación, la inspiración por consiguiente certifica definitivamente que cada día de la semana de la creación fue de 24 horas: doce horas de noche y doce horas de día (Juan 11:9). --{13CS910 9.1}

Si estos evasores del séptimo día Sábado creen lo que la Biblia enseña, entonces ¿por qué no se preguntan ellos mismos qué será “la tarde y la mañana” sino una noche y un día: 24 horas? ¿Se atreverían ellos a decirnos que la noche y el día fueron de 500 años de duración cada uno? Si es así, entonces ¿cómo la vegetación y la vida animal crecieron y aún sobrevivieron 500 años seguidos sin el brillo del sol y el calor y 500 años seguidos sin descanso de la abrasadora luz y el calor del sol? Además, si tal fuera el caso de ese entonces, ¿por qué no es así ahora? ¿Quién recreó el tiempo y las condiciones? --{13CS910 9.2}

Como esta teoría es completamente contraria a las Escrituras, el Diablo por necesidad ha puesto su martillo de seudo ciencia en las manos de esta clase particular de los que eluden el Sábado para ayudarles a conducir las estacas de sus doseles a la falsedad. Porque él muy bien sabe que todos los que evaden la verdad prefieren colocar una gran confianza en los así llamados sabios que en el Espíritu de Dios, que estaba presente El mismo en la creación y por Quien “los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2ª Pedro 1:21). ¿Pero éstos teóricos del Sábado de mil años --{13CS910 9.3}

no apelan a la Biblia en lo absoluto para apoyar su modo de razonar? ¡Oh, sí! Ellos también tienen su prueba Bíblica y aquí está: --{13CS910 10.1}

“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día". (2P. 3:8). --{13CS910 10.2}

¡Ellos interpretan esta escritura como prueba de que donde la Biblia dice un día, quiere decir mil años, y que por lo tanto cada uno de los días de la creación fue de mil años de duración y que la obra completa de la creación fue de siete mil años de duración! Y que el último de éstos supuestamente había sido el séptimo milenio, el Sábado. --{13CS910 10.3}

¡Qué! ¿Quieren decir ellos que el Señor estuvo 3.000 años en el corazón de la tierra en lugar de tres días y tres noches (Mat. 12:40)? Evidentemente de acuerdo a su lógica esto es lo que quieren decir. --{13CS910 10.4}

Estudiemos ahora esta escritura para determinar lo que dice y significa actualmente. Note que ésta no dice que un día es mil años, sino más bien que un día es “como mil años, y que mil años son como un día". Claramente no dice o da a entender que un día son mil años de duración. No, de la misma manera que no dice o significa que, a la inversa, mil años es un día de duración. En ningún sentido dice o significa ni lo uno ni lo otro, --{13CS910 10.5}

sino que está simplemente ilustrando que para un Dios eterno mil años es un período tan corto de tiempo como un día es para nosotros los mortales. ¿Por qué se usa esta ilustración? Porque los que se mofan se habían de levantar diciendo: “… ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación". (2ª Ped. 3:4), y todavía El no ha venido. En contra de este razonamiento miope por mortales sujetos a la tierra, la comparación divina de la ilustración que estamos usando suscribe la promesa de Dios sin límite de tiempo como inmutable y tan segura como Dios mismo. La gran lección que enseña la ilustración, es que con Dios el tiempo no significa lo que es para nosotros los mortales que vamos y venimos “como la sombra que pasa” (Sal. 144:4) y “como un pensamiento". (Sal. 90:9). --{13CS910 11.1}

La Inspiración nos revela así que las víctimas que evaden el Sábado, que continúan en su condición después que se les ha demostrado la verdad del Sábado son perturbados o hipócritas, o ambos. --{13CS910 11.2}

El hecho está ahora completamente evidenciado de que Satanás tiene algo para complacer el gusto de cada uno que no escudriña profundo por sí mismo dentro de los pozos de la salvación, que obra impíamente y no cree exactamente lo que la Biblia dice. --{13CS910 11.3}

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